La migración humana y la miseria innecesaria

Ramon Arias | 24 de junio de 2014

Cuando escuchamos historias de los agentes de la patrulla fronteriza de inmigración que están arrestando a niños de dos años o menos claramente indica que tenemos graves problemas. La Casa Blanca admite la responsabilidad de la migración masiva, especialmente procedentes de América Central: Honduras, El Salvador y Guatemala, como consecuencia de las personas que quieren venir debido a la política de inmigración de este gobierno y la amnistía.

Si esto es una jugada política intencional con un plan para forzar al Congreso a aprobar una reforma migratoria, sobrecargar el sistema con el fin de colapsar el orden social, o ambas cosas hay una palabra para esa acción: maldad. 

Las historias de terror que escuchamos acerca de las madres solteras con uno o más niños, familias enteras y adolescentes que hacen el viaje desde su país de origen para llegar a la frontera de los Estados Unidos de Norteamérica son conmovedoras. Los relatos denotan cómo los buitres humanos se aprovechan de ellos desde el momento en que salen hasta que llegan a la frontera, y algunos están siendo asesinados en el camino.

¿Por qué hacen esto las personas y arriesgan tanto en el proceso? En un principio, el gobierno estaba encubriendo con historias de personas que huyen de la violencia de pandillas, la inseguridad de vida, la falta de empleo y otras noticias de peso para aprovecharse de la compasión americana. Después de preguntarle a la gente de los verdaderos motivos para dejar sus países se hicieron investigaciones serias. Algunas de las historias se confirman entre ellos sobre cómo se enteraron a través de los medios de comunicación que si podían llegar a la frontera con los niños se les daría la bienvenida a los estados y recibirían amnistía. Los parientes y amigos, que ya son ilegales en los EE.UU., les informaron que emprendieran su camino a la frontera y cruzaran porque el gobierno está a punto de aprobar una amnistía.

Los gobiernos de Estados Unidos, México, Guatemala, El Salvador y Honduras se han reunido para encontrar soluciones a esta crisis hecha por el hombre porque la opinión pública en contra de esta monstruosidad es cada vez más fuerte.

Hay momentos en los acontecimientos humanos cuando la migración de la gente de su tierra natal a otro lugar es el resultado de problemas graves, tales como la sequía, las inundaciones, la guerra, la alta criminalidad, la inseguridad y la tiranía. Luego tenemos el movimiento que se da como consecuencia de la gente que busca la estabilidad política, menos delincuencia, mejores oportunidades de empleo, calidad de vida, estar más cerca de su familia, sus amigos y otras razones sociales para una nueva vida. También podemos incluir otro tipo de reasentamiento, la misión ideológica y religiosa para cambiar de orientación al país o a la región a su perspectiva del mundo. ¿Puede haber una combinación de diferentes factores ya mencionados y otros? Sí.

¿Cuándo es que la inmigración que produce miseria se vuelve innecesaria? Cuando hay estabilidad social, los empleos están disponibles, y la paga es adecuada para el progreso continuo. Tengamos en cuenta que el mal comportamiento humano es la fuente principal de todos los males sociales. La población mundial es de 7.174 mil millones y contando. No tenemos un problema de una explosión demográfica, insisto, tenemos un problema de visión del mundo.

Para considerar mi declaración permíteme llamar tu atención a este continente, desde Alaska hasta el final de la Patagonia (al sur de Argentina), que es rica en recursos naturales. Con tanta abundancia esto significa que no hay justificación para el nivel de pobreza que encontramos en América Latina, absolutamente ninguna.

Mucho antes de que los europeos se establecieran en este continente había grandes poblaciones dispersas del norte al sur. Hubo varios imperios, el más conocido es el de los mayas con excelentes avances agrícolas, la escritura, las matemáticas, la ingeniería, la arquitectura, hospitales, escuelas, bibliotecas, centros deportivos y otros avances en diversas áreas. Ellos fueron los más antiguos y no se sabe cómo se desvanecieron.

Los aztecas gobernaron la mayor parte de México y América Central, 15 millones de personas. Ellos gobernaron con fuerza brutal y practicaron sacrificios humanos, impusieron altos impuestos y tenían muchos enemigos. Al igual que los mayas antes que ellos, tenían grandes conocimientos en muchas áreas y construyeron grandes ciudades y tenían un ejército poderoso. En 1519, Hernán Cortés trajo la conquista española y en dos años el Imperio azteca se derrumbó, no porque los españoles eran más poderosos, sino debido a las alianzas hechas con otras poblaciones indígenas infelices y dominadas, y la viruela traída por los españoles. Cortés destruyó Tenochtitlán, capital del Imperio azteca, y sobre esas ruinas construyó la Ciudad de México. La fe cristiana católica se impuso y se convirtió en la religión de la Nueva España.

