por Nena Arias
La investigación demuestra la sorprendente capacidad de resurgimiento que tiene la fe a medida que pasa de padres a hijos. Esto corrobora claramente lo que Dios siempre ha sabido, y la importancia de lo que Él manda y ordena que los padres hagan en el libro de Deuteronomio con respecto a sus hijos con el fin de mantener su verdad y bendiciones con vida a través de las generaciones. Dios está comprometido a largo plazo para trabajar y llevar a cabo Su plan perfecto para la raza humana y por lo tanto así debemos ser todos los que estamos en pacto con Él. Los creyentes temerosos de Dios no sólo deben estar pensando en su vida, sino en construir un patrimonio duradero para transmitir a otros. El no hacerlo francamente es ser egoísta y no está a la altura de lo que Dios espera. Lo siguiente es lo que Dios exhorta a los padres que hagan:
Deuteronomio 4:9, “Por tanto, guárdate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos y a los hijos de tus hijos”.
El éxito en la construcción de un patrimonio de fe se explica en la primera parte de este pasaje: «Sólo cuídate, y guarda tu alma con diligencia, que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida».
Más que una mera instrucción, los niños aprenden con el ejemplo. Las acciones hablan más fuerte que las palabras. «Haz lo que yo digo, no lo que yo hago» nunca ha funcionado a largo plazo. No importa cuantos cambios culturales se llevan a cabo, el principio de la enseñanza con el ejemplo siempre funcionará. Cuando escucho a los padres de familia que se quejan de que los principios bíblicos están «pasados de moda», o «demasiado estrictos», y que hay que ponerse al día con los tiempos para hacer que el cristianismo sea «atractivo» para los jóvenes, me estremezco. Eso no denota el tipo de fe o conocimiento que está profundamente arraigado en el Dios de la Biblia para que los padres cristianos quieran introducirlo a sus hijos.
Algo para tener en cuenta es que mientras que algunos niños reciben esta enseñanza con gusto y comienzan a aplicarla a sus vidas, otros responden con indiferencia o se rebelan. Esto último es muy doloroso y puede ser desalentador para los padres que saben que han hecho un buen trabajo en la instrucción de sus hijos en el temor y la amonestación del Señor.
¿Cómo pueden padres fieles y constantes criar a sus hijos para que se conviertan en adultos que entienden y aplican la fidelidad? Un principio básico a recordar siempre es que las buenas semillas nunca mueren, por lo que Proverbios 22:6 dice: “Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él.”
El mejor patrimonio que los padres pueden dar a sus hijos no es la riqueza o las posesiones materiales, sino principios probados y verdaderos que los ayudarán a triunfar sobre todos los desafíos de la vida y guiarlos hacia el más allá de este planeta terrenal.
Los padres deben trabajar para reproducir la fe bíblica en sus hijos, incluso arriesgar de que a ellos se les señale en medio de una sociedad sin Dios que es cada vez más individualista, cuya fe en Dios es más que una fachada. La influencia de los padres en la transmisión de la intensidad de la fe, de acuerdo con el consejo de la Palabra de Dios, la Biblia, y la importancia de aplicar ese conocimiento a todos los ámbitos de la vida, incluyendo la vida cívica, se asegurará de que los cristianos de todas las generaciones continuarán siendo «sal y luz» a un mundo perdido y en oscuridad.
Cuando La Palabra de Dios dice: “Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él”. Esto es para asegurar que los jóvenes vean la importancia y reciban la inspiración de padres fieles y consistentes que les enseñen paso a paso cómo honrar a Dios a través del ejemplo y esto despierte el deseo en ellos también de moldear sus vidas en la misma manera como ellos y ver la satisfacción que es ver cómo se cumplen los deseos en hacer las cosas como Dios manda.
El cambio cultural de varias generaciones ha sido buscar un mayor individualismo y alejarse del enfoque familiar colectivo como lo fue en el pasado. En este cambio cultural se supone que la familia no está haciendo un buen trabajo, y en su mayoría, esto es cierto, pero no del todo. Me complace informar de que en cada generación hay un remanente fiel.
Toma en cuenta que al igual que las personas de la fe bíblica buscan inculcar esto en sus hijos, también lo hacen aquellos que no creen en el Dios de la Biblia. Según las estadísticas, aproximadamente el 30% de los estadounidenses dicen que no tienen afiliación religiosa, pero también han tenido éxito en la transmisión de su perspectiva. Los niños de este 30% también están siguiendo los pasos de sus padres sin cultivo en la fe. Sin embargo, estos padres no religiosos instruyen y les heredan muy fuertes normas morales y éticas del mismo modo consistente. Así, los dos bandos siguen a la guerra unos contra otros en este mundo.
Los factores para garantizar una herencia exitosa de fe en tu familia es proporcionar instrucción consistente y guiando con el ejemplo. Si los padres no son consistentes, los niños no tienen un verdadero modelo a seguir. En otras palabras, no les enseñes nada más, ¡hay que vivirlo!