¿Cómo vamos a cuidar a los niños “adicionales”?

Si se prohíbe el aborto, ¿cuáles serían las consecuencias sociales?

Abort73 | 20 de abril de 2011

C.S. Lewis observó una vez que “cuando una cosa tiene que ser tratada, uno no debe pensar en la posibilidad o imposibilidad”.1 Expresamos el mismo sentimiento con el viejo dicho, la necesidad es la madre de la invención. Cuando hay que hacer algo, no es bueno discutir el por qué no se puede hacer.

Una de las expresiones más claras de este sentimiento en el contexto de la política pública viene del veredicto de Somersett de 1772 donde se prohibió la esclavitud en Inglaterra. Lord Mansfield declaró que, “sentimos la fuerza de los inconvenientes y las consecuencias que seguirán a la decisión [de abolir la esclavitud]. Sin embargo, todos nosotros estamos tan claramente de una opinión sobre la única cuestión que nos ocupa, que creemos que debemos dar juicio”.2 Luego pasó a declarar que “el estado de la esclavitud es de tal naturaleza, que es incapaz ahora de ser presentado por los Tribunales de Justicia sobre el mero razonamiento o las inferencias de cualquier principio ya sean estos naturales o políticos, debe tomar su lugar del derecho positivo.”3 En otras palabras, él no pudo encontrar ninguna justificación razonada o en principio para la esclavitud. Su única defensa era que tenía derecho positivo de su lado – lo cual él entendió apropiadamente que eso no es ninguna defensa.

Lord Mansfield reconoció que la abolición de la esclavitud seguramente crearía inconvenientes y consecuencias importantes, pero “en un caso tan odioso como la condición de los esclavos”,4 ese era el precio que había que pagar. En el contexto del aborto, la Corte Suprema de los EE.UU. ha llegado esencialmente a la conclusión opuesta. En ninguna parte ha sido más evidente que en el veredicto de 1992 de Planned Parenthood vs Casey. En una decisión de 5-4 donde con muy poco confirmó la constitucionalidad de Roe vs Wade, leemos que “los principios de integridad institucional, y la ley de stare decisis requieren que se mantenga la contención esencial de Roe.”5 En otras palabras, ya que el aborto se ha establecido como derecho positivo, la “integridad institucional” de la Corte Suprema le impide volver a examinar la ética del aborto. El veredicto continúa con lo siguiente:

La limitación del poder del Estado en el decreto de Roe no podía ser repudiada sin inequidad grave para las personas que, durante dos décadas de desarrollo económico y social, han organizado sus relaciones íntimas y las opciones que definen su visión de sí mismas y su lugar en la sociedad, basándose en la disponibilidad del aborto en caso de que los métodos anticonceptivos fallen. La capacidad de las mujeres para participar en igualdad en la vida económica y social de la Nación ha sido facilitada por su capacidad de controlar sus vidas reproductivas. La Constitución sirve valores humanos, y si bien el efecto de la dependencia de Roe no se puede medir con exactitud, tampoco se puede hacer caso omiso a los costos inevitables de denegar el caso de Roe para las personas que han ordenado su pensamiento y su vida alrededor de este caso.6

Debido a que la gente había pasado los últimos 20 años “organizando” su vida sexual con la suposición de que el aborto siempre sería legal y disponible, el costo social de abolir el aborto sería demasiado alto o por lo menos así es el razonamiento. El hecho de que este argumento siquiera fue presentado (y continúa utilizándose hoy) es un fuerte indicio de que los méritos éticos del aborto son dudosas en el mejor de los casos. El precedente del derecho positivo y el costo social de la abolición no son los pilares sobre los cuales se construye un caso ético. Los hemos visto derrumbarse antes. Ellos no justificaron la protección continua y legal de la esclavitud o de la segregación, y no justifican la protección continua y legal del aborto.

Cuando se reconoció la injusticia de la esclavitud, la “imposibilidad” de removerla de una cultura dependiente de su existencia se hizo moralmente irrelevante. La dificultad de acomodar a millones de esclavos desplazados no tiene relación con la justicia de la esclavitud, y la dificultad de cuidar a los millones de niños que de otro modo habrían sido abortados no tiene relación con la justicia del aborto. Apelando al costo social de abolir el aborto no justifica el acto del aborto en sí. Sólo cuando se reconozca de que podemos considerar de manera justa y razonable las dificultades prácticas que se deben superar en un mundo postaborto.

