El plan perfecto para el éxito personal y nacional

Ramón Arias | 4 de enero de 2016

Mi oración y deseo más profundo para este nuevo año es que las metas de tu vida se cumplan un día a la vez a medida que adquieras una mayor comprensión de tu potencial dado por Dios en Jesucristo.

En Cristo, estás preparado para alcanzar el conocimiento que te guía a tu plenitud. Es este conocimiento el que te permite entender nuestros tiempos peligrosos y las cosas que tienes que hacer que nadie más puede hacer. Dios en ti se quiere expresar de manera especial.

A medida que desarrollas tu pensamiento crítico con conocimiento genuino y verdadero, todas las falsedades sobre las cuales las personas basan su comprensión de la vida y de sus instituciones sociales se harán evidentes. Este conocimiento te hará rechazar y evitar que te sobrevenga el mar de la desolación.

De seguro estarás de acuerdo con la declaración de Thomas Jefferson en 1781:

«La historia al informar [a los ciudadanos] del pasado les permitirá juzgar el futuro; harán uso de la experiencia de otros tiempos y de otras naciones; los calificará como jueces de las acciones y los diseños de los hombres; que les permitirá conocer la ambición bajo cualquier disfraz que puedan asumir; y sabiéndolo, para derrotar sus puntos de vista».

Tu formas parte de la historia de Dios, y la tierra es el campo de batalla donde dos fuerzas están en guerra. Es la lucha ardua entre los hijos de Dios y los hijos de Satanás. No es casualidad o error que tu estés leyendo esto; porque tú naciste para un tiempo como este. A estas alturas sabes, por las pruebas claras, de que la sociedad está en serios problemas y, aunque no puedes hacer todo lo que se requiere para cambiarlo todo, debes armarte de valor y hacer algo. Fuiste diseñado(a) para ser productivo(a) en este mundo y hay que hacerlo. Tú eres vital para hacer la diferencia con la ayuda de Dios.

Nunca se sabe cómo Dios quiere usar tu vida; la historia está llena de relatos de personas de todas las edades y de todas las condiciones sociales que hicieron la diferencia e hicieron de este mundo un lugar mejor. El hecho de que hay personas que rechazan los caminos de Dios y realmente empeoran las cosas, esto no quiere decir que Dios ha perdido la guerra, para nada.

Aparte del logro incomparable de Jesús para la liberación de la humanidad, hay otros personajes bíblicos cuya vida y llamado no deben pasarse por alto. Josué es una figura histórica bíblica de la cual podemos aprender. Él nació como esclavo en Egipto. Se convirtió en la mano derecha de Moisés y, por último, fue líder de Israel después de Moisés, que llevó a la victoria a Israel contra las probabilidades abrumadoras para conquistar la Tierra Prometida. Fue su fidelidad al llamado de Dios sobre su vida que lo hizo único.

Sin embargo, sus mayores logros fueron su lealtad y obediencia a Dios al creerle a Él. Esto hizo que Josué fuera exitoso en su liderazgo personal y nacional. La vida de Josué debe ser de gran aliento, porque sabemos que hay una clara diferencia entre la creencia en Dios y creerle a Dios. La creencia reconoce la existencia de Dios, creerle a Dios, no sólo acepta su existencia, pero también implica creer y obedecer Su Palabra.

El plan de Dios para el éxito personal y nacional no es complicado, es muy sencillo y sólo los sabios pueden entender esto y saber que con Dios, Cristo y el Espíritu Santo de su parte, son más que capaces de ir más allá de su fuerza humana. Tú debes creer que puedes hacer la diferencia en esta vida; es tu regalo para esta generación y para las que están por venir.

El plan de Dios no ha cambiado y seguirá cumpliéndose. También nos da la oportunidad de verificar nuestro diario caminar con Dios y volver a comprobar nuestro progreso en hacer Su voluntad.

“Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría. Solamente sé fuerte y muy valiente. Cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó. No te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas. Este Libro de la Ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito. Porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito. ¿No te lo he ordenado Yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”. (Josué 1:6-9)

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