¿Acaso sigue siendo Estados Unidos de Norteamérica?

Ramon Arias | 20 de mayo de 2013

A primera vista, la “confesión” del Internal Revenue Service (IRS, equivalente de Hacienda) de sus acciones ilegales hacia los grupos conservadores parecía ser una distracción de las candentes audiencias con el Congreso sobre Bengasi. Pero, como sabemos ahora, ha resultado ser más grande de lo anticipado en un principio.  Se trata de un gran escándalo sumado al altero de otras indiscreciones que incluyen al Departamento de Justicia y la obtención de los registros telefónicos de los periodistas y editores de la Associated Press. El pueblo estadounidense debe saber que hay otro escándalo que viene con el Obamacare, porque la mayor parte de ese proyecto va a ser manejado por el IRS.

En las audiencias del Congreso con el IRS, el Representante de Texas, Kevin Brady, condenó al ex Comisionado del IRS Steve Miller por la persecución política a uno de los muchos ciudadanos que han solicitado la exención de impuestos para su grupo Tea Party. Entre las muchas preguntas dirigidas a Miller estaba ésta, “¿acaso sigue siendo Estados Unidos?”

La evaluación del congresista Brady que el gobierno federal se ha vuelto demasiado poderoso e intruso en las vidas de la gente no pasa desapercibido por la mayoría de los estadounidenses. La pregunta: «¿Estamos en Estados Unidos de Norteamérica todavía?» tiene una respuesta sencilla y honesta, ¡NO!

Si el representante Kevin Brady sólo pensaba en términos del gran control del IRS en comparación con la forma de control en la ex Unión Soviética, China, Corea del Norte, Vietnam, Camboya y Cuba (por mencionar sólo unas pocas naciones) que han tratado y seguirán tratando a su pueblo usando la base de la ideología comunista del control social total, no esta muy errado. Ni el Congreso ni el pueblo deben olvidar quién creó el IRS, en primer lugar, fue el Congreso! Además, no debemos olvidar quién elige a los representantes de EE.UU. y los senadores estadounidenses. ¡La gente los elige!

El «nacimiento» de la IRS fue durante la Guerra Civil en la presidencia y bajo el mandato de Lincoln y el Congreso, en 1862, para colectar impuestos para pagar los gastos de la guerra. La fiscalidad iba a ser temporal y así fue, diez años más tarde desapareció. Sin embargo, el Congreso lo reinstituyó en 1894, pero en 1895, la Corte Suprema lo declaró inconstitucional.

En 1913, la 16ª Enmienda nació dándole al Congreso la autoridad para legislar un impuesto conocido por el nombre income tax [impuestos sobre los ingresos]. Así que desde hace 100 años, los impuestos han seguido creciendo en los niveles locales, del condado, estatales y federales. Sé que algunos estados están eliminando los impuestos estatales y que están teniendo un gran éxito en sus economías. Por más de 50 años, las voces que quieren revocar los impuestos han crecido más fuerte pero en vano. Con este último «escándalo» del IRS hay voces que dicen: ya es hora de reforma y establecer un impuesto fijo, un impuesto justo, algunos dicen es el tiempo para investigar al IRS a fondo, otros dicen es tiempo de abolir el IRS, otros con medidas mas drásticas dicen es el tiempo para que los estados que quieran separarse de la Unión tengan la libertad de hacerlo. También, hay quienes no se conforman con sólo despedir a los culpables y darles tiempo en la cárcel, como si esa fuera la solución al problema más profundo. Aunque algunos vayan a la cárcel, ¿de verdad crees que ponerlos en prisión resuelve el problema? ¿Qué opinas al respecto?

En un momento mas te diré cual es mi posición. Pero antes de hacerlo, déjame hacerte una pregunta, ¿qué tipo de nación se imaginaron los revolucionarios y los padres fundadores del Siglo XVII? ¿Puedes responder a esta pregunta con todos los hechos y detalles que se requiere? Si lo puedes hacer, entonces encontrarás que los Estados Unidos de los años 1830 y la del presente no es la misma que ellos tenían en mente.

Por lo menos desde hace183 años Estados Unidos se ha ido moviendo hacia la misma dirección que otras grandes civilizaciones y naciones del pasado que se han ido por el precipicio a su muerte. El problema de Estados Unidos no es sólo una agencia poderoso como el IRS o el puesto ejecutivo, la Corte Suprema de EE.UU., el Departamento de Justicia, el Congreso de EE.UU. y todas las otras agencias que salen de todas estas instituciones. El problema de Estados Unidos es mucho más profundo que eso. El problema de Estados Unidos es la maldad y la maldad se manifiesta en acciones de las personas, como se ve en la vida cotidiana. Estados Unidos se está ahogando en sus pecados.

El 2 de julio de 1776, George Washington estaba listo para enfrentar a los británicos. Al escribir sus Órdenes del General a sus hombres, dijo:

«Ahora es el momento que probablemente se determinará si los estadounidenses irán a ser hombres libres o esclavos, si serán dueños de  propiedades que puedan llamarles suyas, si sus casas y granjas han de ser saqueadas y destruidas, y ellos mismos condenados a un estado de miseria de la que ningún esfuerzo humano los librará.

El destino de millones de personas aun por nacer dependerá ahora, bajo Dios, del valor y la conducta de este ejército. Nuestro enemigo cruel e implacable sólo nos deja la elección de una valiente resistencia, o una subyugación miserable. Tenemos, por lo tanto, para resolver, conquistar o morir.

