Dos ateos entran en un bar. . . .

Gary DeMar | 17 de agosto de 2018

(American Vision) – Si no existe Dios, ¿puede existir la moralidad? No estoy preguntando si los ateos son personas morales y si hacen cosas morales. Las hacen, pero ¿bajo qué estándar irrefutable y superior?

Un ateo puede decir que ciertas leyes son buenas para el progreso de la especie. Sin embargo, no olvidemos que como una especie evolucionada (de acuerdo con el ateísmo), llegamos aquí en medio de una feroz competencia sin cuartel. Evolucionamos por medios violentos. Ascendimos en la escala evolutiva desde los elementos evolutivos más débiles, los cuales se remontan a los primeros signos de vida orgánica que lucharon por sobrevivir. ¿Por qué ese proceso de repente se volvió inmoral? El famoso ateo Richard Dawkins escribió en su libro The Selfish Gene [traducido al español como El gen egoísta: las bases biológicas de nuestra conducta]: “Nosotros, y eso significa todos los seres vivos, somos máquinas de supervivencia programadas para propagar la base de datos digital que hizo la programación”.

Según Dawkins, el objetivo de los genes es sobrevivir para que puedan ser transmitidos a la próxima generación. The Selfish Gene ha sido descrito como “un ensayo inquietantemente persuasivo que sostiene que los seres vivos son poco más que receptáculos corporales impulsados ​​a seguir los dictados primarios de genes egoístas empecinados en su propia reproducción y propagación”.1

Estos “genes egoístas” no tienen una brújula moral. Son como el Exterminador: su único objetivo es sobrevivir, duplicarse y pobre del organismo que se interponga en su camino. Michael Ruse y Edward O. Wilson sostienen que “Necesitamos algo que nos aliente contra nuestras habituales disposiciones egoístas. La naturaleza, por lo tanto, nos ha hecho creer (a través de las reglas) en un código moral desinteresado, según el cual debemos ayudar a nuestro prójimo … La ética, tal como lo entendemos, es una ilusión que nuestros genes nos han enjaretado para hacernos cooperar”2. Note el equívoco: “tal como lo entendemos”. Es decir, no lo saben. Es más, aún si nuestros genes evolucionaron para hacer esto (y no hay evidencia empírica de que lo hayan hecho), no significa que estamos obligados a hacer lo que “nos han enjaretado”. La evolución no se trata de cooperación: se trata de la supervivencia del más apto.

Hace unos años, un grupo de ateos lanzó una campaña publicitaria con la siguiente pancarta: “Relájate: el infierno no existe, ni el cielo, disfruta tu vida”. ¿Quién define qué le da alegría a alguien y sobre qué fundamento? La Declaración de Independencia menciona “la búsqueda de la felicidad”. La felicidad de una persona podría ser lo que otra teme. ¿Cómo lo sabemos? La Declaración de Independencia nos da una pista al afirmar que hemos sido dotados por un “Creador de ciertos derechos inalienables”. Existen límites morales para la vida, la libertad y la felicidad. No estamos en libertad de hacer lo que queramos porque simplemente nos haga felices.

Dos ateos entran en un bar. . . .

Primer Ateo: Noté que su  pancarta dice que debería disfrutar la vida porque no hay infierno. ¿Quiere decir que después de la muerte no habrá un Dios que me juzgue por lo que hago o no hago, mientras estoy vivo?

Segundo Ateo: Sí. De hecho, no habrá nada ni nadie que nos juzgue a usted y a mí. No hay karma ni transmigración del alma. Como dice la canción, “Todo lo que somos es polvo en el viento”. Además, Dios es un personaje ficticio que los humanos crearon hace mucho tiempo para darle sentido a la vida antes de que existiera la ciencia. Cuando algo en el mundo no podía ser explicado, los humanos atribuían lo desconocido a entidades sobrenaturales como dioses y demonios, espíritus y duendecillos. Desde el advenimiento de la ciencia, sabemos que sólo importa la materia. Si algo no puede ser visto con un microscopio o sus propiedades no pueden ser medidas, no existe. Los seres invisibles como los dioses, fantasmas y duendes no pueden existir en un mundo que está actualmente determinado por las ciencias físicas.

Primer Ateo: Entonces, si no puedo verlo o examinarlo, no existe. Si una supuesta entidad no tiene ninguna propiedad física, no existe.

Segundo Ateo: Sí. La ciencia ha recorrido un largo camino para eliminar todas las supersticiones religiosas del pasado. Todavía están con nosotros, pero nuestra organización está trabajando horas extras para eliminar todo vestigio de religión y de lo sobrenatural de nuestro mundo.

Primer Ateo: Estoy muy aliviado. Toda mi vida me enseñaron que existía un ser divino que creó el mundo, que expresaba Su carácter en un código moral específico, y que algún día me juzgaría en base a mi comportamiento con relación a ese código moral. Entonces, estás diciendo que no existe tal entidad y que soy libre de disfrutar la vida en mis términos. Quiero estar seguro de esto. Hay mucho en juego en tu sistema de creencias.

Segundo Ateo: Sí, como dice nuestra pancarta: “Relájate: el infierno no existe, ni el cielo, disfruta tu vida”.

Primer Ateo: Estoy tan contento de que hayas dicho eso. Tu pancarta captó mi atención y hace que mi vida valga la pena de ser vivida. Tengo un propósito para vivir en el ahora. Cualquier culpa que tuve se esfuma. Ahora, dame todo tu dinero y las llaves de tu auto. También quiero los números PIN para todas tus cuentas. Si no haces lo que digo, te volaré los sesos.

