La Corte Suprema le concede calladamente una gran victoria a la libertad religiosa

Monica Burke | 16 de enero de 2018

Foto: iStock Photos

(Daily Signal) – La libertad de religión y la libertad de conciencia obtuvieron una gran victoria en la Corte Suprema la semana pasada, justo a tiempo para el Día de la Libertad Religiosa el 16 de enero.

Los jueces rechazaron, la semana pasada, escuchar un proceso legal contra una ley de Mississippi que protege a los ciudadanos, los pequeños negocios los empleados del gobierno e instituciones caritativas de discriminación oficial por el gobierno, si creen que el matrimonio es entre un hombre y una mujer.

La ley de Mississippi beneficia a personas con cualquier postura en el debate del matrimonio, porque cuando un gobierno puede castigar a un grupo de ciudadanos por disentir de la ortodoxia cultural, podrá castigar a cualquier grupo por cualquier idea.

Al negarse a escuchar el caso contra la Ley de Mississippi de Protección de la Conciencia contra la Discriminación del Gobierno (HB 1523), la Corte Suprema hizo firme la decisión de la 5ª Corte de Apelaciones de los Estados Unidos frente a reclamaciones de la ACLU y Lambda Legal.

Ahora, un año después que la HB 1523 fuera aprobada, los habitantes de Mississippi saben que son libres para vivir de acuerdo con sus creencias religiosas sobre el matrimonio, sin el temor de perder sus fuentes de ingreso.

Es una victoria en una batalla que, para empezar, nunca debió haber ocurrido. La HB 1523 fue  una respuesta directa a la amenaza de discriminación religiosa después que la Corte Suprema re-definiera el matrimonio en Obergefell vs. Hodges.

Durante la vista oral para Obergefell, al Procurador General de la Administración Obama Donald Verrilli le preguntaron si las instituciones religiosas podrían perder su estatus de exentas de impuestos debido a sus creencias sobre el matrimonio.

«Ciertamente eso va a ser un problema» -le dijo a la Corte-. «No niego eso».

Aunque el juez Anthony Kennedy escribió en la opinión de la mayoría en el caso Obergefell que los que creen que el matrimonio es entre un hombre y una mujer lo hacen «basándose en premisas decentes y honorables» y que «ni a ellos ni a sus creencias se les menosprecia aquí», los comentarios de Verrilli contaron una historia diferente

Las observaciones de Verrili dieron a entender que el Gobierno podría usar sus poderes para gravar y gastar a fin de imponer sus conceptos sobre el matrimonio a los ciudadanos.

En los dos años y medio que han transcurrido desde el caso Obergefell, los activistas los gobiernos locales y estatales, y las autoridades federales han tratado con desprecio el concepto de que el matrimonio es entre un hombre y una mujer.

El multimillonario activista LHBT Tim Gill, prometió «castigar a los malvados». Para cumplir su amenaza, las autoridades gubernamentales han negado a ciudadanos de todo el país el derecho a vivir de acuerdo con sus creencias acerca del matrimonio.

Los miembros de numerosas profesiones, incluyendo la industria del entretenimiento, abogacía, servicios de emergencia, tecnología, agricultura, y las fuerzas armadas, han sido demovidos o despedidos de sus trabajos a causa de sus creencias sobre el matrimonio.

El Gobierno también ha atacado a las organizaciones religiosas sin ánimo de lucro. Illinois, Massachusetts y el Distrito de Columbia han cesado de firmar contratos las agencias de adopción basadas en le fe porque colocan a los niños solamente con padres y madres casados..

Cuando el presidente del Instituto Gordon le escribió en privado al presidente Barack Obama para solicitarle una exención religiosa de una campaña para obligar a los contratistas  del gobierno a aceptar nuevos conceptos del matrimonio y la sexualidad, el plantel por poco pierde su acreditación. Mientras tanto, un distrito local se negó a emplear a los estudiantes del Instituto Gordon y la ciudad de Salem suspendió un contrato a largo plazo que le permitía al Instituto usar la Alcaldía.

Los legisladores de Mississippi respondieron a esta oleada de discriminación anti-religiosa aprobando la HB 1523. La ley protege a los ciudadanos individuales, los funcionarios públicos, los negocios y las instituciones religiosas de ser penalizados por el Gobierno debido a sus creencias en el matrimonio tradicional.

Sin embargo, la ACLU y Lambda Legal hicieron una demanda judicial a nombre de clientes que decían haber sido perjudicados por la ley. En junio pasado, la 5ª Corte de Circuito de Apelaciones halló que los demandantes no tenían caso legal, porque no habían demostrado que la ley violaba sus derechos de forma alguna. 

La Corte Suprema tenía razón al dejar intacta la decisión del tribunal inferior.

Estas protecciones no deberían ser controvertidas. Kennedy reiteró recientemente su llamado  a la tolerancia del desacuerdo sobre el matrimonio en la vista oral en Masterpiece Cakeshop vs. Colorado Civil Right Commission, el caso de un decorador de cakes cuya creencia en el matrimonio convencional atrajo una ira intensa por parte de los funcionarios del estado.

Al amonestar al Procurador general estatal de Colorado, dijo que «la tolerancia es esencial para una sociedad libre, y la tolerancia es más valiosa cuando es mutua».

Me parece que el Estado, con su posición aquí, no ha sido ni tolerante ni respetuoso con las creencias religiosas de [Jack] Phillips.

Si las autoridades federales, locales y estatales hubieran prestado mayor atención al llamado de Kennedy a la tolerancia y el respeto en el caso Obergefell y Masterpiece, leyes como la HB 1523 no serían necesarias.

No obstante, como más y más americanos son obligados a escoger entre su trabajo y su conciencia, ambas legislaturas estatales y el Congreso deberán actuar con rapidez para proteger a los ciudadanos de la nueva ola de discriminación gubernamental.

Las leyes estatales como la HB 1523  y legislación federal como  la  Ley de Defensa de la Primera Enmienda asegurarían que el Gobierno no pusiera a nadie fuera del negocio por sus opiniones acerca del matrimonio.

Además, hay mucho más aquí en juego que el debate sobre el matrimonio.

Si el Gobierno puede esgrimir su poder para silenciar opiniones que no favorece, entonces todo el mundo está en riesgo por sostener opiniones «equivocadas».

Cuando Thomas Jefferson  elaboró el borrador de Estatuto de Virginia sobre la Libertad Religiosa [Virginia Statute for Religious Freedom] que conmemoramos hoy, observó que el Dios Todopoderoso había creado la mente libre, y que todos los intentos de influir en ella  con castigos temporales o cargas engendrarían solamente hipocresía y maldad. Esta admonición vale recordarla en nuestro debate actual sobre la redefinición del matrimonio.

Los residentes de Mississippi son afortunados porque sus legisladores hicieron lo correcto con la HB 1523. Ahora, los americanos de todos los 50 estados necesitarán líderes con coraje para defender sus derechos también.

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