La Defensa Cristiana no es suficiente, es hora de pasar a la Ofensiva

Nena Arias | 3 de abril de 2023

“Pero mi justo vivirá por fe; y si se vuelve atrás,
no agradará a mi alma”.
(Hebreos 10:38)

Cualquier ejército que espera ganar tiene que luchar en más de un frente para salir victorioso.

La defensa de la fe cristiana en su guerra espiritual ha tenido siempre varios frentes que el creyente debe conocer en todo momento y prever para ser vencedor. La primera y más feroz batalla es con uno mismo, la segunda es la batalla de defender la verdad de Dios contra la herejía en todos los asuntos de la vida, y la tercera batalla es la batalla externa con los que odian a Dios que se desquitan con nosotros. Juan 15:18 “Si el mundo los aborrece, sepan que a mí me ha aborrecido antes que a ustedes”.

Si los creyentes no son cuidadosos y diligentes en todos los frentes, pueden encontrarse luchando contra lo que Dios quiere lograr en y a través de ellos.

Debemos saber dónde nos encontramos en relación con la Palabra de Dios, para que tengamos muy claro cuáles son los pensamientos, valores y principios de Dios y nos mantengamos firmes en ellos. Este trabajo debe estar constantemente en curso en nosotros en todo momento. Debemos saber lo que creemos y por qué lo creemos. 1 Pedro 3:15 dice, “Más bien, santifiquen en su corazón a Cristo como Señor y estén siempre listos para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes, pero háganlo con mansedumbre y reverencia”.

El primero al que debemos ser capaces de explicar nuestra fe es a nosotros mismos. Esto no debería ser desde la perspectiva de lo que te han dicho otros, incluso si se consideran eruditos bíblicos “calificados”. Debe provenir de tu estudio personal de la Palabra de Dios. Nadie está más calificado para guiarnos a toda la verdad de Dios como el Espíritu Santo. Entonces, pregúntate, ¿cuál es tu relación con el Espíritu Santo? ¿Sabes cómo te habla? Jesús dijo a sus discípulos en Juan 14:26: “Pero el Consolador, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas”. Cualquier cosa que aprendas de otros acerca de la Palabra de Dios siempre te vendrá de segunda mano. Debe ser solo para confirmar lo que el Espíritu Santo ya te ha estado enseñando a través de tu estudio personal de la Palabra de Dios.

Los tiempos que estamos viviendo presentan cada vez más agresividad hacia los cristianos creyentes en la Biblia. Entonces, si tu fe personal no está sólidamente arraigada y cimentada en la Palabra de Dios, serás fácilmente zarandeado, influenciado e incluso confundido. Esta debe ser tu primera defensa y ofensa en tu caminar espiritual con el Señor.

En segundo lugar, habiendo hecho tu tarea de entender tu fe por ti mismo, entonces podrás presentar buenas razones sólidas a otros para el propósito de tu fe. Además, detectarás la herejía que pretende pasar como la verdad de Dios sin importar quién la esté diciendo. Debes determinar entonces si hay algo que puedas hacer para aclarar las cosas con la guía del Espíritu Santo para que sea con amabilidad y respeto.

En tercer lugar, toda la preparación anterior mencionada te equipará adecuadamente para presentar la razón y el fundamento de tu fe a los que odian a Dios junto con un ejemplo vivo de tu testimonio personal de cómo estás viviendo lo que crees con una prueba innegable de tu piedad. Tu testimonio personal es la prueba más innegable de que la fe en el Dios de la Biblia funciona para que luego puedas presentar el lado ofensivo de tu fe a donde vayas y donde quieras hacer la diferencia. Es posible que las personas a quienes predicaban los primeros discípulos no entendieran todo lo que decían, pero no podían negar que habían estado con Jesús. Hechos 4:13 “Y viendo la valentía de Pedro y de Juan, y teniendo en cuenta que eran hombres sin letras e indoctos, se asombraban y reconocían que habían estado con Jesús”.

La agresividad contra los cristianos en Estados Unidos probablemente solo empeorará y, lejos de dejarnos intimidar, debemos pasar a la ofensiva y proclamar y vivir con valentía la verdad de nuestro Dios sin importar el precio. ¡Así es! Todos los cristianos en todas partes siempre han tenido que pagar un alto precio por la defensa de su fe. No podemos hacer menos. Aquí en Estados Unidos, en términos generales, nos hemos sentido demasiado cómodos e incluso complacientes porque la persecución intensa no era algo con lo que nos asociáramos en nuestro país. Pero todo eso está cambiando. Estados Unidos ha cambiado y no debemos hacer concesiones o vivir a medias en nuestra fe, de lo contrario, el Señor no se deleitará en nosotros.

“Pero mi justo vivirá por fe; y si se vuelve atrás,
no agradará a mi alma”.
(Hebreos 10:38)

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