La actitud de Dios hacia los juegos de azar

Nena Arias | 10 de junio de 2013

Cuando las personas juegan ponen su fe en los dioses de la «buena suerte» y «mala suerte» en lugar de en el Dios vivo y verdadero. Esto es ofensivo a Dios y traerá consecuencias negativas. Isaías 65:11, Pero a ustedes que abandonan al Señor y se olvidan de mi monte santo, que para los dioses de la Fortuna y del Destino preparan mesas y sirven vino mezclado, los destinaré a la espada”.  El hecho de que el Estado hace que sea legal para jugar no lo hace correcto ante los ojos de Dios.

Una lectura cuidadosa de la Biblia deja en claro que el juego es un mal que hay que evitar.

1. El juego de azar es malo, ya que es una desconsideración  a la administración responsable

  • Todas las cosas le pertenecen a Dios: «La tierra es del Señor y todo lo que en ella hay, el mundo y todos los que en él habitan», Salmos 24:1. Puesto que todas las cosas le pertenecen a Dios, las personas son colocadas en la posición de ser administradores que deben dar una contabilidad adecuada de todo lo que se les ha dado en confianza.
  • Las personas que se dedican a Dios también reconocen que todo lo que poseen debe ser manejado como una mayordomía, porque no es suya sino de Dios. Mateo 25:14-30. Dios da los talentos y los recursos que las personas deben rendir cuentas honestas. Ni aún el mundo tolera a los que juegan con los recursos depositados en su confianza. Para el cristiano, jugar al azar es una prostitución total de los activos y talentos dados por Dios, que deben ser utilizados para glorificar a Dios y avanzar Su reino.

2. El juego de azar es malo porque involucra una oportunidad de ganancia a costa del sufrimiento de los demás.

  • La naturaleza del juego de azar es tal que una persona tiene una oportunidad de ganancia sólo porque otros han sufrido pérdidas y por lo general son los que menos pueden permitírselo. Los cristianos deben amar a sus prójimos como a sí mismos. El principio del amor impedirá que los cristianos no participen en los juegos de azar por el daño que le hace a los demás. «No codiciarás los bienes que tus vecinos …” Éxodo 20:17.

3. El juego de azar es malo, ya que es incompatible con la ética de trabajo revelado en la Palabra de Dios

  • En la Escritura se enfatiza la importancia del trabajo. «… Los que no están dispuestos a trabajar que tampoco coman”, 2 Tesalonicenses 3:10.
  • La Escritura también advierte contra ganar algo por nada, el hacerse rico rápido. «La persona digna de confianza obtendrá gran recompensa,
pero el que quiera enriquecerse de la noche a la mañana, se meterá en problemas”, Proverbios 28:20. Los avaros tratan de hacerse ricos de la noche a la mañana,
pero no se dan cuenta que van directo a la pobreza”, Proverbios 28:22.  La riqueza lograda de la noche a la mañana pronto desaparece;
pero la que es fruto del arduo trabajo, aumenta con el tiempo”, Proverbios 13:11.
  • En el Jardín del Edén, se dio la comisión del trabajo y nunca fue revocada. Cualquier intento de eludir la ética de trabajo de la Escritura sólo resultará en un fracaso. Juegos de azar, ya sea para asegurar la riqueza rápida o para poner pan en la mesa es incompatible con lo que la Biblia enseña acerca del trabajo.

4. El juego de azar es malo porque tiende a ser un hábito o adicción

  • Los juegos de azar, como otros vicios, tienen una tendencia a convertirse en una adicción. Los jugadores compulsivos, como los drogadictos o alcohólicos, arriesgan no sólo el dinero, sino todo lo importante en la vida. Pierden control. El cristiano debe negarse ser controlado o ser esclavizado incluso de las cosas legales. «Todas las cosas me son lícitas, pero no todo conviene. Todas las cosas me son lícitas, pero no seré dominados por nada», 1 Corintios 6:12. La persona donde mora el Espíritu Santo se caracteriza por la templanza o el dominio propio. «… mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley», Gálatas 5:23.
  • Seis síntomas se desarrollan en los jugadores de azar. 1) La actividad se convierte crónicamente repetitiva. 2) Se convierte en una obsesión, que suplanta todos los otros intereses, incluyendo el hogar. 3) Un optimismo patológico reemplaza la capacidad de aprender de las experiencias de pérdidas anteriores. 4) El jugador pierde la posibilidad de detenerse en una situación ganadora. 5) A pesar de la decisión inicial de jugar sólo cierta cantidad el adicto arriesga demasiado. 6) La actividad parece producir una tensión contradictoria de placer y dolor. Los juegos de azar se convierten en una compulsión fuera de control. En lugar de servir a  Dios, los jugadores le sirven a un deseo que no pueden controlar. ¿No se dan cuenta de que uno se convierte en esclavo de todo lo que decide obedecer? Uno puede ser esclavo del pecado, lo cual lleva a la muerte, o puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a una vida recta”, Romanos 6:16. La degradante posibilidad de adicción hace que el juego de azar sea malo.

5. La responsabilidad cristiana en relación al juego de azar

  • Cuando se consideran las verdades claramente expuestas en la Palabra de Dios, los cristianos no pueden adoptar una postura neutral con respecto a los juegos de azar. Existen responsabilidades, que no deben pasarse por alto. La Biblia instruye a los creyentes, «todo lo que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios», 1 Corintios 10:31. Sin duda, incluye los juegos de azar. Dios no es glorificado cuando las personas ponen su confianza en el azar y no en el Señor. La Biblia enseña que debemos «evitar todo tipo de mal», 1 Tesalonicenses 5:22. Ningún tipo de práctica que viola los principios de Dios se puede considerar menos de que lo que es, nocivo. La Palabra de Dios con respecto a la mayordomía es consideraciones para los demás y la dignidad del trabajo honesto. Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para impedir la legalización de los juegos de azar, ya sea para recaudar dinero para la beneficencia, la Iglesia o el Estado.

Artículo adaptado de: http://ag.org/top/Beliefs/Position_Papers/pp_downloads/pp_4186_gambling.pdf

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