La anulación del Evangelio

Nena Arias | 1 de octubre de 2018

“No añadan a las palabras que yo les mando, ni quiten de ellas, de modo que guarden los mandamientos del SEÑOR su Dios”.
(Deuteronomio 4:2)
 
“Tendrán cuidado de hacer todo lo que yo les mando; no añadirán a ello, ni quitarán de ello”.
(Deuteronomio 12:32)
 
“No añadas a sus palabras, no sea que te reprenda y seas hallado mentiroso”.
(Proverbios 30:6)

El mensaje de la Biblia que nos trae el Evangelio del Señor Jesucristo es el mensaje más poderoso, completo y duradero jamás dicho, jamás predicado y experimentado en toda la historia de la humanidad. Su poder es inigualable con ninguna filosofía, religión o líder religioso ilustrado o poderoso rey o gobernante que haya existido alguna vez. Tiene el poder para transformar desde adentro hacia afuera y nos da una naturaleza completamente nueva, donde ya no tenemos que ser controlados por la pecaminosidad. Es el único conocimiento que nos da un verdadero propósito y sentido para la vida aquí en la tierra y en el más allá. No hay absolutamente ninguna duda, las «buenas noticias» que trajo Jesucristo tienen una enorme efectividad en las vidas de sus oyentes, si es que las creen.

Si esto es así, y este mensaje ha estado con nosotros desde hace miles de años, ¿por qué no estamos viendo más de su increíble impacto en nuestras vidas, nuestra cultura y en el mundo, especialmente ya que más de 2 mil millones de personas en el mundo afirman ser de la fe cristiana? ¿Qué le ha sucedido al verdadero Evangelio? Si ya no vemos estos increíbles resultados en la vida de las personas, ¿por qué no? Nunca hemos tenido tantas iglesias cristianas, programas de radio, televisión e internet con la capacidad de comunicar el Evangelio como lo hacemos ahora, entonces, ¿por qué lo hemos perdido de vista en su pureza? ¿A caso no es verdad lo que pasa por el mensaje del cristianismo en nuestros tiempos? Si no, ¿qué es lo que se ha cambiado por el verdadero evangelio? ¿A donde se fué?

¿Por qué tanta gente se está saliendo de las iglesias establecidas y hacia dónde van? Sabemos que muchas de las personas sentadas en las bancas, especialmente las generaciones más jóvenes, llegan a dejar de creer en Dios mientras están en la iglesia. Una de las principales razones es porque sus preguntas y dudas no están siendo respondidas. Entonces, ¿será que la Biblia no es lo suficientemente buena? ¿Por qué caen algunos líderes de la iglesia? ¿Será que el consejo bíblico que estaban dando no era real? ¿Su consejo no fue lo suficientemente bueno como para aplicarse a sus propias vidas o será qué simplemente no funciona?

En su mayoría, los cristianos modernos tratan a las iglesias como si fuera un club social. Para ser aceptados, deben vestirse correctamente, hablar correctamente, tener la apariencia correcta, conducir el automóvil adecuado, tener la educación adecuada y tener logros en algo respetable.

Cuando visitas varias iglesias cristianas, los sermones que oyes, en su mayoría, te hacen preguntar ¿por qué razón se le paga a esa persona por subir allí cuando parece que no pasó mucho tiempo orando o estudiando la Palabra de Dios más que el tiempo que ha dedicado a jugar al golf o ir de compras? El resultado es la circulación de muchas falsedades, cálidos mensajes difusos, doctrinas llenas de contradicciones y contaminación de la pureza de la Palabra de Dios y el resultado es la anulación del poder del Evangelio de Jesucristo. Los sermones son pequeñas migajas de versículos de la Biblia parafraseados, no se parecen a nada de lo que debería ser un buen alimento espiritual sólido. Por lo tanto, el poder del Evangelio está ausente en demasiadas iglesias.

También tienes el otro lado del péndulo donde solo quieren enfocarse en los dones de poder y no en la vida correcta de buscar el reino de Dios y su justicia. Esto produce muchos cristianos desequilibrados que solo quieren enfocarse en sensacionalizar el Evangelio, pero sus vidas dejan mucho que desear en una vida recta.

Todo esto produce cristianos superficiales e ignorantes que carecen seriamente del verdadero conocimiento, sabiduría y comprensión de los caminos de Dios porque la Palabra de Dios no está presente ni es respetada en buena medida en sus vidas o en la iglesia.

No vivas solo dependiendo de obtener la Palabra de Dios de segunda mano a través de pastores o maestros. Léela y estúdiala por ti mismo para que puedas comparar y confirmar lo que estás escuchando en la iglesia, para ver si realmente es la Palabra de Dios sin ser adulterada. Solo en su pureza el poder del Evangelio no será anulado en tu vida.

“Porque para los que se pierden, el mensaje de la cruz es locura; pero para nosotros que somos salvos, es poder de Dios”. (1 Corintios 1:18)

“Ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que su fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”. (1 Corintios 2:4-5)

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