Nuestro honor, el honor de nuestro país nos llama para un esfuerzo enérgico y varonil, y si ahora no somos capaces y fracasamos vergonzosamente, llegaremos a ser infames al mundo entero.

Vamos, entonces a confiar en la bondad de nuestra causa, y la ayuda del Ser Supremo, en cuyas manos está la victoria, para animar y animarnos a estas grandes y nobles acciones.

Los ojos de todos nuestros compatriotas están ahora sobre nosotros, y vamos a tener sus bendiciones y alabanzas, si felizmente somos los instrumentos para salvarlos de la tiranía que amenaza contra ellos.

Ofrezcamos, pues, ánimo los unos a otros, y mostremos a todo el mundo que un hombre libre, contendiendo por la libertad en su propio terreno, es superior a cualquier mercenario servil en la tierra.

La libertad, la propiedad, la vida y el honor están en juego; sobre nuestro valor y conducta descansa la esperanza de nuestro país herido, sangrando e insultado. Nuestras esposas, hijos y padres esperan que la seguridad venga solo de nosotros, y tienen todas las razones para creer que el cielo coronará con éxito nuestra causa justa. 

El enemigo tratará de intimidar con espectáculo y apariencia, pero, recuerda, que han sido derrotados en varias ocasiones por unos pocos valientes estadounidenses. Todo buen soldado se mantendrá en silencio y atento – esperará órdenes y reservará su fuego hasta que esté seguro de acertar la ejecución».

Washington entendió claramente las siguientes frases: «bajo Dios”, “la ayuda del Ser Supremo, en cuyas manos está la victoria», “El cielo coronará con éxito la  causa justa».  Para Washington y todos los que lucharon con él en la Guerra de la Independencia, consideraban que el resultado no estaba en sus manos sino en las manos de Dios Todopoderoso, a pesar de que tuvieron que sufrir a través de toda la guerra hasta que Dios les diera la victoria.

En 1789, el presidente George Washington, aceptó la recomendación del Congreso para emitir la primera proclamación federal de los Estados Unidos para observar un día de oración y acción de gracias:

«Considerando que es el deber de todas las naciones reconocer la providencia de Dios Todopoderoso, obedecer Su voluntad, para agradecer sus beneficios, y humildemente implorar su protección y favor, y-Mientras que las dos Cámaras del Congreso, a través de su comité en conjunto, me pidió ‘recomendar a la gente de los Estados Unidos un día de acción de gracias y oración pública, debe ser respetado para reconocer con corazones agradecidos los muchos favores y bendiciones particulares de Dios Todopoderoso, sobre todo concediéndoles una oportunidad pacífica para establecer una forma de gobierno para su bienestar y felicidad:

“Ahora, por lo tanto, yo recomiendo y asigno el jueves, el día 26 de noviembre próximo, dedicado por los habitantes de estos Estados al servicio de ese gran y glorioso Ser que es el autor benéfico de todo lo bueno que era, que es, o que será, para que podamos luego todos unirnos en la prestación a Él nuestro sincero y humilde agradecimiento por su amable cuidado y la protección de la gente de este país aun antes de que se convirtieran en una nación, por la misericordia y las favorables interposiciones de su providencia en el curso y la celebración de la última guerra, por el alto grado de tranquilidad, unión, y abundancias que hemos disfrutado desde entonces, por la manera pacífica y racional en el que se nos ha permitido establecer constituciones de gobierno para nuestra seguridad y felicidad, y en particular la nacional ahora últimamente instituido, para la libertad civil y religiosa con la que hemos sido bendecidos, y los medios que tenemos de adquirir y difundir conocimientos útiles, y, en general, para todos los grandes y diversos favores que Él ha tenido a bien conferirnos.

Y también que nos podamos unir en ofrecer humildemente nuestras oraciones y súplicas al gran Señor y Soberano de las Naciones, y rogarle que perdone nuestras transgresiones nacionales y demás, para permitirnos a todos nosotros, ya sea en puestos públicos o privados, para llevar a cabo nuestros varios y relativos deberes correctamente y puntualmente, para hacer que nuestro Gobierno Nacional sea una bendición para todo el pueblo por ser constantemente un Gobierno sabio, justo, y de leyes constitucionales, de manera discreta y fielmente ejecutadas y obedecidas, para proteger y guiar a todos los reyes y las naciones (especialmente aquellos que han mostrado bondad hacia nosotros), y que los bendigas con buenos gobiernos, paz y concordia, para promover el conocimiento y la práctica de la verdadera religión y la virtud, y el aumento de la ciencia, entre ellos y nosotros, y, en general, nos  conceda a toda la humanidad un buen grado de prosperidad temporal como sólo Él sabe que es mejor.

Dado bajo mi mano en la ciudad de Nueva York el tercer día del mes de octubre del año de Nuestro Señor 1789”.

¡Gracias a Dios por George Washington!

Si queremos ver las bendiciones de nuevo en esta nación y las naciones de todo el mundo, entonces Estados Unidos tiene sólo una salida antes de que ella se caiga al precipicio, debe regresar al verdadero Dios de la Biblia, ¡la Reforma Bíblica es la respuesta! En esto radica la grandeza de Estados Unidos y lo mismo va para todas las naciones. ¡En esto me sostengo! ¡Yo estoy de este lado!

«Si mi pueblo, que lleva mi nombre se humilla, ora y busca mi rostro, y se convierta de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra». (2 Crónicas 7:14)

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