No es hora de jugar, el enemigo está a las puertas

Chris Mills | 25 de agosto de 2017

(BarbWire) – El enemigo de nuestras almas y enemigo de nuestra nación anda alrededor, buscando a quién devorar.

Esta no es hora de juegos.

Es mucho el tiempo perdido, los años malgastados ocultándonos de un mundo que se derrumba alrededor nuestro. Distracciones, aparatos, actividades, medios sociales, deportes… pecado, destinado a hacer que apartemos la mirada del premio.

Muchas veces nuestros pasatiempos se convierten en distracciones de nuestro verdadero llamado, si es que estamos suficientemente bendecidos para saber cuál es ese llamado. Si no sabemos cuál es nuestro propósito, el tiempo que pasemos en una callada reflexión buscando la respuesta sería un uso sabio del tiempo.

A menudo nuestras actividades vocacionales toman la forma de grupos, clubes y gremios. Esa clase de grupos tienden a incrementar la presión del juego y el descanso hasta convertirlos en algo más parecido al trabajo: horarios que hay que cumplir, eventos que hay que planificar, miembros que hay que atender.

Lo que en un momento tuvo como propósito el descanso ahora se ha convertido en un segundo o tercer trabajo, ¿Qué hacer?

¿Cesar las actividades recreativas? ¿Cortar los lazos con los amigos? ¿Abandonar el club? Ninguna de esas opciones parece razonable cuando nos enfrentamos a la perspectiva de perder los amigos o la diversión, pero muchas veces eso es exactamente lo que hace falta.

Los seres humanos desean tener compañía; todos la buscamos, todos la deseamos, todos la necesitamos, para no volvernos locos.

Como dijo Clint Eastwood: «el hombre debe saber cuáles son sus limitaciones».

¡Y yo lo sé! Me he documentado bien en cómo funciona mi cerebro; hasta dónde puedo forzarme y cuándo retraerme. Ahora no es ninguno de esos momentos.

Gálatas 6:9

No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

Hace ahora unos pocos años que me he visto motivado, movido por un propósito que ha eclipsado a todos los demás, pero de todas formas he tratado de mantener al menos un ligero interés en divertirme. De vez en cuando es necesario un descanso.

Ese propósito consumidor es la defensa apasionada de nuestros Principios Fundadores: Dios, la Biblia, la Constitución, la Libertad. Me he alistado imaginariamente en un Ejército de Patriotas Americanos y he pasado los días en las líneas del frente de esta Guerra Fría Cultural, que ahora se está volviendo caliente.

Aunque me duela dejar atrás a los que solo buscan asumir una postura de avestruz con la esperanza de que mañana las cosas estén mejor,  yo no tengo esa naturaleza.

Me pondré de pie y lucharé; me levantaré por la mañana y haré lo que pueda para dejar atrás las cosas de niño; leeré, oraré y continuaré estudiando ara mostrarme aprobado, un obrero capaz de distinguir la palabra de Verdad.

Llevaré esa verdad a la batalla, y cesaré de esgrimirla solamente cuando la arrebaten de mis manos yertas.

Thomas Paine

ESTOS son los tiempos que prueban las almas de los hombres. El soldado de temporada y el patriota de los tiempos fáciles, en esta crisis, se abstendrán del servicio a su país, pero el que lo defiende ahora se merece el amor y el agradecimiento de hombres y mujeres.

La tiranía, como el infierno, no es vencida con facilidad; pero tenemos este consuelo: que mientras más arduo el sea el conflicto, más glorioso será el triunfo.

Lo que obtenemos son demasiada facilidad lo valoramos muy a la ligera; es solo el trabajo lo que le da valor a todas las cosas. El cielo sabe cómo ponerle un precio adecuado a sus bienes, y sería en verdad extraño que un artículo tan celestial como la LIBERTAD no tuviera un alto precio.

1 Corintios 13:11

Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.

Amigos, canto no quisiera que este fuera un tiempo de ocio, un tiempo de descanso, un tiempo de pacífica languidez. Trágicamente, no lo es. Es tiempo de que el hierro se afile con el hierro; un tiempo, más que cualquier otro, en que no podemos descuidar unirnos con los hermanos. Este es un tiempo en que el remanente debe unirse, antes que seamos colocados en jaulas por los poderosos de este mundo.

Despertad, mis amigos, el enemigo está a las puertas. Enjugad las lágrimas de sus ojos, doblad rodilla y orad porque un Dios justo tenga misericordia de una nación que no se merece nada; orad porque nuestros enemigos no nos subyuguen, orad por que la maldad espiritual del progresivismo no  siga influyéndonos y orad por que tengamos el ánimo de seguir luchando.

Ya hace mucho que pasaron los días en que podíamos ser soldados de temporada.