¿Es el sistema de bienestar social bueno o malo?

Ramon Arias | 4 de noviembre de 2013 

¿Te consideras pobre? Entonces despierta y no te dejes usar por los manipuladores.  ¿A alguien le importa la historia y cómo los pobres siempre han sido utilizados como excusa para guerrear en la lucha de clases en su nombre? ¿Alguna vez te has preguntado por qué los pobres son pobres? ¿Cuáles son los factores que contribuyen a la pobreza? ¿Será el destino, la raza, la cultura, el color de piel, o cualquier otra circunstancia lo que determina la forma de pensar?

De seguro los defensores de la evolución no pueden contestar adecuadamente y con sinceridad a la pregunta de, ¿por qué hay pobres, clase media, ricos y gente súper rica? También te aseguro que no pueden encontrar la lucha de clases en la especie animal o la naturaleza en general. Los reinos animal, mineral y vegetal no requieren la ayuda del hombre para conocer su propósito y cómo seguir su diseño de quiénes han de ser en el mundo. Así que, ¿por qué es el hombre, la única criatura que necesita ayuda de los hombres para vivir una vida mejor y no es capaz de realizar una tarea tan noble? ¿Por qué es que, históricamente, «la ayuda del hombre» sólo trae resultados miserables en lugar de una vida mejor al final de cuentas?

Históricamente, ha habido innumerables intentos de ayudar a los pobres para que superen su condición. Muchos utilizan a los pobres como peones para ganar poder sobre aquellos que han dominado la habilidad de acumular bienes por medios legales o ilegales. El resultado final ha sido siempre el mismo, tomar de los ricos para dar a los que no tienen y crear un interminable apetito voraz por más de lo que otros tienen.

La pobreza, en su mayoría, es más un estado mental y una limitación autoimpuesta que cualquier otra cosa. Si las estructuras sociales están en su lugar para que la gente salga de la pobreza a una economía mejor y no lo hace, ¿de quién es la culpa? Miles de millones de personas en todo el mundo mentalmente aceptan que nacieron en esas condiciones y se quedarán viviendo de esa manera hasta que mueran. ¿Qué tan cierto y legítimo es esa mentalidad? No voy a negar la realidad de que hay quienes obtienen su riqueza oprimiendo a los pobres, pero al mismo tiempo yo no voy a negar que los pobres siempre se han rebelado contra aquellos que los explotan. Ellos luchan y permiten a sus líderes revolucionarios sean sus salvadores sociales sólo para darse cuenta de que los salvadores no son nada mejor que sus opresores antiguos y el ciclo vicioso se repite una y otra vez.

¿Qué sucede en las naciones prósperas supuestamente del «primer mundo»? ¿Han eliminado la pobreza o han incrementado la población de mendigos a través de muchas generaciones? Europa, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y los Estados Unidos de América, lejos de eliminar la pobreza, han creado un monstruo de una población que da por hecho ciertos derechos que está hundiendo a sus naciones y asfixia a los elementos productivos de la sociedad. Estas naciones “primermundistas” han hecho que sea muy difícil hacer frente a la gran cantidad de leyes masivas que son impuestas sobre la gente productiva en sus esfuerzos por crear la igualdad a través de difundir la riqueza. La historia está gritando: «¡No funciona, dejen de engañarse a sí mismos y aprendan del pasado!» Pero, nadie parece estar escuchando.

Cuando los pobres piensan que pueden exigirles a los demás que los rescaten para salir de su estado deplorable, esto sólo empeora las cosas. Los pobres deben darse cuenta de que fueron el medio por el cual los políticos carroñeros ganaron poder y están encima de sus espaldas y los de la clase productiva para mantener a la sociedad en movimiento «hacia adelante».

Siempre hay una manera mejor de ayudar a los pobres para que salgan de su miseria. Ciertamente, no es por sentir lástima por ellos, sino con compasión trazar un plan para que puedan salir de esa situación. Benjamín Franklin, ejemplifica la mentalidad de aquellos que entienden la verdadera súplica de los menos afortunados, sabía la mejor manera de ayudar a los pobres basándose en su propia experiencia como un vencedor y triunfador. Su opinión fue muy clara cuando dijo:

«Estoy a favor de hacer el bien a los pobres, pero…creo que la mejor manera de hacer el bien a los pobres es no dejar que su pobreza sea fácil, sino dirigirlos o conducirlos fuera de ella. Observé…que mientras más provisiones públicas se les dan a los pobres, menos se abastecen ellos mismos, y por supuesto, se hacen más pobres. Y, por el contrario, mientras menos se hizo por ellos, más hicieron por sí mismos, y se hicieron más ricos».

