La moral define el carácter de una nación

Ramon Arias | 12 de mayo de 2014 

Lo que la gente cree o no cree acerca de la moralidad sí importa en la composición social de una nación. La moralidad nunca es neutral y no se puede ocultar la manifestación de su fruto; producirá confirme a su género.

Durante seis mil años, la historia humana revela la lucha de la humanidad para definir la moralidad; esto fue mucho antes de que los Diez Mandamientos fueran dados a la nación de Israel o de que Jesús hiciera su aparición en la tierra. Hace mucho tiempo el hombre entendió que el ser humano expresa una gama de comportamientos inmorales como el resultado de la caída del hombre en el pecado, y cuando el egocentrismo entró en el corazón humano.

El mundo ha visto el surgimiento de grandes civilizaciones y naciones poderosas, así como su colapso. La decadencia moral siempre ha sido el factor determinante para su destrucción. Todas las grandes naciones que murieron desarrollaron tremendos problemas sociales e internacionales; su éxito cegó el razonamiento de las personas y no supieron diferenciar entre lo correcto y lo incorrecto, lo moral e inmoral.

Los éxitos estadounidenses se han convertido en la caída de Estados Unidos debido a su decadencia moral y espiritual. Sus fundamentos morales están siendo rápidamente reemplazados por la inmoralidad que se ha extendido a la nación durante décadas en todos los ámbitos de la vida independientemente de la edad de la persona. Este tsunami de inmoralidad también se ve en la mayoría de las iglesias cristianas que niegan la validez de la ley moral de Dios para nuestro tiempo.

Aun el presidente Truman, quien era de mentalidad liberal, entendía la base moral de Estados Unidos cuando dijo en la conferencia de la Procuraduría General el 15 de febrero de 1950: «La base fundamental de las leyes de esta nación fue dada a Moisés en el monte. La base fundamental de nuestra Carta de Derechos proviene de las enseñanzas que recibimos de Éxodo y San Mateo, de Isaías y San Pablo. No creo que en la actualidad enfatizamos eso lo suficiente. Si no tenemos una base moral fundamental y adecuada, tendremos finalmente que terminar con un gobierno totalitario que no cree en los derechos de nadie, ¡excepto los del Estado!»

Harry S. Truman declaró: el 3 de abril de 1951: «Sin una base moral firme, la libertad degenera rápidamente al egoísmo y a la anarquía … Entonces habrá libertad sólo para los rapaces y los que son más fuertes y más inescrupulosos que el resto del pueblo».

La moral de esta nación está tan lejos del fundamento original que la única manera de restablecerla será nada menos que una reforma bíblica; todo lo demás es una ilusión y elefantes rosas.

El presidente Truman estaba en lo cierto, estamos cayendo rápidamente en un gobierno totalitario, que cada vez más no cree en los derechos de nadie, excepto los del Estado. Los que tienen las libertades son los que practican, enseñan, e imponen su visión del mundo inmoral. Truman vio lo que Hitler, Mussolini, Hirohito, Stalin, y Mao Zedong, hicieron a sus naciones y que ninguna nación, ni siquiera los Estados Unidos de Norteamérica, es inmune a los efectos de la violación de las normas para la vida establecidas por Dios Todopoderoso como está revelado en Su Palabra.

La libertad nunca ha funcionado como un sistema político al menos que la gente practique el autogobierno y respeten a Dios lo suficiente para resistir la tentación de todo lo que la inmoralidad tiene para ofrecer. El conocimiento de la moralidad de Dios provee el poder y la dirección de la autoestima y deberes al prójimo donde la gente vive por la regla de que «yo soy el guardián de mi hermano», y no es sólo algo que decir en un buen discurso político, sino una realidad de la vida cotidiana.

Estados Unidos ha abusado y hecho mal uso de sus libertades para promover la inmoralidad y el aumento de los ataques contra el cristianismo bíblico, mismo que todavía está aquí para recordar a la nación de su fundamento bíblico original y ofrecer la manera de detener este deslizamiento de decadencia moral. La ausencia de la moralidad está afectando a toda la sociedad; a menos que hagamos un giro, vamos a estrellar.

El cristianismo estadounidense debe asumir la responsabilidad personal y no dejarse convencer de la supuesta política correcta que es tan nefasta así como, los delitos de odio, y otras tácticas de ingeniería social que se han desarrollado por mentes enanas.

El cristianismo en este país no debe dejarse intimidar por las fuerzas de las personas que no respetan a Dios; sino que debe oponerse a ellos y hacerlos retroceder con el conocimiento superior de Dios, la comprensión y la sabiduría  que le hace frente a todas las áreas de la vida y aplica sus principios. Para Dios nada es imposible y nada es imposible para los que le creen.

El cristianismo en Estados Unidos debe aliarse con el Dios de la Biblia que revela con claridad: “Nada hay tan engañoso y perverso como el corazón humano. ¿Quién es capaz de comprenderlo? Yo, el Señor, que investigo el corazón y conozco a fondo los sentimientos; que doy a cada cual lo que se merece, de acuerdo con sus acciones”, (Jeremías 17:9-10). El arrepentimiento de la maldad puede restaurar la cordura mental y traer el bienestar deseado.

Los cristianos en Estados Unidos tienen el deber moral hacia todos los hombres con el fin de reforzar el carácter social de la nación tal como lo entendemos, enseñamos y aceptamos en la ley moral divina.

La fuerza moral de Estados Unidos está en la perspectiva bíblica que se aplicó en su fundamento. No hay otra visión del mundo o combinación de perspectivas del mundo que la puedan restaurar. Aceptemos nuestra responsabilidad como ciudadanos del cielo y de la tierra y ataquemos el mal con la confianza en el Dios Todopoderoso que nos llevará a la victoria y nos ayudará a sacudirnos esta ilusión nacional enfermiza y la obsesión por la riqueza, el poder, el sexo y la tolerancia irracional.

Facebook
Twitter
LinkedIn
Reddit