Cometer injusticia para protestar por la injusticia

Nena Arias | 1 de junio de 2020

En una sociedad libre, como los Estados Unidos de América, la Primera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos establece las libertades de religión, expresión, prensa, reunión y petición. La Constitución otorga a sus ciudadanos el derecho de «reunirse pacíficamente», incluso si es para protestar contra el gobierno y las autoridades cívicas, pero debe hacerse de manera pacífica y en orden.

Cometer injusticia para protestar la injusticia no tiene ningún buen propósito en lo absoluto. Ese comportamiento nunca traerá paz y solo promoverá la escalada de violencia y consecuencias nefastas. Los disturbios nunca comenzarán un diálogo significativo porque no hay voluntad de venir a la mesa para el diálogo civil. Nunca se lucha en contra de la injusticia con más injusticia, dos males nunca harán un bien y solo crearán una brecha entre una sociedad que necesita desesperadamente unirse y respetar la estructura social para lograr un buen resultado. Existen procesos para cambiar las leyes injustas y modificar las leyes existentes para una sociedad que funcione mejor. No es necesaria la violencia, especialmente cuando personas inocentes saldrán lastimadas sin culpa propia.

La anarquía se ha puesto en marcha a través de lo que se reconoce como brutalidad policial en la muerte de un hombre llamado George Floyd. Nunca debemos apoyar la brutalidad policial. Pero, convertir las protestas en disturbios, saquear y quemar negocios de personas inocentes que no tienen nada que ver con la brutalidad y destrozar la propiedad privada para luchar contra la injusticia con injusticia es completamente incorrecto. Solo generará más injusticia contra nosotros y nuestras comunidades. El resultado terminará en un enorme daño.

Se necesita justicia rápida en el caso de George Floyd. Se necesita una aplicación inmediata para detener la destrucción que estamos viendo aquí en casa. La violencia siempre engendrará violencia. ¡Está mal, no es la ruta correcta!

“No devuelvan mal por mal ni maldición por maldición sino, por el contrario, bendigan; pues para esto han sido llamados, para que hereden bendición.” (1 Peter 3:9)

“No trames mal contra tu prójimo, estando él confiado en ti. No envidies al hombre violento ni escojas ninguno de sus caminos;” (Proverbios 3:29, 31)


Foto: Julio Cortez (Keystone)

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