Dave Jolly | 21 de enero de 2015
Cuando varios miles de ilegales morían de insolación en los desiertos del suroeste, a lo largo de la frontera de los EE.UU. con México, y muchos miles sobrevivían al peligroso cruce, el entonces presidente George W. Bush comenzó la construcción de un muro a lo largo de la frontera. El muro fue propuesto en 2005, con planes para asegurar todas las 1,951 millas de frontera. El plan también preveía una zona fronteriza de 100 yardas en la parte norteamericana del muro.
La Cámara aprobó en 2005 una medida que llamaba a construir obligatoriamente un muro de 698 millas en la frontera. En 2006, el Senado propuso un plan para solo 376 millas de un muro de tres niveles, pero la medida no fue aprobada. Más tarde, en ese mismo 2006, la Cámara y el Senado aprobaron un segundo plan que autorizaba la «posible» construcción de 700 millas de muro.
México y otros países latinoamericanos se opusieron al plan de los EE.UU. de erigir un muro seguro. Se imaginaban que, mientras más gente pobre saliera de sus países para los EE.UU., mejor sería para sus países.
En 2012, los republicanos quisieron renovar el esfuerzo por el muro, diciendo que no todo el plan original se había cumplido, pero los demócratas combatieron con éxito todos los intentos adicionales para construir un muro fronterizo y de asegurar la frontera. Después de todo, el flujo de votantes ilegales era más importante para ellos que proteger a los EE.UU. de los terroristas que cruzaban la frontera. Ha habido bastante evidencia dejada en el desierto que sugiere que una gran cantidad de musulmanes, algunos de los cuales pueden ser terroristas, han entrado al país. También hay una amplia evidencia de que el ISIS [Estado Islámico] ha estado en contacto con algunos de los cárteles que trafican drogas ilegales hacia los EE.UU., pero de todas formas, Obama y los demócratas se niegan a terminar el muro ni a asegurar la frontera.
Como Obama parece preocuparse solamente por los musulmanes y las naciones musulmanas, quizás debería sacar una lección de Arabia Saudita. En 2013, Arabia Saudita construyó una barrera para asegurar 1,100 millas de su frontera meridional con Yemén. Actualmente está construyendo un muro de 600 millas a lo largo de su frontera norte con Iraq, para mantener a los extremistas del ISIS fuera de su país.
Según Newsweek:
«Una vez terminado, el muro consistirá en una zanja y una cerca de acero de tres capas, con 40 torres de observación diseminadas a lo largo del mismo. Cada torre estará equipada con radares de vigilancia de alta tecnología que son capaces de detectar helicópteros que vuelen a baja altura y vehículos que se aproximen, además de poder descubrir a un ser humano desde una distancia de unos 20 km.»
«También habrá otras 38 torres de comunicación en el lugar y 32 estaciones de respuesta militar, al igual que 240 vehículos armados de respuesta rápida que patrullarán el muro.»
Es interesante que yo no haya escuchado a ninguno de los países vecinos de Arabia Saudita quejarse del muro fronterizo como lo hacen nuestros vecinos cada vez que intentamos asegurar nuestras fronteras. También es interesante que, mientras México condena a los EE.UU. por querer asegurar su frontera para mantener fuera a su gente, ellos arrestan y deportan a más ilegales por entrar en su país que los que deportamos nosotros.
Como a Obama le gusta echarnos en cara lo que hacen otros países y decirnos que tenemos que ser más parecidos a ellos, deberíamos echarle en cara a Arabia Saudita como ejemplo, y exigirle que seamos más parecidos a ellos construyendo muros de seguridad a lo largo de la frontera y fortificándolos con tecnología y tropas.
Yo he pedido que se traiga de regreso a casa a nuestras tropas y las estacionemos a lo largo de la frontera. Es hora de emplear nuestras tropas para proteger a los EE.UU., en vez de proteger a los países que sólo desean destruirnos.