Exalta a Dios con acciones de gracias

Nena Arias | 25 de noviembre de 2019

Alabaré… el nombre de Dios; lo exaltaré con acciones de gracias.
(Salmo 69:30)

A medida que nos acercamos a la temporada de Acción de Gracias, es hora de hacer un inventario de cuánto hemos sido bendecidos a pesar de los desafíos que ha presentado nuestra vida, todas las cosas parecen funcionar siempre para bien. Especialmente para aquellos que han depositado su confianza en el Señor.

Es una expresión natural estar agradecidos cuando alguien hace algo por nosotros o nos da algo. No es una buena experiencia cuando haces algo para servir o complacer a alguien y no lo reconoce ni expresa gratitud por tu amable gesto.

No hay nadie más generoso que Dios. Solo imagina cómo se siente Dios cuando ve cuánto lo damos por sentado o ni siquiera nos damos cuenta de que él proporciona todo lo que necesitamos mucho antes de que lo necesitemos. Es tan generoso que incluso alimenta y sostiene a quienes lo odian y constantemente se están haciendo el mal a sí mismos y a los demás. Se nos dice que es tan generoso que: porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos” (Mateo 5:45). El Salmo 112:9 dice: El justo comparte con los pobres lo que tiene; su justicia permanece para siempre”.

Dios da sus dones libremente porque no solo es generoso, sino que también es compasivo y la única fuerza que da vida en todo el universo. «Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación» (Santiago 1:17).

Dedicar un día de acción de gracias nacional es único en Estados Unidos. El Día de Acción de Gracias es una tradición muy importante en nuestro país, con un significado profundo que habla de quiénes somos como nación. Nunca debe ser referido como «día del pavo». El Día de Acción de Gracias se celebra el cuarto jueves de noviembre. Se originó como un festival de la cosecha, que fue celebrado por los peregrinos, los colonos ingleses que desembarcaron y establecieron la colonia Plymouth en Plymouth, Massachusetts en 1620. Este día memorable se celebró después de su primera cosecha en el Nuevo Mundo en octubre de 1621. Esta fiesta duró tres días, con 90 nativos americanos y 53 peregrinos presentes. Después de haber pasado un invierno muy duro en el que casi la mitad de los 102 peregrinos que llegaron habían muerto de enfermedades y hambre, siguió una cosecha abundante y fue una gran razón para celebrar y agradecer a Dios por haberlos socorrido.

Los primeros colonos estaban acostumbrados a celebrar regularmente días de oración en acción de gracias a Dios por sus muchas bendiciones, y nosotros también debemos hacerlo. ¡Estamos muy bendecidos!

¡Alaben al SEÑOR, porque es bueno; porque para siempre es su
misericordia!
(1 Crónicas 16:34)

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