La Gestapo Homosexual Viene A Quitarle Su Biblia

Bryan Fischer | 29 de octubre de 2016

 

(Barbwire.com) – El Estado de Georgia está exigiendo que un pastor entregue su Biblia, para poder castigarlo por las notas que ha escrito en los márgenes. 

Al contrario de lo que usted pueda pensar, esta Georgia no es el país de Georgia, ubicado en Eurasia y que en una época fue parte del imperio comunista de la antigua Unión Soviética. No, esta Georgia es la que está situada aquí mismo en los Estados Unidos, en el Cinturón Bíblico, en lo que solía ser la tierra de los libres y el hogar de los bravos. 

El Dr. Eric Walsh fue uno de los principales administradores de cuidados médicos, incluso fue designado por el presidente Obama para formar parte del prestigioso Consejo Asesor Presidencial sobre el VIH/ SIDA. Es Doctor en Medicina y tiene un doctorado en Salud Pública. 

Walsh fue contratado por Georgia en mayo de 2014 para ayudar a dirigir el Departamento de Salud Pública (DPH) del Estado. Es decir, fue contratado hasta que unos activistas LGBT de California alertaron al DPH sobre la posibilidad de que él pudiera creer en realidad – asómbrense – lo que la Biblia enseña sobre el homosexualismo y el matrimonio, y pudiera haber predicado en realidad sobre esos tópicos desde el púlpito en su papel de pastor a tiempo parcial. 

Los Torquemadas de Georgia se atarearon pagándoles a empleados del estado para que escucharan horas de sus sermones en YouTube, buscando pruebas fehacientes. Un correo electrónico del ejecutivo de Recursos Humanos Lee Rudd, fechado el 14 de mayo de 2014, contenía estas instrucciones (negritas añadidas): 

«OK… tengo una tarea para varios de ustedes. Tenemos que escuchar sus sermones en You Tube [sic] esta noche. Si nos lleva un par de horas a cada uno, nos arreglaremos. Enrolará e Dwana [Prince] para que nos ayude. Kate [Pfirman, Contadora Principal del DDH] va a escucharlos también». 

Evidentemente hallaron lo que estaban buscando, y el Dr. Walsh fue botado sin miramientos dos días más tarde. En abril estaba por todo lo alto; en mayo lo derribaron los Guardias de Asalto de la maquinaria de guerra de los LGBT. 

El Dr. Walsh, como debía haber hecho, planteó una demanda legal federal en contra del Estado por violar la Constitución y violar la ley. Es un delito, según la Ley de Derechos Civiles de 1964, discriminar contra alguien en la contratación por motivos de religión. Pero eso fue exactamente lo que hizo Georgia. 

Ahora Georgia se enfrenta a un hombre negro engreído que está defendiendo sus derechos civiles, igual que Rosa Parks y Martin Luther King Jr. Lo hicieron hace décadas. Georgia, que es un bastión del progreso racial, decidió que no iba a quedarse así y respondió al fuego al emitir una solicitud de requisa, no sólo para los sermones del Dr. Walsh, sino también para su Biblia

Ahora Georgia dice que no despidió al Dr. Walsh por sus creencias religiosas. Entonces ¿para qué rayos el Estado está exigiendo ver sus sermones, sus notas de sermón y las anotas que ha escrito en los márgenes de su propia Biblia? 

La izquierda siempre nos ha dicho que cree en «la libertad de culto», por lo cual ellos entienden el derecho a decir cualquier cosa que queramos en nuestras iglesias,  de 11 AM al mediodía los domingos. Esa hora, nos han dicho, es de ustedes. No importa que ellos crean que las restantes

167 horas de la semana les pertenecen y que crean que nos pueden decir exactamente lo que podemos decir, hacer e incluso pensar toda la semana. 

El caso del Dr. Walsh es una prueba de que nos han estado mintiendo todo este tiempo. Ahora están tras el postrer vestigio de libertad religiosa que queda en los Estados Unidos, al despojarnos de ese último pedacito de tiempo que nos han dejado para que practiquemos nuestra fe. 

