Ciento sesenta países aún celebran la Navidad

Nena Arias | 29 de noviembre de 2021

“Porque un niño nos es nacido.”
(Isaías 9:6)

La fiesta de Navidad que conmemora el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios que vino a la tierra en forma humana, se celebra anualmente en todo el mundo. Se observa principalmente el 25 de diciembre, no porque tengamos alguna prueba específica de que fue el día de su nacimiento, sino porque ese es el día que se asignó para esta conmemoración. Según la Enciclopedia Británica, la iglesia de Roma comenzó a celebrar formalmente la Navidad el 25 de diciembre del año 336 D.C., durante el reinado del emperador Constantino. Como Constantino había hecho del cristianismo la religión efectiva del imperio, algunos han especulado que la elección de esta fecha tenía el motivo político de debilitar las celebraciones paganas establecidas. Pero sea cual sea la razón, celebrar la venida del Salvador del mundo en forma humana es épico para toda la humanidad.

Al principio, cuando Satanás tentó a Adán y Eva a pecar, Dios le dijo a Satanás de su plan para derrotarlo (Génesis 3:15). El plan incluía enviar a un libertador que lo derrotaría [a Satanás] y su obra, y triunfaría sobre el pecado y la muerte. Esta obra redentora derrotaría a Satanás y también libraría a la humanidad del control del pecado y la muerte.

Hoy en día hay 195 países en el mundo y ciento sesenta de ellos aún celebran la Navidad. ¿Qué tiene esta fiesta que merece su conmemoración en todo el mundo?

El verdadero significado de la Navidad es que Dios, en la persona de Jesús, vino a la tierra para redimir a la raza humana y todo lo que se perdió en la introducción del pecado, tal como prometió y anunció la venida de nuestro Libertador en Génesis 3:15. “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón”.

A través del nacimiento virginal, la muerte, la sepultura, la resurrección y la ascensión de Jesús, la raza humana recibió la forma más alta de amor conocida en el universo. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:16-17).

No hay mayor acontecimiento en la historia que la venida de Emmanuel, Dios con nosotros. Jesús vino a cumplir la promesa de salvación de Dios Padre para darnos la oportunidad de regresar a él en perfecta comunión con la eliminación del pecado ofrecida a “todo aquel que en él cree” para un futuro glorioso en la eternidad con él. Ninguna otra experiencia humana puede superar eso.

La Navidad es un día para recordar que Dios nos dio el mayor regalo de amor: su Hijo.

“Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer… para que recibiéramos la adopción de hijos”.
(Gálatas 4:4-5)

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