¿Es necesario el aborto para una vida cristiana abundante?

Dr. Mark Creech | 14 de agosto de 2018

(Barbwire.com) – En un artículo distribuido por el Elon University Writers Syndicate y publicado por Raleigh News and Observer, el Durham Herald-Sun, WRAL y Burlington Times, la profesora de Estudios Religiosos de Elon, Rebecca Todd Peters, afirmó que la oposición al aborto por parte de los cristianos conservadores “Niega la enseñanza de Jesús de que vino a traer vida abundante”.

Ella basó su argumento en la afirmación de que la mayoría de las denominaciones cristianas permiten el aborto en determinadas circunstancias, tales como la salud prenatal, la violación, el incesto y la salud de la madre, a menudo abreviadas con el acrónimo en inglés PRIM. La autora arguyó que era incorrecto que los cristianos fueran selectivos en apoyar algunos abortos y otros no, constriñendo a las mujeres en “dos categorías: la trágica y la condenada”.

Peters escribió:

“Limitar nuestra aprobación cultural de las decisiones reproductivas de las mujeres sobre el tamaño, la forma y el momento oportuno de sus familias a una lista limitada de razones PRIM, va en contra de la enseñanza de Jesús de que vino a traer vida abundante. Una visión cristiana de vida abundante requiere que reconozcamos y respaldemos el desarrollo de familias sanas y robustas. Requiere que respetemos a las mujeres y a las decisiones morales que éstas toman con relación a sus familias. Un enfoque cristiano que respalde familias saludables, reconoce que sólo las mujeres a título individual y sus parejas pueden determinar su capacidad para ser padres de un niño”.

“No hay nada cristiano en pedirle a las mujeres que ‘justifiquen’ sus razones para el aborto; y ciertamente no hay nada cristiano en obligar a las mujeres a continuar con embarazos en contra de su voluntad”.

“Si realmente valoramos a las mujeres y familias saludables, debemos aceptar que ‘no quiero tener un bebé’ es una razón inmediatamente apropiada para terminar un embarazo. Y debemos confiar en que las mujeres son las únicas capaces de tomar estas decisiones”.

Es desafortunado que algunas denominaciones cristianas sean inconsistentes en su oposición al aborto. Los argumentos para poner término a la vida de un niño discapacitado nonato sólo podrían ser válidos si también se aplican para poner término a la vida de las personas nacidas con discapacidad. Lo mismo se aplica a los niños concebidos mediante violación o incesto.

La mayoría de los cristianos pro-vida, sin embargo, concuerdan con la creencia de que cuando dos vidas se ven amenazadas durante el parto, y sólo una se puede salvar, los médicos siempre deben salvar esa vida. En realidad, este punto es difícilmente disputable porque el aborto realizado para salvar la vida de una madre era legal antes de que el aborto fuese legalizado, y seguiría siendo legal si el aborto ya no estuviera permitido.

Aún así, con tres errores no se justifica el derecho al aborto simplemente porque una mujer siente que no debería tener un hijo.

Supongamos que una mujer dijera:

Soy la única que puede determinar lo que puedo y no puedo soportar en la vida. Mis circunstancias han cambiado para peor desde que nació mi hijo y ya no puedo asumir la carga de su crianza. Perdí mi trabajo, y ¿no puedo permitirme mantener a este niño? Mi esposo me dejó por otra mujer, y no puedo hacer esto sola. Tengo un problema de salud grave y el esfuerzo que acarrea la crianza de este niño pone en peligro mi bienestar. Mis problemas son demasiados. Más importante aún, mi visión cristiana de la vida abundante me dice que el niño pequeño que arrastro me está alejando de una situación familiar saludable y robusta. Este hijo me está robando la vida abundante que Jesús prometió. Por lo tanto, creo que es apropiado poner término a la vida de este niño. Los demás no tienen derecho a imponer su moral sobre mí. El gobierno no debería decirme qué puedo y qué no puedo hacer en este caso. Esta es mi vida y mi elección en búsqueda de la promesa de Jesús de una vida abundante. Va en contra del verdadero cristianismo decirme que debo “justificar” mis razones para quitarle la vida al pequeño. ¡Y ciertamente no hay nada cristiano en obligarme a elegir una alternativa otra que destruir la vida del niño!

Alguien pudiera objetar: “Sí, pero en tal caso, el niño ya nació. Sería absurdo, loco, inmoral e incluso vil terminar intencionalmente con la vida de un niño inocente, indefenso y preciado, después que ya nació y luego afirmar que el acto fue cristiano”.

¿Cuál es la diferencia? El niño es tan ser humano dentro del útero como fuera de éste: la vida no es menos sagrada porque no haya nacido. Por lo tanto, la lógica para destruir la vida del nonato no es diferente.

Al contrario de lo que afirma Peters, la pregunta crucial sobre el tema del aborto no es si la mujer puede o no elegir tener un bebé, por las razones que sean. La verdadera pregunta es si tendrá un bebé vivo o muerto.

La destrucción de vida inocente justificada con la búsqueda de una vida abundante en Cristo, que ofrece la profesora de Elon, es una interpretación enormemente errada de las Escrituras.

Es una violación del tercer mandamiento – tomar “el nombre del Señor tu Dios en vano”- lo cual significa en parte atribuirle algo a Dios que ÉL no ha dicho. Es decir, identificar sus preferencias con algo que Él rechaza profundamente.

Los paganos no serán juzgados por Dios tan severamente como aquellos que deberían conocerlo, aquellos que deberían conocer mejor, aquellos a quienes se les ha dado la responsabilidad de ser sus embajadores pero que lo traicionan al tergiversarlo y atribuirle lo que Él odia. Dios aborrece el derramamiento de sangre inocente (Proverbios 6:16-19).

Si bien Peters quiere hacernos creer que su estilo de cristianismo es el correcto porque supuestamente es más compasivo, más reflexivo, más tolerante; en realidad es un ángel caído que se hace pasar por ángel de luz.

Su argumento podría ser utilizado para justificar la esclavitud por parte de esclavistas deseosos de una abundante vida cristiana. Podría usarse como un argumento para la derogación de los derechos civiles o para defender la discriminación con el objetivo que un grupo pueda subyugar a otro en pos de una vida cristiana abundante. El plantar una cruz ardiente sobre el césped de una familia judía podría ser utilizado por un miembro del Klan que pide que los judíos sean enviados nuevamente a los hornos como un medio para asegurar la vida abundante  cristiana.

De hecho, cada movimiento de opresión y explotación, de alguna manera, se disfraza de empatía, benevolencia y de la promesa de un futuro más sano y brillante, mientras enfatiza los derechos del opresor a expensas de los derechos de las víctimas.

Personalmente temería la versión de Peters del cristianismo. En el centro de todo esto está el tipo de religión de la que Jesús advirtió en Juan 16:2: “… y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios”.

Cada aborto es “trágico”. Sin embargo, ninguna mujer necesita sentirse “condenada” si confía en Cristo para el perdón. Las Escrituras prometen: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1). Nuevamente, la Biblia dice: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1: 9). Las mujeres, que lamentan sus abortos, pueden encontrar – y encuentran-  libertad de la culpa y el apoyo amoroso de sus compañeros de la congregación.

Aún así, un verdadero testigo cristiano llama al arrepentimiento y a la fe, no a la racionalización y a la tergiversación de las Escrituras.

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