Jesse Jackson mira hacia las Naciones Unidas buscando ayuda; El Gobernador de Florida mira hacia Dios para buscar Su ayuda

Ramon Arias | 22 de julio de 2013

A estas alturas, muchos artículos se han escrito sobre los disturbios y las protestas que se están llevando a cabo en muchas ciudades en todo el país dirigidas y organizadas por los llamados «reverendos», como Al Sharpton y otros activistas.

Desde que el jurado declaró a George Zimmerman no culpable de matar al joven Trayvon, las cosas no marchan bien. Las mismas personas que exigían el juicio de Zimmerman no aceptan el veredicto del jurado, a pesar de que la evidencia abrumadora no dejó lugar a dudas que el acto fue en defensa propia.

El fiscal principal, los abogados defensores, el juez, los miembros del jurado, los padres de Trayvon y su abogado, y una multitud de negros reconocidos estuvieron de acuerdo en que no se trataba de prejuicio racial. Incluso el FBI no encontró ninguna violación de los derechos civiles o libertades civiles en su propia investigación. La investigación sacó a la luz que Zimmerman en la actualidad hacía labor de ser mentor con los jóvenes negros. A pesar de todos estos hechos contundentes, los manipuladores de todas las crisis ahora utilizan la carta racial; recuerda que no les gusta desperdiciar una crisis. La declaración de Obama el viernes no ayudó para lograr una reconciliación. Esperó casi una semana para alimentar el fuego del racismo diciendo que Trayvon se parecía a él hace 35 años, e incluyó otros comentarios incendiarios. Por supuesto, no es ninguna sorpresa ya que Obama sobresale en este tipo de situaciones, es decir, en dividir a la nación aún más.

No necesitamos revertir al racismo. Lo que tenemos que hacer es entender ¿por qué ésta nación va por el camino de la destrucción? ¿Quién está alimentando el fuego, y cuál es la agenda que están implementando? Una cosa es segura, está corrupta hasta el meollo.

Otro «Reverendo», Jesse Jackson, le está implorando al Consejo de los Derechos Humanos de la ONU para que investiguen la muerte de Trayvon Martin. Este «Consejo» es controversial, y con razón, ya que incluye los regímenes con malos antecedentes extremos de los derechos humanos. El estilo de personas como Jackson y Sharpton son el tipo de «reverendos» en todas las razas que ignoran la fe que profesan y tuercen las Escrituras para adaptarlas a su ideología de muerte y destrucción.

¿Por qué no está Jackson pidiendo ayuda para resolver el alto nivel de crimen en Chicago ya que su organización tiene su sede en esa ciudad? Uno pensaría que estaría trabajando incansablemente para erradicar todo el derramamiento de sangre. Desde la muerte de Trayvon, más de 700 negros murieron en incidentes relacionados con pandillas. Desde que comenzó el juicio de Zimmerman murieron 61 negros. ¿A cuántos de ellos puede el “Reverendo” Jackson nombrar? Lo triste es que bebés y sus madres han muerto en el cruce de fuego entre las pandillas. Se estima que a los negros se les atribuye el 91% de los homicidios entre ellos mismos. ¿No dirías que deberíamos exigir justicia para todos los asesinatos de negros contra negros no sólo en Chicago sino también en todo el país? ¿No dirías que los «Reverendos» Al Sharpton, Jesse Jackson, y los otros “Reverendos” deberían dedicar toda su energía para detener todos los homicidios entre los negros en todas las comunidades con la misma pasión que muestran en el caso de Trayvon?

¿Qué tal si todos los «Reverendos» siguieran el ejemplo del Gobernador Rick Scott para pedir a todas las razas que se humillen ante Dios y reconozcan los pecados nacionales de los Estados Unidos? No se le cometió ninguna injusticia a Trayvon, fue una triste pérdida de vida, pero no hay tal injusticia. El problema de Estados Unidos es mucho más profundo que un caso triste y trágico en la Florida, y el Gobernador Scott ha tomado la valiente decisión correcta pidiendo la solución comenzando con la oración de su Estado para la reconciliación entre todos los ciudadanos del Estado:

El Gobernador Scott hace proclamación para un Día Estatal de Oración para la unidad en la Florida

El 19 de julio de 2013, en comunicados de prensa, por el personal

Hoy día, el Gobernador Scott, emitió la siguiente proclamación de un Día Estatal de Oración para la unidad de la Florida:

CONSIDERANDO, que la gente de Florida son gente fuerte y optimista que se unen en tiempos de crisis, y

POR CUANTO, la Florida ha enfrentado muchos desafíos antes – incluyendo los desastres de la naturaleza – con un espíritu de unidad y perseverancia, y

CONSIDERANDO, que la muerte de Trayvon Martin, de 17 años de edad, es una tragedia, para la familia Martin, la familia de George Zimmerman, y todos los afectados por la muerte de Trayvon permanecen en nuestros pensamientos y oraciones, y

POR CUANTO, las emociones siguen alteradas y continuamos estando de duelo por la pérdida de Trayvon y por los trágicos acontecimientos que rodearon su muerte han impactado a la comunidad de Sanford, Florida, y otras comunidades de nuestro estado, y

CONSIDERANDO, que los trágicos acontecimientos nos obligan a un momento de profunda reflexión y oración para encontrar la fuerza y la paz en la incertidumbre, y

CONSIDERANDO, que los floridianos están unidos, no sólo en su capacidad de recuperación, sino también por ser un pueblo de gran humildad, bondad y compasivo;

AHORA, POR TANTO, YO, Rick Scott, gobernador del Estado de Florida, por la presente declaro el Domingo, 21 de julio 2013, como día ESTATAL DE ORACIÓN POR LA UNIDAD EN LA FLORIDA.

