La gente debe trabajar menos para el Gobierno y más para sí mismos

Ramon Arias | 3 de septiembre de 2012

John Calvin Coolidge fue el trigésimo presidente de Estados Unidos desde 1923 hasta 1929. Una avalancha de votos lo re-eligieron en 1924, y en 1928 en la cima de su popularidad, anunció que él no iba a correr de nuevo. Su administración se conoce como una era de paz y prosperidad. Fue él quien dijo:

“Quiero que la gente de Estados Unidos pueda trabajar menos para el gobierno y más para sí mismos. Quiero que tengan la recompensa de su propia industria. Ese es el significado principal de la libertad. Hasta que podamos volver a establecer una condición bajo la cual los ingresos de las personas se pueden mantener con el pueblo, estamos obligados a sufrir una reducción muy distinta de nuestra libertad”.

Coolidge creía firmemente en la reducción de impuestos, creía en ayudar a los negocios privados sin ninguna regulación restrictiva. Él impulsó la modernización de la agricultura proveyendo más electricidad, mejor equipo y más eficiente, semillas de calidad, mejores crías de animales y mejores prácticas de negocio.

Su declaración, “Quiero que la gente de Estados Unidos pueda trabajar menos para el gobierno y más para sí mismos. Quiero que tenga la recompensa de su propia industria”, en la mayor parte el concepto se ha perdido y necesita ser revivido porque: el trabajo tiene que ser recompensado no castigado como hemos estado escuchando mucho de la administración de Obama. Se ha amartillado día tras día hasta el punto que él quiere que la gente se sienta culpable por haber conseguido el trabajo y logrado prosperar. Su reciente declaración de que «los empresarios no construyeron su negocio» sólo fue alabado por aquellos que no tienen ni idea sobre el significado de las recompensas de la obra de sus manos que se traduce a cuando se planea, se trabajo duro, se ahorra y se invierte sabiamente cuando se toman riesgos entonces uno tiene el derecho de disfrutar los beneficios de su trabajo. La gente que espera que el gobierno los apoye financieramente nunca sabrá el significado del trabajo duro y continuará despreciando a los que tienen éxito en la vida y no se detienen ante nada para esperar ver que las personas que son trabajadores un día lo pierdan todo y se unan a las filas de los que tienen una mentalidad de merecerlo todo sin que les cueste.

Trabajar menos para el gobierno no es más que matemática sencilla, el gobierno no tiene derecho a exigir demasiado de la clase obrera productiva puesto que cuando lo hacen, la destruye y la nación se desploma. Aquellos en el gobierno que creen que las personas son sólo peones que se utilizan para crear una forma de gobierno central, lo que están haciendo en realidad es esclavizar a la gente a solo trabajar para el gobierno; en nuestra época a eso le llamamos comunismo o marxismo y eso es exactamente lo que tenemos en el gobierno actual. Ambos partidos políticos han contribuido a este resultado, a pesar de que los demócratas están controlados por los marxistas, los republicanos en su mayoría son culpables de lo mismo, ¿de qué otra manera se puede explicar el enorme lío financiero y moral? John Coolidge tenia la razón, la gente nunca estuvo destinada a trabajar para el gobierno. El gobierno del pueblo no debe ser invasivo y debe dejarles producir de acuerdo a sus habilidades en la fuerza laboral.

Coolidge continuó diciendo: «Ese es el sentido principal de la libertad. Hasta que podamos restablecer una condición en la que los ingresos de las personas puedan ser conservados por el pueblo, estamos destinados a sufrir una reducción muy distinta de nuestra libertad». La libertad es por lo que los colonos lucharon en contra del rey George III. Los colonos querían la libertad de la interferencia del gobierno en la vida y la economía, la libertad para servir y adorar a Dios sin que se les impusiera una iglesia estatal.

La libertad es un anhelo del corazón humano y por miles de años, millones y millones han muerto queriendo alcanzar esa valiosa experiencia de libertad que muy pocos llegan a alcanzar. Los colonos con mucha razón entendían que la libertad sólo proviene del Dios de la Biblia, cualquier otra forma de libertad no dura, no se puede sostener debido a su estructura ideológica inestable. Sin la comprensión de las normas de Dios para vivir de acuerdo a lo revelado en Su Palabra, es imposible construir una vida, una sociedad y una nación estable.

Moralmente el gobierno no tiene el derecho de quitarle al pueblo lo que difícilmente se ha ganado; cuando lo hacen también le está quitando sus libertades. La libertad y la productividad van de la mano. Jesús dijo que incluso Dios da una oportunidad a los que lo rechazan para ser productivos, «porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos» (Mateo 5:45).

Como hemos visto ante nuestros propios ojos el gobierno crece más cada año desde el principio del siglo XIX, ahora casi nos encontramos en un punto de no poder dar marcha atrás. Estados Unidos se ha ido de ser un gran país basado en una economía del mercado libre a un control estatal de la economía y la mayoría de la gente no tiene ni idea lo que esta pasando y cree que es el otro partido político el que está destruyendo la economía de la nación.

¿Cuál es la solución para este lío que “Nosotros, el pueblo” permitimos que sucediera? En primer lugar, debemos reconocer que el problema es tan grande que ningún ser humano puede resolverlo con la clase de sabiduría que nos trajo aquí a este lugar. Si el experimento se convirtió en una gran nación como resultado de los principios bíblicos, lógicamente tenemos que volver a esos principios y una vez más aplicarlos en todos los ámbitos de la vida. Debemos reconocer que los cristianos han hecho lo mismo que el hijo pródigo que rechazó someterse a los principios del padre o su estándar y perdió todo su capital. Al tiempo se encontró en lo mas bajo de la desesperación y volvió en sí al reconocimiento de que había ofendido a su padre y al cielo que gobierna todas las cosas en la tierra y decidió volver a estar bajo la forma de gobierno de su padre (Lucas 15:11-24).

El cristianismo en Estados Unidos hará bien en seguir los mismos pasos que el hijo pródigo tomó. No hay mayor libertad sino el estar verdaderamente bajo el gobierno de Dios y trabajar para que Su voluntad sea hecha para tener una mejor nación y el orden mundial.

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