¿Crees que Franklin elogiaría el sistema de bienestar actual? ¿Crees que estaría orgulloso del gobierno civil por haber creado un casi cincuenta por ciento de la población que ahora dependen de las dádivas del gobierno? ¿Crees que aprobaría la lucha viciosa de clases que está pasando? O, ¿estaría avergonzado de lo que las generaciones venideras de «servidores públicos» y la sociedad en general han hecho para destruir la dignidad de los pobres? Por cierto, Franklin no está solo en su visión de cómo ayudar a los pobres para que salgan de su miseria. Él expresa el mismo sentimiento de otros Padres Fundadores que también sabían que, en la mayoría de los casos, aquellos en el poder político utilizarían a los pobres como peones para llevar a cabo sus planes malvados para retener el poder.

Los pobres tienen la capacidad de superar su desventaja si las condiciones sociales están en su lugar para que lo hagan. Sólo cuando la gente malvada, ricas o pobres, mediante el robo, la envidia o la avaricia, quieren sacar provecho de otros que la sociedad sufre terriblemente. Las leyes y los recursos del hombre nunca ha sido capaz de eliminar la pobreza, no importa lo mucho que hayan intentado hacerlo.

La única ley que puede romper el ciclo de pobreza no viene del hombre, sino de Dios. Él es quien ordenó a Su pueblo de que no debía haber ningún pobre entre ellos (Deuteronomio 15:4). Dios, el Creador de las leyes del universo, le mostró a Su pueblo. Les enseñó cómo utilizar las leyes legalmente para su beneficio y para ayudar a otros a entender las leyes para su bien. La tierra está llena de recursos con el fin de que la gente aprenda a utilizarlos en beneficio de todos.

Haz escuchado antes de que no hay tal cosa de almuerzo gratis, es decir, la gente tiene que trabajar, y nada es gratis, ¡absolutamente nada! Dios también confirma esta verdad, Él tiene los requisitos para la eliminación de la pobreza:

«Si ustedes obedecen estrictamente la voz del Señor, tu Dios, cuidando de cumplir todos estos mandamientos que yo te ordeno hoy. Porque el Señor tu Dios te bendecirá, como te ha prometido, y tú prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado, y seréis dominio sobre muchas naciones, pero no se enseñoreará de ti». (Deuteronomio 15:5-6)

Hay muchas razones válidas por las que las personas son pobres, pero la pereza nunca debe ser premiada​​. No obstante, la verdadera razón de haber caído en la pobreza se debe manejar con cuidado:

“Cuando haya algún pobre entre tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová, tu Dios, te da, no endurecerás tu corazón ni le cerrarás tu mano a tu hermano pobre, sino que le abrirás tu mano liberalmente y le prestarás lo que en efecto necesite. Guárdate de albergar en tu corazón este pensamiento perverso…” (Deuteronomio 15:7-9)

Dios le ordenó a la gente, no al gobierno civil, de cuidar de los pobres entre ellos, “Porque nunca faltarán pobres en tu tierra; por eso te ordeno, diciendo: ‘Con liberalidad abrirás tu mano a tu hermano, al necesitado y al pobre en tu tierra’” (Deuteronomio 15:11). Cuando las personas se ocupan de las personas hay una responsabilidad de rendir cuentas por aquellos que dan y reciben. Cuando la gente abandona esta responsabilidad y los gobiernos inmorales llenan esta necesidad, sólo puede conducir a la corrupción y destrucción, esos son hechos históricos. El presidente Lyndon B. Johnson le declaró la guerra a la pobreza en la década de 1960, y ahora miren el lío en el que se encuentra esta nación. Uno puede concluir fácilmente que su plan para eliminar la pobreza sólo creó una clase de bienestar social peligrosa y esclavizada sin dignidad propia y generación tras generación de individuos, ya en un conteo de millones, con una mentalidad que exige derechos inexistentes.

El bienestar en manos del pueblo de Dios va a producir resultados positivos para una sociedad estable y responsable. El bienestar en manos de políticos corruptos y gente rica sin escrúpulos sólo puede crear el mal y la opresión.

¿Qué camino debe tomar América?

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