El Imperio inca cubrió más territorio que los mayas y los aztecas. Ellos controlaban toda la parte occidental de América del Sur; su capital era Cuzco, Perú. Los incas fueron grandes constructores de carreteras a través de las montañas y las costas. El conquistador español Francisco Pizarro extendió el dominio de España y de la fe cristiana católica. 

La perspectiva del mundo que los españoles trajeron a esta parte del mundo vino con la fe cristiana católica. La fuerza de la guerra conquistó los imperios azteca e inca, y los nativos se vieron obligados a convertirse a la marca de la fe cristiana católica. La población conquistada solo cambió una forma de dominación por una nueva. El punto de vista bíblico no era parte de la nueva cultura, y el comportamiento humano no cambió; una generación se fue y otra vino y los ciclos se mantienen hasta hoy. El continente sigue siendo rico en recursos naturales y lo que hay que cambiar es la forma de entender la vida. Con el fin de lograr ese objetivo, la perspectiva bíblica debe ser conocida, es de mayor importancia.

El colapso de la Unión Soviética en diciembre de 1991 tenía el propósito de declararle al mundo que la filosofía socialista, comunista, marxista de la sociedad no funciona. Ninguna sociedad inteligente debe seguir su ideología. Entramos a un nuevo mundo de equilibrio geopolítico. En América Latina, la teología de la liberación (la mezcla de cristianismo y marxismo) que ganó mucho terreno en muchos países estaba en shock y colapsándose. Los gobiernos que tenían sus esperanzas en un sistema social que se derrumbó ante sus ojos se quedaron perplejos y confundidos sin saber lo que el futuro traería. La mayoría de ellos no confiaban en los Estados Unidos de Norteamérica, la pregunta más natural era: ¿y ahora qué?

Bajo este clima confuso de las naciones, en 1992, me invitaron a Buenos Aires, Argentina para una reunión de emergencia de los funcionarios gubernamentales de diferentes países de América Central y del Sur para encontrar respuestas a la pregunta “¿y ahora qué?”. Fue una semana de encierre. Aunque, yo no era un funcionario electo  respetaban mi comprensión de los problemas sociales en los diferentes ámbitos de la vida nacional. Era la oportunidad de presentar la única solución viable para todos los problemas generacionales y sociales ancestrales de América Latina: la perspectiva bíblica aplicada a todas las áreas de la vida. Al final de esa semana, fui seleccionado para presentar ante el Poder Ejecutivo del Congreso Nacional de Argentina el resultado de nuestras reuniones y lo que preveíamos para mover las naciones de América Latina hacia el camino correcto.

En los años siguientes, el trabajo fue arduo, muchos escritos, grabaciones, participación en conferencias, viajando a diferentes países y asistiendo a todo tipo y  tamaño de reuniones. Mi posición era y es que sólo hay una cultura en la historia del mundo que ha sido capaz de poner las bases adecuadas para una nueva sociedad que más tarde nos dio el concepto de independencia en un nuevo experimento de gobierno, que se convirtió en el original Estados Unidos de Norteamérica. El presidente de dos términos en Costa Rica, Oscar Arias (1986-1990 y 2006-2010), ganador del Premio Nobel de la Paz (1987), fue capaz de entender la importancia de la fundación original de los Estados Unidos como la esperanza para América Latina y así lo transmití al resto de los presidentes. El problema era y es que un cambio de actitud y corazón  debe efectuarse, y este ha sido el desafío. Se requiere un espíritu humilde para aceptar a Dios como la fuente máxima de autoridad.

La jerarquía de la Iglesia Católica en América Latina también estaba muy preocupada acerca de cómo las cosas se desarrollaban desde el colapso de la Unión Soviética. En 1996, el cardenal Joseph Ratzinger viajó a Guadalajara, Jalisco, México para encabezar la reunión con los jefes de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe en América Latina. El Vaticano expresó su preocupación de que América Latina se vio afectada de manera negativa por la teología de la liberación; la gente salía de las iglesias católicas y abrazaban la fe evangélica y la jerarquía necesitaba una solución para detener el éxodo. Ratzinger no era simpatizante de la fe protestante y vio a las sectas como el enemigo principal de la Iglesia católica y la fe.

