En respuesta al Tronco Común obligatorio

Nena Arias | 20 de mayo de 2013

El Tronco Común (Common Core) obligatorio es el intento por el Departamento de Educación de Barack Obama para obligar a todos los estados y las escuelas de adoptar estándares educativos nacionales establecidos para cada grado que dictarán lo que todos los niños aprenden y no aprenden.

El Tronco Común significa que burócratas federales izquierdistas controlarán el currículo escolar. El control federal sustituirá todas las decisiones curriculares de los consejos escolares locales y estatales, las legislaturas estatales y los padres. Obama incluso anuló  al Congreso mediante el uso de cuatro mil millones de dólares de estímulo para promover el Tronco Común.

El peligro real es que el Tronco Común no es sólo para las escuelas públicas que deben obedecer los dictámenes federales.  El Tronco Común controlará el plan de estudios de las escuelas particulares, escuelas privadas, escuelas religiosas y educación en el hogar.

El mecanismo de control serán los exámenes. Los niños deben pasar las pruebas a fin de obtener un diploma de escuela preparatoria, admisión universitaria, o un GED (equivalente de educación general). Si ellos no han estudiado un plan de estudios basado en el Tronco Común obligatorio, no lograrán una buena calificación en los exámenes.

Por otra parte, los objetivos del Tronco Común obligatorio pretende cuantificar todo lo relacionado con la educación. Se establece un sistema nacional de seguimiento de los estudiantes, lo que pone en peligro la privacidad de los estudiantes y sus familias. Se crearán bases de datos enormes con información de índole delicada que no está relacionada con la educación. Esto incluye, historias médicas,  información de ingresos, afiliaciones religiosas, registro de votación, e incluso los tipos de sangre. El posible mal uso de estas bases de datos es enorme y peligroso para un pueblo libre.

Aunque las normas del Tronco Común se presentan en forma voluntaria, los subsidios federales son el anzuelo y están ligados con el plan de estudios por lo que si se acepta el dinero, la implementación es obligatoria. El gobierno federal quiere ver que su trabajo cumpla con los estándares por eso está monitoreando a los que ya han aceptado los fondos. Algunos de los que ya han aceptado el dinero no tenían conocimiento de estos vínculos con el dinero del gobierno. Se sorprenderán de las ataduras que han aceptado.

El gobierno no tiene autoridad por parte de Dios para adueñarse de la educación. La educación de los niños es la exclusiva responsabilidad de los padres. Así que desde el principio de que la educación pública «gratuita» fue instituida en los Estados Unidos en el Siglo XIX fue para hacer que la gente sea más leal y  productiva para el estado. La politización de la educación no es nada nuevo. Los estándares del Tronco Común obligatorio son sólo la manifestación más reciente de esto. Uniformidad en la educación bajo el control de un gobierno central es el peor destino que le puede suceder a un país. Los fondos federales siempre vienen vinculados a condiciones; significa que los Estados y las personas han perdido su libertad. Esto también significa que las administraciones escolares y los maestros responden menos a los padres y más a la fuente de su financiamiento.

Así que la raíz del problema es si la familia debe controlar la educación, o si el Estado debe controlar la educación. Las escuelas de gobierno han estado encaminadas en una ruta rápida hacia la burocracia federal durante más de un siglo. La unitalla en la educación no es para todos. Está claro que para la educación pública, la familia es un competidor indeseable. La educación no puede producir la libertad, siempre y cuando se encuentra bajo el estricto control del Estado, sino que sólo produce la esclavitud.

Entonces, ¿cómo vamos a responder a la legislación del Tronco Común obligatorio?

Tenemos que producir un movimiento para promover que el control de la educación permanezca con los padres  y exigir créditos fiscales. Los padres deben tener la opción de elegir los planes de estudios que consideren mejor para sus hijos. Los padres también deben darse cuenta de que ahora mismo tienen el derecho de sacar a sus hijos del sistema escolar del gobierno y no se tienen que esperar para sacarlos.  Sin duda un crédito fiscal que permita una deducción fiscal generosa equivalente al costo por niño en el sistema de escuelas públicas ahora sería muy agradable y nuestros legisladores deben saber acerca de esto a través de nuestra insistencia. Sin embargo, los padres no deben esperar a que esto sea una realidad antes de actuar. Deben tomar el control completo de la educación de sus hijos de acuerdo al mandato. ¡El momento de actuar es ahora!

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