El papel que debe desempeñar la fe en el futuro de los Estados Unidos

Lea Carawan | 12 de enero de 2018

Foto: iStock Photos

(Daily Signal) – ¿Tiene todavía la fe importancia en los Estados Unidos? ¿Debería tenerla?

Eso depende probablemente de a quién le pregunte, pero lo que es cada vez más evidente es una hostilidad creciente entre varios sectores de la sociedad y la cultura.

El mes pasado, una buena parte de nuestra nación celebró el nacimiento de Cristo, llamado Navidad, que es la forma corta de Natividad o Nacimiento [de Cristo], sin embargo, la idea de que haya una exhibición pública de que es una fiesta claramente religiosa es considerada de alguna forma insensible, discriminatoria, o criminal.

Uno empieza a cuestionarse si el mero hecho de decir «Jesús» cuando alguien estornuda podría generar de forma alguna una queja formal y un proceso legal para poner fin a semejante comportamiento descarado. Suena como insensatez, ¿verdad? Tristemente, no lo es.

La expresión religiosa en un lugar público no es una aprobación automática de una religión por parte del Gobierno, aunque esto sigue siéndola consigna ruidosa, pero hueca, de muchos que negarían ese derecho si les dieran el poder para hacerlo.

Cuando se estableció nuestra nación, la idea del «autogobierno bajo Dios» era un tema prevaleciente. Hoy lo que se percibe es más bien un Gobierno sin Dios cada vez más entrometido.

A los maestros, entrenadores de fútbol, abogados, funcionarios municipales y condales, nuestros hombres y mujeres de uniforme, los capellanes, estudiantes e incluso funcionarios del Gobierno son reprendidos por reconocer a Dios o a Jesucristo en casi cualquier evento público.

Los dueños de negocios –fotógrafos, dulceros, floreros, y otros- son víctimas de procesos legales, y algunos hasta tienen que cerrar sus puertas, sencillamente por adherirse a sus valores, creencias y a sus derechos de conciencia de una manera honorable.

Millones de ciudadanos se están levantando para decir «¡Basta!» y declarar que todavía desean «mantener la fe en los Estados Unidos».

Millones de personas de este país siguen orando y depositando su confianza de corazón en Dios. Ese sencillo acto de fe humilde le ha dado a los Estados Unidos fortaleza en tiempos de guerra, dignidad y compasión hacia los que son menos afortunados, así como confianza frente a desafíos sin precedentes.

Para muchos la fe tiene importancia, la fe marca una diferencia, la fe lleva aparejado un renovado sentido de esperanza en un futuro mejor. Por suerte, esa certidumbre está regresando a los corazones, conversaciones y acciones de los americanos de a pie.

A lo largo de la historia de los Estados Unidos, los líderes estatales y nacionales han elevado oraciones de solicitud y de acción de gracias: para enfrentar nuestro luto y pesar; por nuestras tropas y personal de emergencia que corre peligro; en tiempos de incertidumbre y caos; durante las crisis globales buscando protección, guía y con el reconocimiento de que con solo nuestras fuerzas somos incapaces.

Estos preciados valores se derivan de principios que están profundamente entretejidos en la misma fibra de nuestros documentos fundadores: la Declaración de Independencia, la Constitución y la Carta de Derechos, y en el legado y la dedicación de los hombres y mujeres que ayudaron a edificar y formar a este país.

La única forma de preservar el sacrificio de ellos es avanzar con audacia, con coraje y determinación, y defender lo que sabemos que es cierto.

Este legado también nos dice por qué millones más han migrado hacia nuestras costas en los últimos tres siglos y por qué incontables otros lo han arriesgado todo por preservar nuestra herencia judeo-cristiana.

Estas realidades ¿existen solamente porque los Estados Unidos son vistos como una «tierra de oportunidades» una superpotencia mundial, un lugar donde los sueños se pueden hacer realidad? ¿O es porque en somos, como reconoce el Juramento de Fidelidad, «una nación bajo Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos»?