En primer lugar, debemos recordar que durante los primeros 200 años de la historia de EE.UU., el aborto era ilegal. Hemos vivido sin aborto antes. Podemos vivir sin él de nuevo. El aborto es sólo una de las tres posibles respuestas a un embarazo no planificado. Los otros dos, la adopción y la paternidad, se mantendrán las soluciones perfectamente viables en la era posterior a Roe. El problema, claro, es que tanto la adopción como la paternidad requieren que la madre lleve su embarazo a término. Simplemente no se puede ignorar el hecho de que el aborto es una opción mucho más conveniente para las mujeres que no desean tener un hijo y que no quieren quedar embarazadas. Cargar un bebé por nueve meses (y después dar a luz) no es poca cosa. Según la mayoría de las feministas modernas (y de la decisión de la Corte Suprema antes citada), las mujeres no pueden tener la igualdad social y económica a menos que puedan “controlar su vida reproductiva”. En otras palabras, sin el derecho de ponerle fin a un embarazo por la fuerza, las mujeres no pueden competir con los hombres en el lugar de trabajo o en la sociedad en general.

Esto parece una visión bastante baja del feminismo, una de la cual la ambición más alta es llegar a ser esencialmente un hombre. Más al punto, este tipo de pensamiento ignora el hecho de que hay métodos no abortivos para asegurarse contra el embarazo. La abstinencia es una. La ligadura de trompas es otra. El gobierno no obliga a la mujer a que se embarace y tenga hijos, pero sí les prohíbe matar a esos niños una vez que nacen. ¿Por qué habría de ser diferente antes de que nazcan los niños? La verdadera cuestión no es si el aborto es conveniente para las mujeres (y hombres). Está claro que es. La verdadera pregunta es si el aborto mata o no a un ser humano inocente. Si es sí, entonces la cuestión de conveniencia es inmaterial. Una vez que se reconoce que el aborto, en cada etapa del embarazo, mata a un ser humano genéticamente distinto en rápido desarrollo, entonces ya no puede ser considerado como una opción éticamente viable. La adopción debe ocupar su lugar, especialmente para las mujeres no material o emocionalmente capaz de criar a un niño.

Si la adopción va a tomar el lugar del aborto, la siguiente pregunta es si realmente se puede hacer o no. El Consejo Nacional para la Adopción (National Council for Adoption – NCFA) señala que “hay muchas parejas que esperan adoptar por cada bebé adoptable”.7 Sus estudios muestran que un tercio de todas las mujeres, entre las edades de 18 a 44 años, han considerado adoptar,8 y su cobertura del aumento espectacular de adopciones internacionales9 es una prueba más de que la demanda de adoptar está muy por delante del número de niños disponibles para ser adoptados. Pero ya que hay más de 1.2 millones de abortos realizados cada año en los Estados Unidos, tal vez se pregunten si el grupo de espera de padres adoptivos se agotaría en unos pocos años. Probablemente no.

El NCFA también señala que aproximadamente el 98% de las mujeres solteras que dan a luz deciden criar a su bebé. Sólo un 2% ponen su bebé en adopción10. Si se aplica ese porcentaje con el número de embarazos que terminan en aborto cada año, la abolición del aborto requeriría la adopción de 24,200 bebés domésticos adicionales cada año. En el 2002 (el año más reciente para el cual hay datos disponibles), hubo 130,269 adopciones nacionales en los Estados Unidos.11 Añádanle 24,200 a ese número y consiguen 154,269 adopciones, que sigue siendo muy por debajo de las 175,000 adopciones nacionales que se llevaron a cabo en 1970.12 De 1970 a 1986 las adopciones nacionales anuales disminuyeron de 175,000 a 104,088.13 No es difícil adivinar por qué. Mil novecientos setenta fue también el año en que Nueva York se convirtió en el primer estado en el país para ofrecer aborto sin restricciones durante las primeras 24 semanas de embarazo. Para 1973, la Corte Suprema había obligado a cada estado en la Unión a seguir su ejemplo.

Un segundo punto a considerar es el siguiente. Si el aborto no fuera una opción, si las mujeres tenían que llevar a sus niños a término y los padres no pudieran salir del apuro de la manutención de los hijos mediante el pago de un aborto, las parejas tendrían que ser más vigilantes de no quedar embarazadas. El número de embarazos no deseados seguramente disminuirían. A como está ahora, el aborto es una red de seguridad, una oportunidad para que la gente sea mucho más descuidada sexualmente que de lo contrario. No importa qué tan cuidadosa la gente dice ser, el aborto se esconde en su bolsillo trasero como una tarjeta para salir gratis de la cárcel. Mientras está allí, es mucho más fácil ser irresponsable. Después de todo, si quedas embarazada, ¡siempre se puede tener un aborto! Para muchos, el restar el aborto de la ecuación sería un extraordinario elemento disuasivo para el embarazo no planificado.