PERMÍTAME RESUMIR MIS PUNTOS DE VISTA SOBRE LO QUE LA BIOLOGÍA EVOLUTIVA MODERNA NOS DICE ALTO Y CLARO (Y ESTAS SON BÁSICAMENTE LAS OPINIONES DE DARWIN). NO EXISTEN DIOSES, NI PROPÓSITOS, NI FUERZAS DIRIGIDAS HACIA METAS DE NINGUNA CLASE. NO HAY VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE. CUANDO MUERA, ESTOY ABSOLUTAMENTE SEGURO DE QUE VOY A ESTAR MUERTO. SERÁ MI FINAL. NO EXISTE MAYOR FUNDAMENTO PARA LA ÉTICA, NI MAYOR SIGNIFICADO PARA LA VIDA, NI TAMPOCO LIBRE ALBEDRÍO PARA LOS HUMANOS.3

Segundo Ateo: Somos libres de disfrutar la vida siempre y cuando nuestro disfrute no viole los derechos de los demás.

Primer Ateo: ¿Quién dice? ¿Sobre qué fundamentos esto es cierto y obligatorio?

Segundo Ateo: Es decencia común.

Primer Ateo: ¿Quién determina lo que es decente?

Segundo Ateo: Está mal robar y asesinar.

Primer Ateo: No. En este momento, es ilegal robar y asesinar. Las leyes son convenciones sociales que constituyen un vestigio de nuestro supersticioso pasado religioso. La supervivencia del más apto es la verdadera base de los orígenes evolutivos no religiosos. Las leyes cambian constantemente. Esto demuestra que no hay absolutos morales eternos. Como ateos, no podemos probar que existen absolutos morales ya que nunca nadie ha visto un absoluto moral o ha sido capaz de estudiarlo. Son como los fantasmas que descartamos por ser irreales.

Segundo Ateo: Pero hay todo tipo de absolutos morales que pueden estudiarse.

Primer Ateo: Muéstrame uno. Dijiste que sólo lo que es físico es real. Dios no es una entidad material que pueda ser estudiada según los estándares de la ciencia, por tanto, Él no puede existir. Eso es lo que afirmamos los ateos. Muéstrame las leyes físicas contra el asesinato y el robo. Por supuesto, no puedes, porque dados nuestros supuestos materialistas no existen.

Segundo Ateo: La razón nos dice que el asesinato y el robo están mal.

Primer Ateo: ¿Eso es lo mejor que se te ocurre? ¿La razón? Creo que es muy razonable que me apropie de tus pertenencias porque disfrutaré de todos sus beneficios. Su cartel les dice a todos que se diviertan. Así es como quiero divertirme. De todos modos, ¿qué versión de razón debería seguir? ¿La tuya? Me parece razonable tomar tus cosas ya que realmente no estás siendo consistente con tu sistema de creencias. Estás aferrado a los restos de la religión y a la cosmovisión ficticia que ésta generó. Todos los llamados tiranos (el ateísmo no puede decir si algo es tiránico) creían que, en última instancia, eran razonables. Adolf Hitler no pensó que estuviera siendo irracional. Tampoco lo pensaron Lenin o Stalin, y mataron (no asesinaron) a millones por motivos que dijeron eran muy racionales. Los franceses lucharon una revolución por lo absoluto de la razón. ¿Adivina qué? Tomaron cosas de la gente y mataron personas en nombre de la razón y la llamaron “virtud”.

Segundo Ateo: Pero la civilización depende de las leyes y la moralidad.

NO EXISTEN LEYES MORALES O ÉTICAS INHERENTES, NI EXISTEN NUNGUNOS PRINCIPIOS GUÍAS ABSOLUTOS PARA LA SOCIEDAD HUMANA. EL UNIVERSO NO SE INTERESA POR NOSOTROS Y NO TENEMOS UN SIGNIFICADO MAYOR EN LA VIDA.4

Primer Ateo: Un ateo consecuente no puede justificar el sentido, la moralidad o la racionalidad. Si no hay juicio después de la muerte, no hay diferencia entre Adolf Hitler, que mató a 6 millones de judíos, o Sir Nicholas Winton, que organizó el rescate de más de 600 niños judíos de los campos de exterminio nazis. Al morir, según los postulados ateos, ambos son iguales: simplemente polvo en el viento.

Mao Zedong y Josef Stalin podrían argumentar que estaban trabajando para lograr un mundo que creían que les brindaría la mayor alegría a ellos y a los que pensaban como ellos… Ahora que lo pienso, no me gusta esta cosa del ateísmo. Si puedo robarte y matarte sin consecuencias eternas, entonces otras personas pueden hacer lo mismo conmigo.

Tu pancarta es estúpida. Necesitas pensar bien tu sistema de creencias antes de terminar como la atea Madalyn Murray O’Hair. “En 1995 fue secuestrada, asesinada y su cuerpo mutilado, junto con su hijo Jon Murray y su nieta Robin Murray O’Hair, por el ateo ex gerente de la oficina estadounidense David Roland Waters”.

Waters debe haberse dicho a sí mismo: “Relájate: el infierno no existe, ni tampoco el cielo, disfruta de tu vida».

Notas:

  1. Revolutionary Evolutionist,” Wired Magazine (1 de julio, 1995).
  2. Michael Ruse and Edward O. Wilson, “Evolution and Ethics,” New Scientist, 208 (17 de octubre de 1985), p. 51.
  3. William Provine, “Darwinism: Science or Naturalistic Philosophy?,” Origins Research, 16:1/2 (1994), p.9.
  4. Scientists, Face It! Science and Religion are Incompatible,” The Scientist  (5 de septiembre de 1988).
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