Los americanos desde hace tiempo han visto a la libertad como un deseo básico dado por el Creador al hacer al hombre, y una razón primordial para que la libertad religiosa fuera establecida como un principio fundamental en establecimiento de nuestra nación.

La libertad de escoger en qué y en quién usted cree está, igual que los asuntos de conciencia, entre los derechos más básicos y elementales de que goza cada ciudadano. Puede ser que la fe y la libertad no hayan nacido al mismo tiempo, pero su unión edificó a los Estados Unidos, y divorciarlos conducirá finalmente a su destrucción.

Desafortunadamente, la trama de esta maravillosa tapicería se está deshaciendo, y en muchos lugares está siendo desgarrada. Los líderes religiosos de todos los Estados Unidos han estado preocupados con el declinar moral y espiritual que estamos viendo en el país, incluyendo la falta de respeto y de urbanidad que existen en nuestro discurso nacional.

Las posiciones polarizadas y amuralladas, la retórica iracunda y otros signos de acrimonia revelas la creciente pérdida de la decencia y la tolerancia en todas partes. Sin embargo, la fe sí tiene importancia. Aún tiene un papel que desempeñar en los días futuros. Tenemos que mantener viva la fe en los Estados Unidos.

El 16 de enero, Día Nacional de la Libertad Religiosa, miles de personas de todos los sectores de la vida se unirán en una poderosa demostración de unidad para alzar su voz y dar inicio al movimiento «Mantengamos la Fe en los Estados Unidos».

A ellos se les unirán numerosos legisladores federales y estatales, gobernadores, celebridades y líderes de fe, que se están uniendo para asegurarse que  la oración, la fe en Dios y la Biblia sigan representando una influencia importante de guía para el futuro de los Estados Unidos; es un movimiento  dedicado a promover la libertad y la urbanidad, y para reducir la amarga animosidad que infecta a prácticamente todas las partes de nuestra psiquis nacional.

Las cosas comenzarán con eventos por todos los Estados Unidos, y en 30 capitolios estatales del país. Las personas interesadas pueden participar en la inauguración mediante un evento transmitido en vivo nacionalmente por Facebook, primero de su tipo y que podría alcanzar  a millones de personas en todo el mundo.

En los meses siguientes habrá un énfasis en otros segmentos de importancia crítica para la sociedad, incluyendo las iglesias y los miembros del clero, los colegios, universidades, los gobiernos locales y las juntas escolares.. Algunos de los líderes de fe más reconocidos y respetados de los Estados Unidos se unirán para marcar una diferencia  y para tocar todas las esferas de influencia en la cultura de hoy.

Ahora más que nunca hay una necesidad de afirmar que la fe y la confianza en el Creador siguen siendo vitales para nuestro bienestar nacional.  A Él lo consideramos el autor de la Biblia, que fue  dada para guiarnos en la toma de decisiones, nuestro gobierno como pueblo, para proteger la libertad religiosa ý para vivir ante los demás con humildad y amor cristiano.

Los creyentes deben mostrar el camino en lo que se refiere a tratar a la sociedad y la cultura con mayor urbanidad,  y dirigir sus esfuerzos a  reducir las divisiones dañinas. La fe es la clave de los días por venir, y debe ir más allá de un sermón bien elaborado y convertirse en una fe de acción.

El movimiento Mantener la Fe en los Estados Unidos es una renovación de esperanza. Las personas pueden registrarse para asistir al evento Facebook en Vivo el 16 de enero visitando cualquiera de  estos vínculos: Keep Faith in America Facebook o www.KeepFaithInAmerica.com.

El objetivo es primero cerrar filas, después orar juntos y, finalmente, avanzar juntos.

Párese. Ore. Muévase. Se trata de una esperanza renovada. Una resolución fortalecida, un enfoque agudo, una declaración atrevida y un movimiento lleno de energía.

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