Ramon Arias | 1 de octubre de 2012
“Además, aquí en la tierra, no se dirijan a nadie llamándolo ‘Padre’, porque sólo Dios, que está en el cielo, es su Padre espiritual”. (Mateo 23:9)
Durante miles de años el hombre ha luchado y logrado el control del poder al gobierno para dominar a la gente y cumplir su visión de gobierno centralizado. En su visión del mundo las intenciones son de hacer el bien, excepto que la realidad revela que los resultados sólo son motivar a la gente a ser más dependientes de la “benevolencia” del poder central, pero que a su vez se convierte en una fuerza destructiva.
Cuando se niega el gobierno de Dios el pueblo tiene muy pocas opciones para gobernarse a sí mismos. Los siguientes son algunos ejemplos:
La anarquía es cuando la gente rechaza cualquier forma de control en relación a sus acciones personales. Para que la gente llegue a ese nivel de gobierno se sienten obligados a recurrir a la violencia en el derrocamiento de cualquier autoridad. La autocracia, en este tipo de gobierno la idea es consolidar el poder político en una sola persona, con características mesiánicas. Esta persona como gobernante independiente toma el poder absoluto y utiliza las fuerzas armadas para mantenerse en el poder. La oligarquía es el gobierno de unos pocos sobre el resto de la población. La gente, cegada por las mentiras del hombre que se dice ser salvador del hombre da el control absoluto del gobierno a un puñado de individuos. La democracia, miles de millones de personas en todo el mundo tienen la falsa impresión de que su forma constitucional de gobierno es una democracia al creer la mentira de que todo el poder está en manos del pueblo donde la voluntad de la mayoría se convierte en la ley. La ironía es que la tiranía sangrienta prospera bajo este falso concepto de gobierno. Los gobernantes corruptos ven lo fácil que es mentir y prometer beneficios por lo que la mayoría de ellos los eligen y los mantienen en el poder. Los constituyentes corruptos demandan de los que pusieron en el poder a pagar todas las prestaciones prometidas sino así les va.
El socialismo es un sistema político y económico que atrae a las masas en todo el mundo. Este sistema tiene muchas variantes en su aplicación, las naciones europeas han abrazado una forma leve del socialismo, otros aplican el socialismo a medias y luego está el socialismo marxista que exige el total control centralizado de las personas con movimiento limitada de la libertad. El socialismo, en general, promete mucho, pero poco a poco les quita todo a las empezando con su libertad. El socialismo tiene que incrementar los impuestos para llevar a cabo sus programas sociales arcaicos imaginando que puede crear una sociedad mejor. Los socialistas esperan que el Estado derribe todas las desigualdades sociales, esto lo logra mediante crear antagonismos de los ricos contra los pobres, en una guerra de clases sin cuartel. El resultado en su objetivo es el de llevar a todos al mismo nivel social, todos se empobrecen. La otra forma de gobierno es el de una República Constitucional, este originó con el experimento americano. Esta forma de gobierno ha demostrado ser imperfecta debido al hecho de que los funcionarios electos han perdido de vista la originalidad de la protección de los derechos inherentes de la ciudadanía. Esta imperfección se debe a que no viven de acuerdo con las normas de Dios. El principio fundamental de esta forma de gobierno es el autogobierno y cuando esos principios se pierden de la nación también se pierde y se expone a que las otras formas de gobierno dominan su visión social del mundo.
Cuando Jesús dijo, «no llamen a nadie su padre en la tierra, porque uno es su Padre, que está en los cielos» Él estaba dando la visión correcta de la originalidad del gobierno. Estaba advirtiendo acerca de los peligros del pueblo de Dios cuando caen en el error pensando que sus gobernantes son los proveedores e ignoran quien es el que gobierna en Supremacía sobre el mundo entero y el que tiene el poder para satisfacer todas las necesidades de su pueblo. Cuando los líderes de la iglesia no pueden entender y enseñar al pueblo la verdad revelada la gente pierde la fe y la esperanza cuando creen que su padre el gobierno benévolo no ha sido capaz de proporcionarles lo prometido. Un padre es la imagen de autoridad y el proveedor. Al principio de su vida pública, Jesús enseñó a sus discípulos a orar: «Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día «(Mateo 6:9-11). Nótese que el pueblo de Dios debe mirar a Dios para su sustento. Tiene perfecto sentido ir a la fuente original de todas las cosas creadas, ¿quién más sabe dar el verdadero conocimiento, comprensión y sabiduría para ser productivos y generar bienes para el beneficio de los demás? Sólo Dios nuestro Padre tiene esa capacidad y el hombre no debe apropiarse a sí mismo ese lugar. La gente tiene que comprender los peligros de poner al hombre en lugar de Dios.
Jesús fue muy claro cuando advirtió de no poner al Estado como la única fuente de provisiones para que no se encuentran de pronto adorando y formándose un ídolo de la gobierno civil y luego en el camino hacia la destrucción.
Cuando la gente vota por el estado para su bienestar están votando por la pérdida de la libertad y la esclavitud de las generaciones presentes y futuras. Estados Unidos, en su mayoría, no sólo se ha olvidado del Dios de la Biblia, sino que elección tras elección cree en la bondad de los elegidos para el servicio público sin tener ningún tipo de control y equilibrio en sus decisiones de gobierno. Poder corrompe a aquellos que se olvidan que desde el cielo Dios gobierna todos los asuntos de los hombres.
Jesús nunca promovió saquear la riqueza de los que tienen más en beneficio de los menos afortunados, tales como los pobres. Incluso aquellos que sirven en el gobierno y tienen fuertes convicciones respecto a los principios de Dios deben tener cuidado de no estar equivocados cuando quieren ayudar a los pobres. Deben resistir el síndrome de paternalismo que el estado ha proyectado durante casi doscientos años.
El lío del programa del servicio social se va a estrellar muy pronto. Cuando el 46% o 47% de los estadounidenses no pagan impuestos esto causará a los que llevan la carga financiera obligatoria para despertar y decir basta. Es triste ver que la gente piensa que es algo bueno recibir dinero de la generosidad de un gobierno paternalista. Luego votan por candidatos que prometen más beneficios inmorales y creen ser más felices si nunca tienen que trabajar.
¿Piensas que los que tienen gran capital se quedarán en el país para ver su riqueza que ganaron honestamente evaporarse ante sus ojos conforme la clase de dependientes del programa de bienestar exigen más beneficios por parte del Estado papa? No te creas tan seguro en esto. El estado paternalista francés acaba de aprobar la ley que impondrá una tasa impositiva del 75% para todos los ricos que tienen más de un millón de euros. El éxodo de la capital francesa va a un ritmo muy precipitado, lejos de resolver el problema va a empeorar la situación. La historia siempre tiene la razón. El Estado y las personas que dependen de él en la unidad continuarán adelante hacia la destrucción.
Mientras que muchos se reirán de la idea de que Dios es la única fuente verdadera de las provisiones y el bienestar, serán esos los que despierten a esta verdad y vivan según los principios bíblicos de la economía y de la industria y se convertirán en la voz de la cordura y tendrán la capacidad para restaurar a la nación de toda la bancarrota moral.
Yo deseo que tú y yo estemos entre ellos y glorifiquemos a nuestro Padre que está en los cielos y gobierna Supremo en el mundo!