Ramon Arias | 30 de octubre de 2012
«En pocas semanas se determinará el destino político de Estados Unidos para la generación actual, y probablemente producirá no poca influencia en la felicidad de la sociedad a través de una larga sucesión de edades por venir». – George Washington (1778)
Durante muchos años he venido señalando el cambio radical de Estados Unidos hacia una cultura de la mentira. Las mentiras se han vuelto tan aceptables que ahora son la norma, y la verdad es echada a un lado, es ridiculizada e incluso perseguida en la mayoría de los casos. Durante las elecciones la mayoría de la gente presta atención a las mentiras de los políticos como si fueran la verdad y se les aprueba en los medios de comunicación, en el mundo del entretenimiento, la educación, la ciencia, el comercio, y por desgracia, incluso desde los púlpitos y seminarios teológicos.
Históricamente una cultura de mentiras es una cultura donde la sociedad se pudre desde adentro. Es posible que creas que la pobreza o el mercado libre que produce demasiada gente rica, los políticos o características raciales es lo que corrompe la sociedad en una manera más profunda, eso es exactamente lo que los mentirosos quieren que creas. Tienes que empezar a hacer preguntas difíciles como, por qué Estados Unidos se ha vuelto tan corrupto y por qué los que mienten más parecen obtener los mayores beneficios y dominan el ambiente social. Todos sabemos que algo está definitivamente mal en Estados Unidos y amenaza su propia existencia y el orden social estable que solía ser el caso hace muchas décadas atrás.
Si Estados Unidos se está pudriendo desde adentro hacia afuera, ¿por qué sigue preguntando la gente qué es lo que está destruyendo a la sociedad estadounidense? Escuchamos el juego de la culpa de un segmento de la sociedad hacia otro, los conservadores contra los liberales o progresistas (socialistas y marxistas son otros nombres que describen este segmento). El 99% culpa al 1% y ¿a quién culpa el 1%? Culpan a los gobernantes y cuando se trata de educación, los maestros culpan a los padres por el pobre desempeño académico de los niños, los padres culpan a los maestros y a los sindicatos de maestros. Hay demasiada culpa para repartir, mientras que el país sigue hundiéndose en la corrupción.
No podemos olvidar que la única imagen que la nación reflejará es la imagen de su sociedad. Estados Unidos, en su mayor parte, ha perdido el activo más valioso que le dio sus grandes valores, ¡el buen carácter! ¿Qué le ha pasado al honor, la humildad, la responsabilidad personal, la fiabilidad, la diligencia, el discernimiento, la fe, el agradecimiento, la lealtad, el orden, el autocontrol, la sinceridad, la veracidad, la virtud, la sabiduría y muchas cualidades más de carácter que revelan cómo el individuo ve la vida no importa lo que sean las circunstancias?
Durante más de 200 años los Estados Unidos era la esperanza de los pueblos. Ahora el mundo no ve nada excepcional en este país, nada apela como ejemplar. Desprecian los ideales de Estados Unidos, por razones obvias, como el degradar la vida humana desde la concepción hasta la tumba, una deuda increíble, el consumo altísimo de drogas, la inmoralidad sexual, la perversión, el aumento constante de la población penitenciaria, la creciente pérdida de la libertad, las ciudades que parecen más como zonas asoladas por la guerra, una creciente inestabilidad social, mentiras abrumadoras que dominan la cultura, y qué decir de la mentira de los políticos que son la norma, como en otras naciones. ¿Dónde está la diferencia de los Estados Unidos?
Una elección presidencial también incluye la elección de las dos Cámaras federales y los funcionarios estatales y locales. Los anuncios políticos están llenos de mentiras, ¿cómo puede la gente saber que son mentiras? Porque cuando estos anuncios se comparan con los hechos su contenido no cuadra.
Cuando un titular corre para la re-elección, es mucho más fácil conocer los verdaderos valores de ese político, hay un registro que revela el carácter de sus verdaderos valores. Obama lleva la delantera, no por el color de su piel, sino por el pobre contenido de su carácter y él es la persona que ocupe la Casa Blanca. La lista de sus mentiras es tan enorme y sin embargo, millones de personas están de acuerdo con sus mentiras, es evidente que a la mayoría de la gente le gusta que le mientan. Estas no son pequeñas mentiras sino mentiras grandes y significativas. Él constantemente cambia sus declaraciones con contradicciones.