Estados Unidos está empapado en sangre. Los políticos no pueden resolver todos los problemas monumentales acumulativos causados por nada más y nada menos que por el propio pueblo. Una gran cantidad de cosas están mal con la cultura de los Estados Unidos y entre estos males está la obsesión con la cultura de la muerte. La sangre de cerca de 60 millones de vidas inocentes clama contra esta nación por el asesinato de los más indefensos de los seres humanos, los bebés preciosos en el vientre de su madre. ¿Podemos honestamente seguir pidiendo que Dios bendiga a Estados Unidos para que podamos seguir aumentando y exportando la cultura del mal? O, ¿tendremos un tiempo limitado para regresar a este país a los principios que le dieron su grandeza, los que se establecieron en 1620? La respuesta la tiene el pueblo de Dios en este país.

Los residentes de la Florida no deben ser los únicos en humillarse ante Dios, sino también todos los hijos de Dios deben ahora buscar con verdadero arrepentimiento seguido por obras de justicia. Dios no le perdonó al Israel antiguo su creciente maldad y rebeldía contra la ley moral de Dios. Los requisitos de Dios para la manera correcta de vivir la vida no han cambiado.

Tomemos en serio la oración de Daniel ante Dios todopoderoso y la apliquémosla a nuestras calamidades nacionales:

Oré al Señor mi Dios y le confesé:

“¡Oh Señor, tú eres un Dios grande y temible! Siempre cumples tu pacto y tus promesas de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos; pero hemos pecado y hemos hecho lo malo. Nos hemos rebelado contra ti y hemos despreciado tus mandatos y ordenanzas. Nos hemos rehusado a escuchar a tus siervos, los profetas, quienes hablaron bajo tu autoridad a nuestros reyes, príncipes, antepasados y a todo el pueblo de la tierra.

“Señor, tú tienes la razón; pero como ves, tenemos el rostro cubierto de vergüenza. Esto nos sucede a todos, tanto a los que están en Judá y en Jerusalén, como a todo el pueblo de Israel disperso en lugares cercanos y lejanos, adondequiera que nos has mandado por nuestra deslealtad a ti. Oh Señor, nosotros y nuestros reyes, príncipes y antepasados estamos cubiertos de vergüenza porque hemos pecado contra ti. Pero el Señor, nuestro Dios, es misericordioso y perdonador, a pesar de habernos rebelado contra él. No hemos obedecido al Señor nuestro Dios, porque no hemos seguido las instrucciones que nos dio por medio de sus siervos, los profetas. Todo Israel ha desobedecido tus instrucciones, te ha dado la espalda y ha rehusado escuchar tu voz.

Entonces ahora, a causa de nuestro pecado, se han derramado sobre nosotros las maldiciones solemnes y los juicios escritos en la ley de Moisés, siervo de Dios. Tú cumpliste tu palabra e hiciste con nosotros y nuestros gobernantes tal como habías advertido. Nunca hubo una calamidad tan grande como la que ocurrió en Jerusalén. Se han cumplido todas las maldiciones de la ley de Moisés escritas contra nosotros. Sin embargo, nos hemos rehusado a buscar la misericordia del Señor nuestro Dios al no reconocer su verdad ni abandonar nuestros pecados. Por lo tanto, el Señor nos ha enviado la calamidad que había preparado. El Señor nuestro Dios tuvo razón en hacer todas esas cosas, porque no lo obedecimos.

Oh Señor nuestro Dios, al rescatar a tu pueblo de Egipto con gran despliegue de poder, le diste honor perpetuo a tu nombre; pero hemos pecado y estamos llenos de maldad. En vista de tus fieles misericordias, por favor, Señor, aparta tu enojo y furor de tu ciudad, Jerusalén, tu monte santo. Todas las naciones vecinas se burlan de Jerusalén y de tu pueblo por causa de nuestros pecados y de los pecados de nuestros antepasados.

¡Oh Dios nuestro, oye la oración de tu siervo! Escucha mientras te hago mis ruegos. Por amor a tu nombre, Señor, vuelve a sonreírle a tu desolado santuario.

Oh Dios mío, inclínate y escúchame. Abre tus ojos y mira nuestra desesperación. Mira cómo tu ciudad —la ciudad que lleva tu nombre— está en ruinas. Esto rogamos, no porque merezcamos tu ayuda, sino debido a tu misericordia.

Oh Señor, óyenos. Oh Señor, perdónanos. ¡Oh Señor, escúchanos y actúa! Por amor a tu nombre, no te demores, oh mi Dios, porque tu pueblo y tu ciudad llevan tu nombre”.

Daniel 9:4-19

Facebook
Twitter
LinkedIn
Reddit