Nena Arias | 22 de mayo de 2023
“¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos traman cosas vanas?”
(Salmo 2:1)
En el momento de escribir este artículo, el presidente Biden y otros líderes del G7 se encuentran en una visita al Museo Conmemorativo de Hiroshima, que recuerda a las aproximadamente 140,000 personas que murieron en el bombardeo atómico de 1945 sobre Hiroshima, Japón. Presentaron coronas y plantaron un árbol.
Es bueno mostrar el recuerdo de este evento inolvidable y mostrar preocupación por aquellos que perdieron la vida debido a las luchas entre naciones que no pudieron resolver a través de negociaciones pacíficas. Pero tengo una pregunta: ¿Cómo tiene sentido que estos líderes no estén preocupados por los millones y millones de personas no nacidas que abortan cada año en este mundo actual? Según el sitio web del contador de abortos, 1.695 mil millones de bebés por nacer han sido abortados desde 1980, que este contador ha estado llevando la cuenta un poco, porque este número no tiene en cuenta los abortos químicos, solo los quirúrgicos. Puedes estar seguro de que el número es incluso mucho más alto al ritmo de casi un tercio de la población mundial.
¿Dónde está la preocupación por esta horrible práctica que reemplaza la pérdida de vidas de muchas guerras combinadas a lo largo de la historia? Ya no se puede hacer nada con las vidas perdidas en el pasado, pero ¿qué pasa con las que serán sacrificadas en el presente y en el futuro que podrían salvar? ¿Les importa? ¿Pierden el sueño por esas preciosas vidas sobre las que ya se les ha pronunciado una pena de muerte aun antes de que sean concebidas?
La prevención del aborto es solo uno de los terribles problemas que plagan nuestro mundo hoy en día y sobre los que se podría hacer algo. ¿Qué pasa con el narcotráfico del que se lucran algunos de esos mismos líderes? ¿Qué pasa con el tráfico de personas que va de la mano con las drogas que no conoce fronteras? ¿Están unidos para tomar medidas serias para detener estas atrocidades o será porque sus bolsillos personales y los bolsillos de sus naciones tienen mucho que perder?
Los líderes mundiales pueden pontificar y “realizar” payasadas de fingir preocupación y compasión, pero ¿qué está pasando realmente con su aprobación que está masacre despiadada convirtiendo a nuestro mundo en un lugar tan agonizante que se retuerce de dolor moral y espiritual?
Hay rumores de que podemos estar al borde de la Tercera Guerra Mundial, lo que significaría una devastación de vidas y propiedades que el mundo nunca ha presenciado en una escala tan grande debido a las armas nucleares de destrucción masiva.
¿Qué estamos esperando para hacer de este mundo un lugar mejor? ¿Importa la moralidad? Será mejor que creas que sí. Solo lee el primer capítulo del libro de Romanos en la Biblia y comprenderás claramente los tiempos inmorales y corruptos que estamos viviendo con una depravación indecible.
Todo porque queremos apartarnos de la voluntad de Dios y de la naturaleza y doblegarlo a nuestra voluntad.
¿Por qué aún no hemos aprendido de la Palabra de Dios y de la historia lo qué les sucede a las personas que lo han intentado antes? ¿Por qué seguimos enfureciéndose y conspirando en vano contra Dios y su voluntad y diseño para todas las cosas que realmente importan?
Hagamos entender nuestras mentes espesas y pecaminosas de una vez que pelear y resistir el orden de Dios en el universo es una batalla perdida. ¡Lo que el mundo realmente necesita es una revolución moral de regreso a Dios y sus principios inmutables para una vida correcta, en resumen!
Debe prevalecer una lucha unida contra la impiedad si vamos a enderezar este barco terrenal. Nuestra verdadera batalla es hacia la complacencia pensando que el tiempo solucionará todos estos problemas. Si no prestamos atención a estas advertencias, no tenemos a nadie a quien culpar sino a nosotros mismos por el desastroso resultado.
LA COEXISTENCIA es una tarea imposible debido a la diversidad de cosmovisiones en cuanto a la moralidad. Debemos unirnos bajo la cosmovisión de Dios para todos nosotros si esperamos ver tiempos mejores. Dios no cambiará de opinión sobre lo que sus principios y su plan maestro ya han decidido. ¡Jesús es Rey!
“El que habita en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Entonces les hablará en su ira y los turbará en su furor: ‘¡Yo he instalado a mi rey en Sion, mi monte santo!’”.
(Salmo 2:4-6)