Recuerde que la enfermedad se encuentra en la mayoría de los miembros de todos los partidos políticos. Los votantes estadounidenses deberían considerar la razón del incremento de las ventas de armas y municiones, el índice de pobreza, el aumento del índice del suicidio, los millones de desempleados, una economía disminuyente de la clase media, las ejecuciones hipotecarias, la deuda, etc. Los estadounidenses deberían saber que la generación actual es la que determinará el resultado para las generaciones futuras.
No hay necesidad de negar que los estadounidenses una vez más están muy polarizados y se dirigen hacia desastrosos disturbios sociales que podrían traer peores resultados que la Guerra Civil (Guerra entre los Estados). Todos los votantes se deben preguntar qué tipo de nación está a punto de llegar a ser si la actual dirección sigue en el poder con todas estas mentiras. ¿Podemos permitirnos cuatro años más de lo mismo? Aquí hay otra cuestión que no debemos pasar por alto, en esta elección ¿se va a respetar la voluntad del pueblo o vamos a presenciar la muerte de las elecciones libres? Sí que hay mucho en la balanza. Sin duda, el país se está ahogando en la mentira.
En 1778 George Washington estaba muy preocupado por las elecciones durante su época; en las elecciones se determina el destino social para las generaciones presentes y futuras. Washington sabía que personas inescrupulosas e inmorales, corruptas y engañosas son los peores elementos de la sociedad que pueden utilizar su posición en un cargo electivo para cumplir con su agenda malévola.
¿A todo el mundo le gusta que se le mienta? ¡No! Y eso es una buena noticia. Una vez que las mentiras son expuestas a la luz de la verdad que libera a los individuos que se niegan a estar bajo la esclavitud de la mentira.
“Jesús les dijo a los judíos de su tiempo: ‘Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos, y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres’” (Juan 8:31-32). Los judíos que le escuchaban se ofendieron y respondieron: “Nosotros somos descendencia de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo es que dices: ‘Serán libres’?” (Juan 8:33). “Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad les digo, que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado’” (Juan 8:34). Israel se había convertido en una nación de mentiras, pero quería creer que era excepcional. El fruto de su cultura de lo contrario los condenó. La mentira es una manifestación evidente de pecado para Israel que estaba bajo la tiranía opresiva del Imperio Romano. A su insistencia de que estaban haciendo lo correcto, Jesús expuso la falsa ideología que seguían al decirles: «Ustedes son de su padre el diablo y quieren cumplir los deseos de su padre. Él fue un asesino desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propio carácter, porque es mentiroso y padre de mentira» (Juan 8:44). Jesús dejó muy claro que sólo hay dos ideologías que la gente pueda abrazar y la elección corresponde al individuo.
Una vez más, Estados Unidos y el mundo necesitan que se les recuerde que deben abrazar la verdad y rechazar la mentira y las consecuencias de una sociedad que miente. Estados Unidos necesita verdaderos amantes de la verdad que lucharán con todas sus fuerzas para el futuro de este país y para restablecer los valores bíblicos fundamentales que lo hicieron grande.
Cada elección es de dos ideologías contradictorias que se basan en la verdad o en la mentira. Vamos a elegir la base que produce individuos que creen en la autonomía, la libertad, la vida, el trabajo arduo y la oportunidad de hacer una vida mejor para todos o no. La ideología opuesta son los de la sociedad que han aceptado las mentiras filosóficas de la dependencia y de la capacidad del gobierno para quitarles a los que «tienen» y dárselo a los que «no tienen». No les importa que se les mienta, sino que sólo desea que los demás satisfagan sus necesidades e incluso sus antojos. Estamos ante una guerra de ideas de una república basada en principios bíblicos en contra de las mentiras de un estado de los socialistas.
Pronto sabremos el resultado, ¡que Dios tenga misericordia de todos nosotros!