Ramon Arias | 15 de abril de 2013
El Gobernador de Maryland, Martin O’Malley, un demócrata, ha implementado un impuesto para cubrir daños causados por la lluvia. Ahora los ciudadanos van a tener que orar para que no llueva en su estado si no quieren pagar más impuestos. El nombre oficial del impuesto es «tarifa para el tratamiento de tormenta». Tiene un sonido intelectual especial para, ¿no te parece? Oh sí, esos vendedores de propaganda maravillosos saben aprovecharse de la gente sencilla de mente que se postran ante las leyes estatales sin ninguna resistencia. El Gobierno de Maryland ya ha determinado cómo cobrar según el tamaño de la propiedad y la cantidad de lluvia.
De acuerdo con el Maryland Reporter.com, la legislatura estatal aprobó este impuesto en el año 2012 supuestamente para «aumentar los ingresos para limpiar la Bahía de Chesapeake», esto por supuesto, requerido por nada más y nada menos que la EPA. ¿Quiénes son los objetos de este impuesto? Los objetos son los ciudadanos de Maryland de nueve condados, ni siquiera las iglesias están exentas. Estoy seguro de que los «medioambientalistas” y todos los que favorecen y promueven un gobierno paternalista están saltando de alegría. Otros gobernadores y legisladores demócratas están gritando, «¡Eureka!»
¿Cuánto tiempo tomará para que los verdaderos estadounidenses despierten y sean los gigantes de la cultura que pueden hacer temblar a los lobos en piel de oveja ante su presencia? Cuando John Adams afirmó que Estados Unidos era una «nación de leyes, no de hombres», su idea con respecto a leyes está muy lejos de lo que actualmente esta nación de leyes se ha convertido. En primer lugar, la comprensión de leyes por los padres fundadores en sus leyes, en su mayoría, se basaba en la ley bíblica. Tenemos los antecedentes históricos para demostrar que Estados Unidos era una nación que se basó en la Biblia. En sus páginas claramente obtenemos la ley.
La visión del mundo izquierdista trabaja incansablemente contra la forma bíblica de la justicia utilizan la Constitución, como un documento en evolución cuando les es conveniente. En otras palabras, según ellos, ya que la Constitución es fundamentalmente errónea ningún absoluto moral debe tomarse en cuenta y debe sustituirse por una forma de gobierno central como el poder superior en lugar de un documento que no procede ni es compatible con su modo de pensar.
La idea de que solo los que están en el poder se convierten en los únicos que determinan lo que la ley de la tierra debería ser no es nada nuevo. Una vez que adquieren el poder, quieren controlar el estado y la iglesia con el fin de mantener a la gente en sujeción a lo que ellos dicten y se consideran ser los dueños de la tierra. Van a luchar y a destruir a cualquiera que se les oponga. Tarde o temprano, los tiranos caen, pero no antes de causar gran destrucción que infligen a sus súbditos.
Cada vez que oigas a un político decir: «Somos una nación de leyes no de hombres» se debe tomar un segundo vistazo a lo que ha ocurrido en el país, precisamente por las leyes hechas por los hombres sin convicciones morales bíblicas, independientemente si vienen de los que profesan ser cristianos.
En el pasado, los reyes y gobernantes, y los funcionarios públicos de los últimos 200 años que se han convertido en tiranos han temido que la Biblia llegue a las manos de la gente por pavor a que entiendan su contenido. El aprendizaje de la Biblia, que revela los absolutos morales, hace que incluso las personas sencillas sean superiores en conocimientos a su gobierno. En nuestros días, esta es la mayor amenaza para la mentalidad izquierdista y están decididos a destruir este concepto a toda costa. Hay que reconocérselos, hasta ahora han hecho un gran trabajo.
Antes de que Estados Unidos fuera una nación, durante la guerra de la independencia y durante la formación de la nueva nación bajo el innovador concepto de gobierno por el pueblo, nadie cuestionó la validez de la Biblia como la base de la sociedad. Toda crisis, desafíos y pruebas que enfrentaron desde el principio del Siglo XVII, les ensenó a depender en gran medida de la divina intervención poderosa de Dios, la sabiduría, la fuerza y la dirección en la construcción de una sociedad basada en la verdad revelada que no se encuentra en la sabiduría y la dirección del hombre.
La ausencia de luz es lo que causa la oscuridad. Estamos cosechando el fruto malo de tener en poca cuenta la justicia bíblica y los absolutos morales. La visión del mundo izquierdista amoral es el resultado de estas leyes hechas por el hombre. ¿De qué otra manera podemos explicar las leyes que producen la «legalidad» para matar a millones de bebés no nacidos, 90 millones de personas sin trabajo, 50 millones de personas que viven abajo del nivel de pobreza, 49 millones viven de la beneficencia, la nación está billones de dólares en deuda , un gobierno federal que quiere gastar sin límite a pesar de sus horribles registros administrativos que están documentados, un promotor de la corrupción en el mundo empresarial, las leyes de inmigración en un caos, guerras injustas que tienen miles de millones de dólares de costos, elevando el matrimonio homosexual como un estilo de vida normal a pesar de los miles de años que demuestran lo contrario a través del matrimonio tradicional, tolerantes con el crimen e injustos con las víctimas? La lista es mucho más larga y drástica. No debemos pasar por alto el constante castigo de los ciudadanos respetuosos de la ley, incesantes legislaturas que roban las libertades de las personas y el dinero.
A lo largo de las edades, la sabiduría del hombre revela imperios fracasados. Tenemos que dejar de idealizar la antigua filosofía griega, la ley romana, los franceses ilustres y las monarquías judías. Todos ellos sufrieron las mismas consecuencias porque han perdido su brújula moral componiendo sus propias leyes de acuerdo con lo que les parece bien a ellos en el momento. Esta es la razón por la que Noah Webster, el maestro de escuela de los Estados Unidos, dijo, «todas las miserias y males que los hombres sufren del vicio, el crimen, la ambición, la injusticia, la opresión, la esclavitud y la guerra, proceden de manera evidente del desprecio y descuido de los preceptos en la Biblia».
¿No crees que si Estados Unidos fue basado en los principios bíblicos, la decisión más lógica sería la de volver una vez más a estudiar los principios establecidos antes que nosotros? Sé que tenemos demasiadas voces e interpretaciones desde diversas doctrinas que han contaminado la comunidad cristiana, pero eso no es una excusa, ni es justificable el irresponsables ante Dios, la familia y el país. Hombres y mujeres de todas las edades a lo largo de la historia que han decidido ser libres han asumido la responsabilidad personal para estudiar las Escrituras por sí mismos y se convirtieron en valientes para desafiar al estado y la iglesia institucionalizada si era necesario. Ellos son los que han hecho la diferencia para bien y seguirán haciendo la diferencia. Dios siempre ha tenido un remanente fiel.
Permíteme dejarte con una reflexión seria sobre lo que John Adams tenía en mente cuando se refirió a una nación de leyes, no de hombres: «Supongamos que una nación en alguna región lejana tomara la Biblia como su libro de leyes solamente y todos los miembros deberían regular su conducta aplicando los preceptos allí expuestos … ¡Qué utopía! ¡Qué paraíso sería esta región!» Después en una carta a Thomas Jefferson dijo: «La Biblia es el mejor libro del mundo».