La Implosión del K-12

Eagle Forum | Mayo de 2013

Un informe de la época de Reagan «Una nación en riesgo» nos decía hace 30 años: «Si una potencia extranjera hubiera intentado imponerle a los Estados Unidos el mediocre desempeño educacional que existe hoy, muy fácilmente lo hubiéramos considerado como un acto de guerra». El desempeño de los estudiantes ha mejorado muy poco desde que aquel informe estremeciera a los norteamericanos para hacerlos pensar en una reforma de la educación. Lo que sí ha aumentado es la cantidad de dinero gastado en la educación, lo que no ha dado como resultado un aumento correspondiente en el aprendizaje.

Glenn Harlan Reynolds, un profesor de leyes de la Universidad de Tennessee dice en La Implosión del K-12 que el bajo desempeño de los estudiantes y los enormes gastos del gobierno pronto forzarán cambios dentro del establecimiento de educación o las fuerzas del mercado lo cambiarán desde afuera.

«De 1998 a 2008 las escuelas públicas de Wisconsin aumentaron su gasto por estudiante en $4,245 en términos reales pero no añadió ni un punto a las evaluaciones de lectura de sus alumnos de octavo grado, y nada más que pudo subir a un tercio de sus muchachos de octavo al mínimo de “Eficiente” en la lectura». El pago promedio para un maestro en la escuela pública de Milwaukee es de más de $100,000 al año. Reynolds dice: «La situación de Wisconsin es típica de la educación pública en todo el país… [Es ahora] muchísimo más cara sin que produzca resultados significativamente mejores».

Reynolds señala que la forma de gastar el dinero es una respuesta a la falta de resultados de desempeño. «Entre 1950 y 2009, la cantidad de estudiantes de las escuelas públicas K-12 aumentó en un 96% [mientras que]… las filas de los administradores y otro personal [no docente] se incrementaron en un 702%».

Los padres y otros contribuyentes están perdiendo la fe en la educación pública y buscan un cambio. Los sindicatos de maestros que intentan conservar el status quo son poderosos, pero hay muchos más padres que maestros sindicalizados. Los padres exigen cheques escolares y selección de las escuelas para educar mejor a sus hijos.

Hay dos maneras en que las cosas pueden mejorar: «enfoques nuevos e innovadores pueden ser establecidos en el contexto de la educación con fondos públicos. Por otra [parte], pueden ser aceptados por los padres que están abandonando lo que ellos consideran un sistema de educación pública en bancarrota». La segunda alternativa daría como resultado la implosión que predice Reynolds.

Dice Reynolds que la educación pública solo va a sobrevivir si se hace más barata, más flexible, más innovadora y más amigable a los padres. Esto es lo contrario de lo que va a lograr el Common Core, y el Common Core es lo opuesto a lo que va a mejorar la educación norteamericana.

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