Confía, pero verifica

Ramón Arias | 20 de abril de 2015

“Confía, pero verifica”, es una frase hecha famosa por el presidente Ronald Reagan en sus relaciones con la Unión Soviética. Reagan estaba citando un proverbio ruso «doveryai, no proveryai» (Доверяй, но проверяй). Curiosamente, fue muy utilizado por el político hábil y fundador del Partido Comunista ruso, el líder de la revolución bolchevique y autor intelectual y el primer jefe de la Unión Soviética, Vladimir Lenin.

Durante miles de años, los humanos han confiado en otros para que ellos los conduzcan a una vida mejor, incluso si esto significa la conquista de otras personas y someterlos a la esclavitud, que se manifiesta de muchas maneras, pero siempre priva a las personas de su libertad. La historia también revela el lado positivo de la confianza cuando se basa en el fundamento sólido de la verdad. Se requiere este último nivel de confianza en las relaciones humanas y en las interacciones para el bien de todos.

Es muy importante confiar y lo hacemos a diario; confiamos en los demás y confiamos en las cosas. Pero también sabemos lo devastador que es cuando esa confianza se ha roto. Todos somos culpables de esto porque la mayoría de las veces no verificamos.

Estamos escuchando constantemente muchas voces que nos quieren dirigir en muchas direcciones contradictorias, ¿quién tiene la razón y quién está equivocado? Algo que es más importante, ¿quién decide? La respuesta a esta última pregunta es muy sencilla, tú y yo somos individualmente responsables de verificar si la fuente de la información que estamos recibiendo es fiable. La mayoría de las veces esta verificación requiere una investigación a fondo para saber si lo que se nos presenta se puede confiar que es la verdad o si los datos son exactos.

El sueño americano original no era uno que incluía divisiones. No consistía en divisiones raciales, preferencias sexuales, personas conservadoras, o neoconservadores, liberales / progresistas, o por el estatus económico, la condición social, los grados académicos, por pertenecer al partido demócrata, republicano o cualquier otra plataforma ideológica. En 1776, Benjamin Franklin, John Adams y Thomas Jefferson propusieron un lema nacional, «E Pluribus Unum» para que representara al nuevo gobierno experimental. Esta es una frase en latín que significa «De muchos, uno». Esta fue la visión que los llevó a ganar la Guerra de Independencia de Gran Bretaña, y que venía con la esperanza de que esta nueva nación cristiana, Estados Unidos, sería un ejemplo y un faro de luz para el mundo. Yo les pregunto, ¿cuál es la visión de esta generación presente para el futuro de los Estados Unidos? ¿Cuál es su visión para nuestro futuro nacional y qué están contribuyendo para cumplirla?

¿A quién se le puede confiar? ¿Son los púlpitos de Estados Unidos dignos de confianza? ¿Qué podemos decir acerca del gobierno y el poder en todos los niveles? Con respecto a la educación, ¿estará recibiendo la gente verdadera y auténtica educación de parte de nuestras instituciones académicas? ¿Se le puede confiar al fundamento de nuestra economía y está este basado en la moral sólida como lo revelan las Escrituras que ha demostrado históricamente ser la única fuente de la verdadera prosperidad financiera? ¿A quién se le puede confiar que esté enseñando la verdad histórica? Con esto quiero decir, sin el uso del revisionismo de nuestra historia que comenzó con los peregrinos en 1620 hasta el presente. Podría continuar enumerando todas las áreas en las que la confianza tiene un déficit profundo, pero nos corresponde de forma individual verificar lo que oímos y vemos independientemente de la fuente, ¡porque la ignorancia destruye!

Thomas Jefferson le escribió a su sobrino lo siguiente: «Pregunta con intrepidez incluso la existencia de un Dios; porque, si hay uno, él debe aprobar más el homenaje de la razón, que la del miedo con los ojos vendados». Si no leemos la carta completa de Jefferson a su sobrino, es fácil malinterpretar lo que dijo y etiquetarlo de ser deísta.

Estoy de acuerdo con la declaración de Jefferson. Debemos cuestionar con intrepidez incluso la existencia misma de Dios, pero no con una mente cerrada, más bien con una abierta, para que podamos comparar con lo que nuestro instinto nos dicta por la revelación general que se encuentra en nuestro planeta Tierra, a través de la naturaleza y el universo observable. Si procedemos en esta verificación, ella nos conducirá a la revelación especial de la Palabra de Dios que responde a todas nuestras preguntas sobre el significado, el propósito de la vida, y también acerca de la vida en el más allá. Jefferson también dijo: «Las relaciones que existen entre el hombre y su Creador, y las responsabilidades resultantes de dichas relaciones, es lo más interesante e importante para todos los seres humanos, y lo más correspondiente a su estudio e investigación». 

En el Evangelio escrito por el Dr. Lucas, él describe los primeros días del desarrollo de la Gran Comisión dada por Cristo a los primeros discípulos. Nos habla de un incidente muy interesante que sucedió en Berea cuando Pablo y Silas visitaron la sinagoga judía y enseñaron a la gente que Jesús era el Mesías de Dios y que Él cumplió lo que la ley y los profetas escribieron acerca de Él. Esta es una clara evidencia de que los medios de salvación de parte de Dios para la raza humana eran no sólo sobre el alma, sino también acerca de las culturas del mundo. Jesús era ahora el Rey de reyes y el Señor de señores, y que el reino de Dios había llegado y ahora avanzaba hacia delante hasta que la voluntad de Dios se haga en la tierra como en el cielo.

Lucas describe la reacción de los judíos y los griegos que estaban presentes en la sinagoga:  Los de Berea tenían una mentalidad más abierta que los de Tesalónica y escucharon con entusiasmo el mensaje de Pablo. Día tras día examinaban las Escrituras para ver si Pablo y Silas enseñaban la verdad. Como resultado, muchos judíos creyeron, como también lo hicieron muchos griegos prominentes, tanto hombres como mujeres» Hechos 17: 11-12.

Nadie debe sentirse ofendido cuando queremos verificar sus datos. Por lo contrario, deberían estar contentos de que habrá más testimonio de que lo que están diciendo es verdad. Pero si por alguna razón se ofenden, no nos olvidemos de que somos responsables ante nuestro Creador. Por lo tanto debemos estudiar e investigar todos los hechos relacionados con la Palabra de Dios, la Constitución del país, y nuestra historia, como se aplica en la actualidad. Los cristianos en Estados Unidos no tienen excusa, Dios Todopoderoso nos ha dado mucho y mucho es lo que Él requiere de Su pueblo. Hace dos mil años, los de Berea nos dejaron un gran ejemplo de cómo confiar pero también verificar.

«… sea hallado Dios veraz, aunque todo hombre sea hallado mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en Tus palabras, y venzas cuando seas juzgado” Romanos 3:4. 

Defender la verdad de Dios a toda costa puede hacernos vistos como tontos para el mundo y esto es aceptable. Pero ser engañados y ridiculizados por los hombres ¡nunca es aceptable! Seamos conscientes de que hay un precio a pagar para exponer la locura y la falsedad que lleva a la destrucción, pero tenemos que hacerlo para cumplir con el beneplácito de Dios y de hacer el bien por las generaciones futuras.

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