En la lista de Kreg se buscan verdaderos conservadores

Tony Perkins | 19 de mayo de 2014

Los tribunales no son los únicos que están haciendo una evaluación del matrimonio; también lo están haciendo los votantes estadounidenses. En el tribunal de la opinión pública el resultado no es tan parcializado. Mientras los mazos siguen echando abajo las enmiendas de los Estados más rápido de lo que uno tarda en decir «activismo judicial», la mayoría de los estadounidenses no se han apartado de su apoyo al matrimonio tradicional. Si pasa algo es que, mientras más fuerte atacan los liberales, más dura es la oposición.

Una nueva encuesta de los distritos en conflicto muestra que la mayoría de los votantes están sólidamente en el campo de los que favorecen el matrimonio, sobrepasando a la Extrema Izquierda en cuatro puntos. Aunque los medios de prensa se hicieron los de la vista gorda en las dos primeras encuestas (de Rasmussen y del FRC [Consejo de Investigaciones de la Familia]) tendrá un tiempo difícil para hacer lo mismo aquí. Esta última encuesta, encargada por Político, ya está llamando la atención de la clase parlanchina, que equivocadamente había asumido que el debate estaba muerto y enterrado. A diferencia de otros medios de prensa, la pregunta de Político fue muy directa, al preguntar simplemente: «¿Usted está de acuerdo o se opone a que se permita casarse a las parejas del mismo sexo?»

Los votantes se opusieron, en un 52-48%, pero lo que es indicativo es la intensidad de sus respuestas. Los conservadores tuvieron una ventaja de siete puntos entre los que sentían «fuerte» su posición. Como un seguimiento, Político preguntó en qué medida el asunto del matrimonio influiría en por quién votarían en noviembre. Sesenta y dos por ciento dijeron que era «importante» para decidir qué candidato iban a apoyar. En otras palabras, el matrimonio no es sólo un tema caliente para esta elección; puede ser uno decisivo.

El representante estatal de Indiana Kreg Battles (D) obviamente pensó igual. Después de ver a muchos de sus colegas pagar por su apoyo al «matrimonio» del mismo sexo, el líder de cuatro mandatos abandonó su postulación para la reelección a finales de la semana pasada, para evitar una derrota. Battles que avergonzó a su distrito cuando cambió de bando sobre el matrimonio, estaba casi empatado con el ex representante estatal Bruce Borders (R), un conservador pro-familia que estaba usando la traición de Kreg como pieza central de su campaña. Según halló el FRC (y aprendió el representante Battles) los votantes, en especial los republicanos y los independientes de tendencia republicana, están buscando políticos que se pongan de pie y se enfrenten a las élites culturales y su agenda radical de redefinición del matrimonio. Obviamente los medios, que son los abanderados de la Izquierda en este debate, son una medida falsa de la opinión pública. Como demasiados republicanos moderados, la prensa sólo ve lo que desea ver.

Los ojos de todos los demás están abiertos de par en par, gracias a la avalancha de ataques que llueven sobre todos con una posición natural sobre el matrimonio, desde los canales de televisión y los empleados de bancos hasta las compañías de Internet y las alcaldías. Hasta el Presidente de los Estados Unidos, que sólo recientemente saltó a bordo del tren del «matrimonio» homosexual, está haciendo declaraciones públicas estrafalarias en contra de un sentimiento que solía compartir. En el décimo aniversario de la imposición del «matrimonio» homosexual por una corte de Massachusetts, la Casa Blanca conmemoró la fecha con una tirada contra la «homofobia» y la «transfobia». El mismo Presidente que no se molestó en reconocer el Día de las Fuerzas Armadas halló tiempo más que suficiente para darles clases a los estadounidenses sobre una agenda que desbarata a las mismas fuerzas armadas que él ignoró. Y si esas encuestas indican algo, su enfoque de mano dura ya está despertando reacciones, un hecho que el Partido Republicano, si es astuto, utilizará a su favor.

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