La guerra contra Cristo es una guerra contra Su pueblo

Ramón Arias | 8 de diciembre de 2014

Durante décadas en Estados Unidos, hemos sido testigos de una guerra constante y creciente contra Cristo y la Navidad. Esta guerra es una realidad, sobre todo en esta época del año, pero eso no quiere decir que durante el resto del año esta guerra agresiva suena una retirada. La guerra contra Cristo en esta nación es una batalla continua para desplazar y destruir todo lo que se asemeja a nuestra herencia cristiana bíblica.

La época de la Navidad es un recordatorio a un mundo lleno de problemas que sólo hay un verdadero Mesías que resuelve todos los problemas de la humanidad. La mayoría de los estadounidenses pensaban que Obama era el Mesías. El año pasado (17 de diciembre de 2013) en la época navideña, la veterana periodista Bárbara Walters fue entrevistada en el programa «Piers Morgan Live». Se le preguntó por qué Obama se enfrenta a tanta oposición. La respuesta de Walters fue: «Él hizo muchas promesas. Pensábamos que iba a ser – Yo no debería decir esto en Navidad, pero – el próximo mesías».

En junio de 2009, el editor de Newsweek Evan Thomas le dijo a Chris Matthews en el programa de «Hardball» de MSNBC, «quiero decir de una manera que Obama está por encima del país, por encima – por encima del mundo, en cierto modo es como Dios». (Su entrevista ya no está disponible en You Tube, pero puedes leer más al respecto en MRC NewsBusters.)

El 19 de enero de 2013, la revista Newsweek celebró la reelección de Obama en el 2012, con el titular de primera portada, «THE SECOND COMING» [La segunda venida].

El país se está convirtiendo cada vez más dividido y desgarrado desde que la promesa de «esperanza y cambio» se convirtió en una luz cegadora para millones de estadounidenses que no pudieron ver la falsedad de tales promesas hechas por el hombre. Cuando una sociedad cristiana reemplaza su lema de «En Dios Confiamos» con «En el hombre confiamos» está cavando su propia tumba. El hombre nunca puede ser la máxima autoridad; aunque piense que lo es, esto siempre se ha vivido en corta duración hasta que otro viene y lo elimina, sólo para iniciar el ciclo de nuevo. Salomón estaba en lo cierto al afirmar, “Delante de cada persona hay un camino que parece correcto, pero termina en muerte”, Proverbios 16:25.

La presencia de Cristo en la tierra hace dos mil años se convirtió en el cumplimiento de lo que se le dijo a generaciones pasadas durante miles de años. Él es la verdadera fuente de esperanza y de cambio para todas las naciones, y nunca habrá otro.

Aquellos que rechazan esta verdad lo hacen bajo su propio riesgo; en el proceso construyen resistencia ideológica o religiosa. Con el fin de cumplir su visión del mundo tienen que destruir a los que son seguidores de Jesucristo; porque son el mayor obstáculo que se interpone en su camino. ¿Acaso han tenido éxito? ¡No! ¿Pueden acabar con el nombre y los hechos de Cristo? ¡Imposible! El Cristo resucitado dijo: «Toda autoridad en el cielo y en la tierra me ha sido dada», Mateo 28:18. ¿Se oye eso como que el hombre algún día puede llegar a tener toda autoridad? ¡Por supuesto que no! Los humanos son simples mortales en transición hacia la muerte física y luego se enfrentarán al juicio.

Cuando el rey Herodes se enteró de que el propósito de los hombres sabios del Oriente era adorar al Rey recién nacido de los judíos, confirmado también por los sacerdotes y los escribas que el Cristo había de nacer en Belén de Judea, él y el pueblo fueron perturbados en gran manera. Le pidió a los sabios que le informaran una vez que  encontraran al niño para que él también pudiera rendir su homenaje; en realidad él quería matarlo. Las mentiras y motivos de Herodes se manifestaron cuando los sabios ignoraron la petición, entonces Herodes ordenó la matanza de los niños varones en Belén, de dos años para abajo (Mateo 2:1-18).

Los hombres, que no entienden ni aceptan quien es Jesús realmente, se niegan a estar bajo Su gobierno porque piensan que son superiores a Él. El profeta Isaías, 700 años antes del nacimiento de Jesús, le anunció a los judíos y al mundo (se añadió énfasis): Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará esto”. (Isaías 9:6-7)

Reconocer a Jesús es aceptar la existencia de Dios. Los hombres que odian a Dios odian a Jesús porque ellos no pueden llegar a Su posición privilegiada. Nadie puede usurpar Su grandeza y el título que le corresponde, «Rey de reyes y Señor de señores» (Apocalipsis 19:16). Él es el único Mesías y Salvador del mundo; esta es la verdadera razón por la cual los hombres están llenos de rabia y celos en contra de Cristo, nuestro Señor y Salvador.

Al hacer tus preparativos para esta fiesta de Navidad no pierdas de vista la condición actual de la nación y del mundo. La irracionalidad del hombre en pensar que puede ignorar o pasar por alto las normas de Dios para vivir para hacer de este mundo un lugar mejor sólo están declarando su ruina. Es de igual importancia para nosotros no pasar por alto el hecho de que la guerra contra Cristo es una guerra contra Su pueblo también.

A pesar de la oscuridad, ¡es un buen momento para estar vivo! Debemos brillar con la luz del amor, el conocimiento, la sabiduría y el valor de Dios con el fin de hacer de este mundo un lugar mejor, al proclamar que el Rey Jesús es supremo en todas las áreas de la vida.

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