Gary DeMar | 16 de abril de 2013
La Fundación Freedom From Religion [Libertad de la Religión] (FFRF) presionó al Distrito Escolar del Condado de Breathitt, en Kentucky, para que eliminara una copia de los Diez Mandamientos que se había exhibido en la escuela durante años. La FFRF expresó que había recibido quejas sobre la exhibición de los sagrados textos. Este asunto de las quejas parece funcionar en una sola dirección. ¿Qué pasaría si un grupo de padres se quejara porque a sus hijos se les estuvo enseñando que son el producto de millones de años de evolución a partir de la supervivencia del más apto, «naturaleza, y colmillo y garra ensangrentados»? ¿Qué pasaría si los estudiantes comenzaran a atar cabos y llegaran a la conclusión que si la evolución es verdadera, entonces no existen absolutos morales?
Esta falta de absolutos morales incluiría el sexto de los Diez Mandamientos: el asesinato. Considere lo siguiente planteado por H. L. Mencken (1880–1956), un destacado partidario de la teoría de la evolución:
«[L]a lucha por la existencia se extendió entre los leones de la jungla y los protozoos en el sedimento marino, y… la ley de la selección natural gobernó toda la naturaleza viva – mente y materia– por igual.» [1]
De hecho, podrían pensar que matar a un compañero de estudios o a un grupo de estudiantes podría no considerarse asesinato dadas las hipótesis evolutivas, ya que el «asesinato» parte de que los seres humanos han sido creados a la imagen de Dios: «El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.» (Génesis 9:6) ¿De qué manera una entidad evolucionada puede obtener protección de un sobreviviente apto de la evolución?
La Junta de Educación de Kentucky emitió un comunicado explicando sus motivos para estar de acuerdo con la eliminación del texto:
«La exhibición de materiales religiosos, como un cuadro de una figura religiosa o una copia de los Diez Mandamientos, en una escuela pública viola la prohibición de la Constitución de los EE.UU. sobre el establecimiento o la aprobación de la religión por una agencia pública. Una escuela o distrito que muestre copias de los Diez Mandamientos sin la inclusión de otros documentos históricos y sin que forme parte de una exhibición histórico-comparativa está violando la Constitución de los Estados Unidos.»
¿Dónde dice eso la Constitución? La Primera Enmienda está dirigida al Congreso con el fin de permitir que los Estados hagan lo que la escuela de Kentucky había estado haciendo durante décadas con la exhibición de los Diez Mandamientos. Los estados pidieron la inclusión de una Carta de Derechos para restringir el gobierno nacional y permitirse la libertad de autogobierno en áreas específicas:
«El Congreso no hará ninguna ley respecto al establecimiento de la religión, o a la prohibición del ejercicio libre de la misma… »
¿Dónde está la violación? La prohibición se dirige al Congreso, no al estado de Kentucky. De hecho, la Primera Enmienda está siendo violada porque la eliminación de los Diez Mandamientos prohíbe el «libre ejercicio» de la religión en el estado de Kentucky.
¿Constituye el Preámbulo de la Constitución de Kentucky una violación de la Constitución de los Estados Unidos, teniendo en cuenta su referencia directa a Dios?
«Nosotros, el pueblo de la Comunidad de Kentucky, agradecidos a Dios Todopoderoso por las libertades civiles, políticas y religiosas que disfrutamos, e invocando la continuación de estas bendiciones, ordenamos y establecemos esta Constitución.»
Si el pueblo de Kentucky está agradecido a Dios Todopoderoso por «las libertades políticas y religiosas», entonces, ¿cómo encaja la acción de la Junta de Educación de Kentucky al negar las libertades religiosas de aquellas personas que quieren que los Diez Mandamientos sean exhibidos en su escuela y probablemente desean que estos Mandamientos sean enseñados?
Cualquiera pensaría que con las violaciones, el acoso, la promiscuidad sexual, e incluso los asesinatos que tienen lugar en las escuelas públicas de nuestra nación, las personas estarían clamando por una instrucción moral enraizada en el temor de Dios y la bendición de sus mandamientos: «Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos» (1 Juan 5:3).
Notas al pie:
- H. L. Mencken, The Philosophy of Friedrich Nietzsche (Reimpresión Kennikat de la edición de 1908, 1967), pp. 102– 103. Citado por Garry Wills, Under God: Religion and American Politics (Nueva York: Simon and Schuster, 1990), p.102.