El día antes de su reunión solicité una entrevista privada con el Secretario General de la Comisión Episcopal. Le presenté soluciones escritas sobre cómo detener la corrupción, la pobreza, la miseria, la actividad criminal, el consumo de drogas, perversión sexual, los golpes militares, la tiranía y mucho más de los males ancestrales que América Latina ha estado sufriendo. Pedí humildemente que se analizara con el cardenal Ratzinger y los presidentes de las comisiones, los obispos y los cardenales, mi propuesta era para la reforma de la Iglesia Católica y, si era posible que el cardenal se lo presentara al Papa Juan Pablo II. 

Pasó el tiempo y un día se me mostró el interior de las páginas del periódico principal de que el Papa Juan Pablo II había encargado a los obispos de América Latina para que estudiaran el éxito económico y político de los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá. Yo esperé con mucha anticipación para enterarme de los resultados de ese estudio y nunca oí los resultados a pesar de que estuve al pendiente de todas las fuentes, incluyendo las publicaciones vaticanas. Todo estaba muy silencioso. Cuando me preguntaron la razón de ese silencio la respuesta fue muy sencilla: no se puede estudiar el fundamento de los Estados Unidos de Norteamérica sin conocer y comprender el valor de lo que los Peregrinos y los Puritanos trajeron. Llegaron al continente e implementaron el consejo de Dios, la perspectiva bíblica. El consejo de Dios requiere  una reforma radical. Tiempo después, el cardenal Joseph Ratzinger se convirtió en el Papa Benedicto VI.

América Latina, al igual que Estados Unidos, está en una gran necesidad de una reforma bíblica. La gente necesita saber, y entender cómo la perspectiva bíblica se aplica a todos los ámbitos de la vida, y esto incluye la política, la economía, la filosofía y todos los aspectos del aprendizaje humano y la transformación del carácter. Lo he visto trabajar en nuestro micro mundo, y sé que se puede llevar a cabo en un nivel macro y, además, es la voluntad de Dios.

Los gobiernos que han mostrado interés en la perspectiva bíblica se preocupan. Ellos ven muchas denominaciones que traen más divisiones y argumentos en oposición a la unidad social deseada y las soluciones que supuestamente se les prometen. Esto ha sido motivo de preocupación, así como preguntarse cuál es la diferencia entre cada una de esas denominaciones y por qué no pueden ellos llegar a un acuerdo si lo que ofrecen es tan maravilloso. Tenemos demasiadas denominaciones protestantes evangélicas con doctrinas contrarias que nunca han glorificado al Dios Todopoderoso; Por lo tanto, la transformación cultural, que comienza con la salvación de la gente, nunca puede tener éxito hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe como se nos ordenó (Efesios 4:11-32).

América Latina, al igual que el resto del mundo, está lista para el liderazgo adecuado basado en la justicia de Dios si es que vamos a resolver los problemas que enfrentamos. Un cambio de dirección urge, porque nos estamos dirigiendo hacia un impacto desastroso. No te equivoques; este liderazgo tan necesario es la responsabilidad de cada uno de nosotros. Los seres humanos crean el desorden, y Dios espera que los seres humanos restauren el orden. Recuerda las palabras de nuestro Señor Jesucristo, con los hombres las cosas son imposibles, pero con Dios todo es posible.

Un pensamiento más en relación a la avalancha de inmigrantes ilegales y legales. Es hora de que la sociedad estadounidense reconsidere el poema que se lee en la Estatua de la Libertad y si vamos a continuar por ese camino, entonces vamos a asegurarnos de que se les enseñe cómo fue que Estados Unidos llegó a ser tan diferente a cualquier otra nación:

No como el gigante de bronce de la fama griega,
Con la conquista de las extremidades que abarcan de tierra a la tierra;
Aquí en nuestras puertas lavadas por el mar y el ocaso se levantará
Una poderosa mujer con una antorcha cuya llama
Es el relámpago aprisionado, y su nombre,
Madre de los Exiliados. De su mano
Se enciende el faro y la luz de bienvenida a todo el mundo; sus ojos tiernos ven
El puerto de puentes aéreos que marcan las ciudades gemelas.
«¡Mantengan, o tierras antiguas, su pompa legendaria!» grita ella
Con labios silenciosos. «Dame tus cansados​​, tus pobres,
Tus masas amontonadas anhelando respirar en libertad,
El desecho desamparado de tus rebosantes playas.
¡Envíame a estos, los desamparados, azotados por la tempestad,
Levanto mi lámpara junto a la puerta dorada!»
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