La importancia de los jueces conservadores

Nena Arias | 1 de agosto de 2022

“Le es alegría al justo practicar el derecho,
pero a los que practican la iniquidad
les es un terror.”
(Proverbios 21:15)

¿Por qué hay tanto debate y discusión cada vez que un presidente tiene que nominar a un juez de la Corte Suprema? Otro segmento de la sociedad son meros espectadores que esperan los resultados. A algunos simplemente no les importa y otros han lanzado una feroz batalla con la esperanza de que sus valores y sistemas de creencias sean los elegidos para representarlos ante la Corte Suprema.

La Corte Suprema está compuesta por jueces liberales y conservadores. Esta división es un reflejo de la condición actual del resto de nuestras instituciones sociales. Aunque los verdaderos liberales son una minoría en la actualidad, han estado controlando al resto de la sociedad estadounidense. ¿Cómo han logrado esto? Su estrategia ha sido ocupar las más altas esferas de influencia en oficinas e instituciones claves. ¿Por qué los conservadores permitieron esto cuando son mayoría? La razón es que durante más de 70 años los conservadores abandonaron la preservación de estas instituciones por apatía, complacencia y una perspectiva equivocada de la vida y del mundo.

Ningún ser humano vive en un vacío de ideas, así como en un mundo de neutralidad; estos no existen. Cada persona opera de acuerdo con sus creencias y valores fundamentales, cualesquiera que sean. Las creencias liberales y los sistemas de valores se basan en el humanismo y en la perspectiva socialista del mundo. Esta perspectiva contrasta claramente con las creencias y valores de una cosmovisión conservadora.

Cuando una persona llega a un puesto de juez en la Corte Suprema, sus creencias y valores vienen con ellos. No importa lo que digan frente al Senado una vez que él o ella haya sido confirmado en ese nombramiento de por vida como juez, él o ella actuará de acuerdo con su filosofía a pesar de que se supone que debe seguir las pautas únicamente de la Constitución y leyes establecidas.

Un juez no es un legislador. Por lo tanto, su función principal es interpretar la ley no de acuerdo con sus creencias o valores, sino de acuerdo con la intención original de la ley. Durante décadas la Corte Suprema se ha convertido en un banco de legislación y eso ha provocado un mal cambio estructural a toda la nación.

Se supone que todos los jueces votan en contra de decisiones arbitrarias o inconstitucionales, pero resulta que solo son los jueces conservadores los que hacen esto, en su mayoría. Un buen ejemplo de esto es la reciente revocación del fallo inconstitucional de Roe v. Wade. Esta decisión inconstitucional estuvo vigente durante casi cincuenta años causando estragos, angustia y la muerte de más de 63 millones de bebés nonatos que fueron masacrados en el vientre de su madre.

Desafortunadamente, los jueces interpretan la ley desde dos perspectivas en lugar de la ley establecida. El propósito de una ley debe interpretarse desde la perspectiva de las leyes que ya están en vigor.

La perspectiva liberal tiene un fundamento evolucionista humanista y considera que la humanidad vive en un constante experimento social debido a la ausencia de absolutos y cree que todo es relativo. Esto quiere decir que los únicos capacitados para interpretar lo que es mejor para la sociedad depende de quienes crean la realidad. La perspectiva conservadora acepta la realidad y el propósito de la intención original de la Constitución tal como fue concebida por los Padres Fundadores de esta nación. No existe tal cosa como la neutralidad. Ya sea que la gente se dé cuenta o no, pertenecen al campo liberal o al campo conservador. Las creencias y los valores siempre tienen una fuente y no operan en el vacío.

Los cristianos de esta nación tienen la mayor responsabilidad de mantener la estabilidad social en nuestro país. Deben ser los primeros en oponerse a cualquier forma de «justicia falsa» contraria a la moral y la ética de Dios. Esto no es difícil de saber, cada juez tiene un ejemplo perfecto a seguir. Contrariamente a las opiniones de muchos, el gobierno de Cristo vino a restaurar la ley, la autoridad y el orden. Esta fue una promesa que Dios había estado reiterando a lo largo de los siglos, como cuando el profeta Isaías declaró mucho antes de que naciera Jesucristo: “Haré que tus jueces sean como eran al principio, y que tus consejeros sean como eran antes. Después de eso te llamarán «Ciudad de justicia», «Ciudad fiel»” (Isaías 1:26). Es imposible que un juez tome decisiones justas si pasan por alto el buen carácter moral y la ley establecida por Dios y el hombre. Un juez debe imitar el carácter del máximo ejemplo, Jesucristo. “Porque un niño nos es nacido, un hijo nos es dado, y el dominio estará sobre su hombro. Se llamará su nombre: Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su dominio y la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afirmarlo y fortalecerlo con derecho y con justicia, desde ahora y para siempre. El celo del SEÑOR de los Ejércitos hará esto” (Isaías 9:6-7). No hay duda, Jesús es juez, “sino que juzgará con justicia a los pobres, y con equidad arbitrará a favor de los afligidos de la tierra. Golpeará la tierra con la vara de su boca, y con el aliento de sus labios dará muerte al impío” (Isaías 11:4).

Una persona conservadora no necesariamente tiene que ser cristiana para preservar y exigir que los jueces interpreten la ley correctamente. Es imposible para un verdadero cristiano aceptar las creencias y valores de los liberales porque son contrarios a los absolutos de Dios.

Cuando se estableció originalmente la Corte Suprema, fue para interpretar correctamente la Constitución. No debe ser para complacer o beneficiar un determinado conjunto de creencias y valores. La ley fue establecida para honrar y respetar la ley tradicional y para proteger la vida y no para legislar desde el banquillo inventando leyes que destruyen el orden preestablecido.

Por eso, es importante tener jueces conservadores si esta nación va a sobrevivir y dejar un legado cultural sano a las generaciones futuras.

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