Habiendo dicho todo esto, es casi seguro que algunos defensores del aborto sigan sosteniendo que la sociedad no puede mantener a más gente, sobre todo aquellas que vienen de familias con ingresos bajos y de alto riesgo. A ese argumento se debería señalar que existen recursos más que suficientes para todos. Cada año, Estados Unidos gasta $10 mil millones de dólares en pornografía,14 $43 mil millones de dólares en mascotas,15 $74 mil millones de dólares en refrescos,16 $81 mil millones de dólares en cigarrillos,17 y $101 mil millones de dólares en cerveza.18 Parece que tenemos ingresos más que disponible. Es realmente una cuestión de prioridades, y la eliminación del aborto bien pudiera obligarnos a ser una sociedad menos egoísta y absorta en sí misma y más en una sociedad que “ama a su prójimo como a si mismo”.

Siempre y cuando el aborto siga siendo una opción, muchas mujeres lo utilizarán. Cuando se les quite, mejores opciones tomarán su lugar por necesidad. Aunque no podemos predecir el futuro, podemos especular razonablemente el por qué los costos sociales de la abolición del aborto no son insuperables. De hecho, muchos de los ajustes necesarios serían sólidamente beneficiosos. Como señaló el Presidente y Director Ejecutivo del NCFA, Thomas Atwood, en su prólogo al Adoption Factbook [Libro de Información de la Adopción]:

La adopción tiene un impacto profundamente positivo en nuestro pueblo y país … Nuestra sociedad entera se beneficia mucho mejor de los resultados en lo social, económico y de conducta … Los padres biológicos que no están listos para criar siguen adelante con sus vidas y tienen la seguridad de que sus hijos tienen familias estables, amorosas y permanentes. Los padres adoptivos conocen la alegría de criar hijos y la satisfacción de hacer lo correcto para los niños necesitados. A través de la adopción interracial e internacional, el amor trasciende las fronteras raciales y nacionales, y promueve la diversidad cultural y la tolerancia. A través de la adopción, las familias prosperan y la compasión abunda.19

La adopción no puede eliminar las innumerables dificultades sociales de estar embarazada por nueve meses, pero sin duda es una solución más compasiva e integral al problema de los embarazos no planificados, y una forma sumamente práctica para el cuidado de todo tipo de niños “adicionales”.

Pie de página:

  1. C.S. Lewis, Mero Cristianismo (Nueva York: Macmillan Publishing Company, 1943, 1945, 1952), 79.
  2. Wikipedia, Somersett’s Case, informe periódico transcrito, http://en.wikipedia.org/wiki/Somersett’s_Casehttp://www.plannedparenthood.org/health-topics/abortion-4260.asp, par. 2 (19 de abril de 2011).
  3. Ibid, par. 4.
  4. Ibid.
  5. FindLaw, PLANNED PARENTHOOD OF SOUTHEASTERN PA. v. CASEY, 505 U.S. 833 (1992): http://laws.findlaw.com/us/505/833.html, par. 2
  6. Ibid, e.
  7. Paul Placek, “National Adoption Data”Adoption Factbook IV (National Council for Adoption, 2007), 9.
  8. Jo Jones, Ph.D., “Adoption and Demand to Adopt by Women: 2002 National Survey of Family Growth”Adoption Factbook IV (National Council for Adopion, 2007), 174.
  9. Rose M. Kreider, “Foreign-born Adopted Children in the U.S., 2000”Adoption Factbook IV (National Council for Adopion, 2007), 133.
  10. Paul Placek, “National Adoption Data”Adoption Factbook IV (National Council for Adopion, 2007), 11.
  11. Ibid, 9.
  12. Ibid.
  13. Ibid.
  14. Rebecca Leung. “Porn in the U.S.A.” CBS News: 60 Minutes, http://www.cbsnews.com/stories/2003/11/21/60minutes/main585049.shtml (5 de septiembre de 2004)
  15. Claire Suddath. “Do We Love Our Dogs More than People?” TIME, http://www.time.com/time/nation/article/0,8599,1888304,00.html (30 de marzo de 2009)
  16. Beverage-Digest, Volumen 56, No. 7, $74 billion softdrinks http://www.beverage-digest.com/pdf/top-10_2010.pdf (24 de marzo de 2010)
  17. Tobacco Briefing Room, Zipped PDF Archivos disponibles en: http://www.ers.usda.gov/Briefing/Archive/Tobacco/, 15.
  18. Brewers Association, “Beer Sales,” http://www.brewersassociation.org/pages/business-tools/craft-brewing-statistics/beer-sales (19 de abril de 2011)
  19. Thomas C. Atwood, “Foreword”Adoption Factbook IV (National Council for Adoption, 2007), iii.
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