¿Deberían las Iglesias armar a sus miembros?

Gary DeMar | 6 de noviembre de 2017

(garydemar.com) – Lo impensable ha sucedido, y no solo en la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, en la que 26 miembros de la congregación fueron asesinados y más de 20 heridos. Está la horrible matanza racista de 2015, que tuvo lugar en Charleston, Carolina del Sur, en la Iglesia Episcopal Metodista Africana Emanuel, en la cual fueron asesinadas nueve personas. Ha habido otros tiroteos en iglesias. Los asesinatos de Antioch son los peores de la historia de los Estados Unidos.

Las iglesias son blancos fáciles. Sus puertas solían estar abiertas todo el tiempo. Ya no. El robo, el vandalismo y ahora los asesinatos en masa son parte de nuestra cultura.

En diciembre de 2011, un hombre disparó en dos iglesias, matando a cinco personas. Lo detuvo Jeanne Assam, una guardia de seguridad voluntaria, cuando le disparó a él.

Si los asesinos locos y malvados como esos que tirotean las iglesias, supieran que la gente de la congregación está armada, ¿creen ustedes que intentarían un asalto? No lo creo.

Todos los asesinatos en masa en los Estados Unidos han tenido lugar en sitios en que las víctimas estaban desarmadas: escuelas, clubes nocturnos, cines y, por extraño que parezca, una base militar (Fort Hood).

Puede que recuerden el tiroteo en un restaurante Luby’s de Killeen, Texas, en 1991. «George Hennard… estrelló su camioneta contra el cristal del frente de la Cafetería Luby’s… le disparó a 50 personas (mató a 23), intercambió disparos con la policía que acudió al lugar, y después se escondió en un baño y se mató.»

Después del tiroteo en el que sus padres fueron asesinados por el pistolero, Suzanna Hupp, una sobreviviente que vio morir a sus padres, habló en contra de nuevas medidas de control de armas: «No me veo como una víctima de la violencia de las armas. Me veo como una víctima de un maniático que casualmente usó un arma como instrumento» -declaró ella a los legisladores..

«En lo que ella llamó “una decisión estúpida”, Hupp dijo que se daba cuenta que había obedecido la ley de Texas y dejado su arma en el auto. En ese entonces, a la gente no se le permitía portar armas en los lugares públicos. “Todavía me enfurezco al pensar en eso. Uno no puede defenderse de un tipo que tiene una pistola con un salero ni un cuchillo de mantequilla”».

Las Zonas Sin Armas son blancos fáciles para la gente a la que no le importa la ley. El pistolero que mató a la gente en la Cafetería Luby’s había violado la ley al llevar un arma de fuego a un lugar donde la ley decía que era ilegal hacerlo. Los asesinos son , por definición, violadores de la ley

Y ahora a la pregunta ¿Deben las Iglesias asegurarse de que hay personas armadas y entrenadas en cada servicio? ¡Por supuesto que sí! Los cristianos pueden decir: «Pero debemos depositar nuestra confianza en Dios». Dios nos ha dado la capacidad de razonar y evaluar los tiempos como  los hijos de Isacar, «doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos» (1 Crónicas 12:32).

Analice los siguiente del libro de Nehemías::

Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño.

Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.

Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro.

Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra.

Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde volviereis, ellos caerán sobre vosotros.

Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos.

Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas.

Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea.

Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá.

Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada.

Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí.

Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros.

En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros. (Nehemías 4:7-20).

Aunque ellos confiaban en Dios y oraban, también comprendían que eran responsable sde su seguridad inmediata y ponían una guardia (v.9). Note que, aunque Nehemías dijo: «Nuestro Dios peleará por nosotros» también se nos cuenta que «la mitad (de los hombres) tenía lanzas, escudos, arcos y corazas». Esto no es una contradicción.

Ellos nunca bajaron la guardia.

Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas.

También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día en la obra.

Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse. (Neh. 4:21-23)

Una cosa más: cuando los enemigos de Israel oyeron que los hombres estaban armados y vigilantes, lo pensaron mejor respecto a atacarlos.

Ármense. Entrénense. Estén listos.

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