Pero la Constitución no protege la «libertad de culto». Protege mucho más que eso, protege «el libre ejercicio de la religión». Eso quiere decir que poseemos el derecho, garantizado en la Constitución, no sólo de creer, sino de practicar («ejercer») nuestra fe las 24 horas del día, los 7 días de la semana, al igual que poseemos, como nuestro derecho innato por la Constitución, a la libertad de expresión, de prensa, de petición y de asociación.

Al gobierno federal se le prohíbe expresamente en la Constitución interferir en el libre ejercicio de la religión, y la constitución del Estado de Georgia contiene una declaración  aún más estricta de libertad religiosa 

He aquí lo que dicen los Párrafos III y IV de la Constitución de Georgia (negritas añadidas por mí): 

Párrafo III. Libertad de conciencia. Cada persona tiene el derecho natural e inalienable de adorar a Dios según los dictados de la conciencia de esa persona, y ninguna autoridad humana, en ningún caso, deberá controlar ni interferir con ese derecho de conciencia. 

Párrafo IV. Opiniones religiosas; libertad de religión.  Ningún habitante de este Estado será molestado en su persona ni en su propiedad, ni se le prohibirá ejercer ningún cargo público ni de confianza por razón de sus opiniones religiosas. 

Ahora, cualquier otra cosa que signifique el libre ejercicio de la religión es, como mínimo absoluto, que al gobierno no se le permite dictarles a los predicadores el contenido de sus sermones, ni castigarlos por enseñar los preceptos del cristianismo que han sido probados por el tiempo. Pero eso es exactamente lo que Georgia está tratando de hacerle al Dr. Walsh. 

He aquí el asunto: si pueden hacerle eso al Dr. Walsh, pueden hacérselo también a Ud. Si pueden venir a buscar Biblia de él, pueden venir a buscar la suya. Para parafrasear al Dr. King, una amenaza a la libertad religiosa en cualquier parte es una amenaza a la libertad religiosa en todas partes. 

Con frecuencia he dicho que la agenda homosexual representa en sí misma la amenaza más grande a la libertad religiosa en la historia de los Estados Unidos. Cualquier avance de la agenda homosexual se produce a expensas de la libertad religiosa. En cualquier lugar en que avanza el homosexualismo, el cristianismo y la libertad religiosa son obligados a retroceder. El Dr. Walsh es una prueba viviente. 

No pierda de vista la importancia de esto. Ahora hemos a un estado de cosas en que el aceptar y aprobar la desviación sexual es una condición para obtener empleo en los Estados Unidos. Si usted rechaza la desviación sexual como un valor cultural, y todavía tiene su trabajo, es solamente porque no han llegado hasta usted todavía. 

Hay mucho en juego en estas elecciones, pero la preocupación más grande que debemos tener todos es que la mismísima libertad que tenemos de practicar nuestra fe está sobre el tajo del carnicero. Tenemos dos candidatos principales en la boleta, uno de los cuales ha prometido defender la libertad religiosa. La otra está decidida a emplear el poder coercitivo del Estado para obligarnos a cambiar nuestras mentes con relación a artículos de fe fundamentales. 

La candidata Hillary Clinton dijo  en un discurso (las negritas se añadieron): «Los códigos culturales, creencias religiosas y prejuicios estructurales profundamente arraigados tienen que ser cambiados». Eso quiere decir que nuestras creencias sobre la santidad de la vida, la santidad del matrimonio y la sexualidad humana deben ser modificadas por la fuerza del gobierno para que se acomoden a sus conceptos oscurantistas de lo que deben creen los americanos.

Así que, de todos los factores que uno debe ponderar, uno es claramente una opción entre la libertad religiosa y la tiranía religiosa. Esperemos y oremos por que el pueblo americano escoja sabiamente. La posibilidad que usted tiene de quedarse con su Biblia está en juego.

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