Incremento alarmante del suicidio adolescente en una década

Nena Arias | 23 de abril de 2018

Los Centros para el Control de Enfermedades y la Prevención informaron un aumento alarmante en el número de suicidios de adolescentes entre 2006 y 2016.

Demasiados jóvenes están tan desesperados que están optando por el suicidio pensando que es la única salida. El último análisis de datos disponible de los Centros para el Control de Enfermedades y la Prevención ha informado que la tasa de suicidios de niños de raza blanca y adolescentes entre 10 y 17 años aumentó un 70% entre 2006 y 2016.

Lo siguiente fue informado en USA TODAY (de acuerdo a la información brindada por los Centros para el Control de Enfermedades y la Prevención):

«Un estudio de hospitales pediátricos publicado en mayo pasado halló que las admisiones de pacientes de 5 a 17 años de pensamientos y acciones suicidas se duplicaron con creces entre 2008 y 2015. Los grupos con mayor riesgo de suicidio son varones de raza blanca entre 14 y 21».

Los «expertos» quieren culpar de este aumento a los servicios de salud mental deficientes y la negativa de los adolescentes en admitir que tienen un problema con esto lo suficiente como para buscar ayuda. También se culpa de lo que la gente llama los problemas «difíciles de resolver» como los padres adictos a opioides, el entorno político caótico que no ofrece soluciones reales para nada, a pesar de la baja tasa de desempleo, que pone a la economía en alza. Y luego está la excusa poco convincente de que «son adolescentes». Como si los adolescentes de otras generaciones hicieran lo mismo, de recurrir al suicidio para resolver sus problemas. Buen intento, pero no es congruente. 

Foto: iStock photos¿Qué ha dejado a nuestros jóvenes tan desanimados y tan vacíos de esperanza y soluciones reales para pensar que el suicidio es la respuesta? ¿Qué ha hecho que los adolescentes piensen que el suicidio es la mejor opción para resolver todos sus problemas? Es obvio que los adolescentes se sienten abandonados, solos y con corazones desanimados, lo cual, en su mayoría, solo puede significar que la población adulta que los rodea y la sociedad en general no los ha preparado adecuadamente para las presiones de la vida que requieren respuestas sólidas reales para una base inmovible que haga frente a la vida, y especialmente al más allá.

Hay excepciones a la regla de lo que voy a decir a continuación porque, en última instancia, la decisión la toma el individuo que opta por el suicidio, pero en su mayoría, los adolescentes que optan por el suicidio se debe a que no pueden encontrar algo de donde apoyarse en su desesperación. No pueden encontrar un ancla de vida para aferrarse y la cultura que no ofrece estabilidad, especialmente una como la nuestra que intenta dejar a Dios fuera de todo.

Los padres creen erróneamente que al proporcionar las necesidades de la vida, una oportunidad decente para una buena educación, chequeos médicos físicos anuales y viajes al dentista y una palmada en la cabeza de vez en cuando, a sus hijos les irá bastante bien en la vida. A los niños se les permite pasar horas interminables solos en sus dormitorios con sus aparatos electrónicos y exponerse a tanta inmundicia, caos y comentarios de otras personas que tienen demasiado tiempo libre para expresar pensamientos de holgazanería.

Los padres interpretan algunos de los cambios de humor en sus hijos como parte de ser un niño o un adolescente y que lo superarán y seguirán como cuando ellos eran niños. Si el cambio de humor persiste en su hijo o hija, los padres pueden incluso llevarlos a un consejero de algún tipo en sus esfuerzos por brindarle a su hijo la mejor atención posible. Incluso pueden buscar líneas directas que ayuden con adolescentes problemáticos. Cuando todo lo anterior falla, el problema de los adolescentes se etiqueta como un problema de salud mental y entonces es hora de que las «grandes ligas» entren en el marco: la psiquiatría moderna, cuyo tratamiento de elección son las drogas recetadas que calman al paciente, incluso con efectos que provocan tendencias suicidas. La cura, en muchos casos, es peor que la «enfermedad». Sin embargo, la sociedad dice que debe haber más psiquiatras para satisfacer la demanda. Los psiquiatras se han convertido en los dioses del mundo moderno.

Todos estos esfuerzos son encomiables y ciertamente muestra que los padres están haciendo todo lo que la sociedad les dice que son las cosas por hacer, pero la parte más importante aún falta.

Los humanos no son solo una mente, que educamos, y un cuerpo, que alimentamos, vestimos y cuidamos, sino que también tenemos un espíritu, que es la parte más importante y con demasiada frecuencia se queda fuera por descuido. Es la verdadera identidad de una persona y seguirá viviendo para siempre. Es la parte de un ser humano que clama por conocer su verdadera identidad y propósito para la vida y lo que queda después de esta vida terrenal. La Biblia enseña acerca de una vida futura, pero debemos de ingresar correctamente. Entonces, lo que parece ser la «solución» para muchas personas que se suicidan, es solo el comienzo de sus problemas. Debemos hablar de esto tal como es desde la perspectiva de Dios, no la mía. Hebreos 9:27 dice, «… Y de la manera que está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después el juicio».

Nuestros jóvenes no deberían morir antes de tiempo, y menos a través del suicidio porque en Cristo siempre hay esperanza y respuestas a los desafíos de la vida. Nuestro tiempo de pasar a la eternidad es designado por Dios. Nuestros cuerpos no son nuestros, son el templo de Dios donde Él quiere permanecer en Su plenitud,

1 Corintios 6:19-20 “¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, que mora en ustedes, el cual tienen de Dios, y que no son de ustedes?  Pues han sido comprados por precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo”.

La única línea de vida verdadera para todos nosotros solo se encuentra a través del Señor Jesucristo y Él nos ofrece todo lo que tiene valor para nosotros. Especialmente cómo lidiar con los problemas de la vida como lo dice el consejo en este proverbio:

“Confía en el SEÑOR con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas.”
Proverbios 3:5-6
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