Ramon Arias | 31 de diciembre de 2012
La tradición a menudo puede distraer o negar la realidad de la vida. El mundo occidental celebra el Año Nuevo con todo tipo de deseos y propósitos que terminan en una mera ilusión. Nos estamos preparando para sufrir las graves consecuencias de las creencias poco realistas debido a la ilusión de la gente que las cosas sean mejor sin la responsabilidad para hacer que sucedan. Éstos son algunos de los sinónimos de ilusión: delirio, fantasía, auto-engaño, falsa creencia.
Este año nuevo viene con un SOS más fuerte que nunca, necesitamos la ayuda en grande y, ¡la necesitamos ahora! Sin embargo, debemos aprender del pasado y tener cuidado a quien enviamos el SOS. Si somos honestos, sabemos que nuestro SOS no debe ser enviado al gobierno civil, al sistema bancario, el comercio, los «intelectuales», al mundo de la academia, los medios de comunicación, el entretenimiento, y en su mayoría, ni siquiera a la iglesia. ¿Por qué no? Por razones obvias, porque en primer lugar son los que nos han metido en todo este lío. Pero, ¿son los únicos que tienen la culpa? ¡Por supuesto que no! ¿Quiénes son los responsables primarios de todo este lío? ¡NOSOTROS LA GENTE! Hemos permitido que las cosas sean lo que son hoy y, ¡esa es la verdad!
Nuestras acciones determinan la dirección que todas las cosas tomarán. Debemos ser honestos y admitir dónde estamos ahora. Si seguimos por este camino, ¿dónde creen que estaremos como nación dentro de diez, cinco o tres años a partir de ahora? Otra pregunta es: ¿a quién le enviamos nuestro SOS? Ten cuidado al contestar, sólo recuerda que los hombres con su «sabiduría brillante» nos trajeron hasta aquí, no tan brillante después de todo, ¿verdad? ¿Estoy dando a entender que todos los individuos son tontos? De ninguna manera, hay algunos que son muy sabios, pero su respuesta a nuestro dilema está siendo bloqueada. Si vamos a resolver nuestros problemas hay que reconocer que esto no será sin dolor, pero al final vamos a restaurar la nación y moverla en la dirección correcta de nuevo.
Podemos enviar el SOS teniendo en cuenta las advertencias siguientes en la única fuente confiable que tenemos de la verdad:
“Así dice el SEÑOR: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre!¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza y aparta su corazón del SEÑOR! Será como una zarza en el desierto: no se dará cuenta cuando llegue el bien. Morará en la sequedad del desierto, en tierras de sal, donde nadie habita». (Jeremías 17:5-6)
¿Está diciendo esta afirmación que no debemos confiar en nadie? No, eso no es lo que dice. Una persona se convierte en maldición cuando la confianza se coloca en los simples mortales cuyas vidas no son transformadas por la renovación de sus mentes con el conocimiento de Dios. Cualquier persona cuya mente y corazón se aparta de la ética de Dios nunca puede esperar que las cosas salgan bien, es imposible no importa lo prometedor que puedan parecer. Puede ser que les envíes a estas personas tu SOS pero de seguro recibirás una farsa por respuesta.
Si quieres verdaderos resultados duraderos entonces debes enviar tu SOS a las personas cuyas vidas den el fruto de la justicia y están en condiciones de hacer el trabajo sin pensar en cómo agradar a los hombres sino a Dios.
“Bendito el hombre que confía en el SEÑOR, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto». (Jeremías 17:7-8)
Cuando se envía un SOS la confianza es un gran problema. El nivel de confianza en todas las instituciones en este momento se encuentran en el punto más bajo. Eso significa que, en su mayoría, las personas que componen estas instituciones no se les puede confiar incondicionalmente. ¿Cómo podemos confiar honestamente a cualquier persona cuya ética está en contra de Dios? Mira todos los montones de leyes de los hombres y lo que han logrado, aparte de ahogarnos con cargas insoportables. En lugar de rescatar a la sociedad están unidos en destruirnos.
La siguiente pregunta se convierte en una necesidad y demanda una respuesta inteligente, ¿a quién podemos confiar? Toma en serio la siguiente declaración:
“Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo? Yo, el SEÑOR, sondeo el corazón y examino los pensamientos, para darle a cada uno según sus acciones y según el fruto de sus obras». (Jeremías 17:9-10)
Los psiquiatras, psicólogos, consejeros, pastores y otros expertos en la salud mental pueden hacer su mejor esfuerzo para entender lo que está en la mente del hombre y aún no totalmente conseguir la respuesta completa para el comportamiento humano y errarle al blanco. ¿Por qué? Debido a la naturaleza los seres humanos son pecadores; nacemos en pecado y nuestra inclinación es hacer acciones pecaminosas. Esto se convierte en un asunto del corazón y los seres humanos se convierten en expertos del engaño, aquí está el meollo del asunto y la respuesta a todos nuestros problemas humanos. Los seres humanos estamos desesperadamente enfermos y necesitados de sanidad de una fuente mayor de la que el hombre pueda ofrecer. A pesar de todo el ateo trata de negar la realidad de Dios, y que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Negar esta verdad no cambia el resultado de la vida. En cada generación Dios busca poner a prueba el corazón y la mente para dar a cada uno según sus acciones.
Lo que vemos es toda la corrupción y la angustia de los frutos de las ideas del hombre arraigadas en el corazón. Considerando lo anterior la declaración de Jesús tiene todo el sentido del mundo:
“Pero lo que sale de la boca viene del corazón y contamina a la persona. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias. Éstas son las cosas que contaminan a la persona, y no el comer sin lavarse las manos». (Mateo 15:18-20)
Nuestra única esperanza para un futuro mejor es restaurar a Dios en nuestras vidas e instituciones, cualquier cosa menos que eso no será suficiente. Su Palabra revela que esta es la única manera que Dios acudirá a nuestro SOS, Él no ha cambiado. Él espera que nosotros hagamos nuestra parte y seamos responsables de nuestra condición nacional seria que se ha convertido en una vergüenza para el mundo. Cuando le enviamos nuestro SOS, pidiendo ayuda, Él nos dice lo que debemos hacer en el proceso para darnos su rescate:
“Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra». (2 Crónicas 7:14)
¿Será un feliz año nuevo? ¡Todo depende de ti!