Nena Arias | 26 de diciembre de 2022
“El Espíritu del SEÑOR Dios está sobre mí, porque me ha ungido el SEÑOR. Me ha enviado para anunciar buenas nuevas a los pobres, para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel, para proclamar el año de la buena voluntad del SEÑOR”
(Isaías 61:1-2)
La mayoría de nosotros celebramos la Navidad de alguna forma o estilo. Nos esforzamos porque en el fondo algo nos dice que este evento en la historia es importante. De acuerdo, demasiadas personas solo pasan por los movimientos de lo que es un feriado formal en nuestra nación, pero ¿qué significa para nosotros al día siguiente y para siempre, a largo plazo?
Los versículos anteriores citados del profeta Isaías predijeron el ministerio de Jesús cerca de 800 años antes de su venida. Pero ese ministerio no fue solo mientras estuvo aquí en la tierra. Continúa hasta el día de hoy y ese es el objetivo de este artículo, recordarnos del maravilloso Salvador que se nos ha dado.
Jesús no nació solo para que tuviéramos una linda historia que contar. En este pasaje de Isaías, claramente está declarando y confirmando su propósito terrenal, el cual no terminó con su partida terrenal, al contrario, se intensificó y Dios vino a nosotros en una dimensión completamente nueva que continúa hasta el día de hoy.
Jesús vino a establecer y anunciar la derrota de las obras del diablo y a establecer un Reino de poder y cambio, que está en curso ahora a través de cada creyente nacido de nuevo en Cristo que está verdaderamente comprometido con el Padre y su reino aquí en la tierra.
A medida que pasa el tiempo, en nuestra cultura occidental, parece que más y más personas abandonan o rechazan el cultivo de sus vidas espirituales y confían todo en la suerte y el materialismo, alegando que no tienen necesidad de “religión”. Para muchas personas Dios es solo una mera religión. Algunos pueden preguntarse cuál es la relevancia y por qué la necesidad de un Salvador hoy. Como mínimo, en Navidad nuestra atención debe dirigirse a las primeras seis letras de la festividad: Cristo. Su nacimiento cambió el mundo. Más de 2000 años después, todavía tiene el poder de cambiarnos hoy.
Durante su vida, Cristo realizó muchos milagros. Juan 20:30 dice: “Jesús hizo muchas otras señales en presencia de sus discípulos las cuales no están escritas en este libro.”
De nuevo, dice en Juan 21:25 “Hay también muchas otras cosas que hizo Jesús que, si se escribieran una por una, pienso que no cabrían ni aun en el mundo los libros que se habrían de escribir”.
La actualidad del nacimiento de Jesús todavía se vive. La evidencia del ministerio de Jesús se describe en Isaías 61:4-7 “Reconstruirán las ruinas antiguas y levantarán las desolaciones de antaño. Restaurarán las ciudades destruidas, las desolaciones de muchas generaciones. Los extraños estarán presentes y apacentarán las ovejas de ustedes, y los hijos de los extranjeros serán sus labradores y sus viñadores. Y ustedes serán llamados sacerdotes del SEÑOR; servidores de nuestro Dios los llamarán. Comerán de las riquezas de las naciones, y con la gloria de ellas los nutrirán. En lugar de su vergüenza habrá doble porción. Y en lugar de la afrenta, se regocijarán por su heredad. Por tanto, en su tierra habrá doble porción, y su gozo será eterno.”
Jesús viniendo a cumplir Su propósito significa:
• las ruinas son restauradas – en vidas y naciones
• la destrucción reparada – él hace nuevas todas las cosas
• se cambian vidas: se lleva a cabo una transformación literal
• Tesoros, riquezas, doble honor, doble prosperidad y
• ¡alegría!
Cómo defines riqueza y prosperidad puede ser un poco diferente para algunos en el mundo material pero no en el reino espiritual, esta es una buena noticia para todos los que acepten al Cristo de la Navidad. ¡Él es muy relevante hoy!
La pregunta es: ¿hay evidencia del reino del rey nacido en Navidad en tu vida, propósito y acciones? Si no, ¿por qué no comenzar a vivir el propósito del rey uniéndonos a Él en su ministerio? Él dijo que haríamos las mismas obras que él hizo y aún mayores; que disfrutemos del fruto de su promesa. La venida del rey es grande; los días siguientes a Su llegada deben ser aún mejores porque ahora está sentado a la diestra del Padre.
Jesucristo todavía nos sana hoy. A medida que ejercemos la fe, nos arrepentimos y seguimos a Cristo, podemos experimentar su sanidad en nuestra vida. Todavía somos rescatados por Cristo del pecado y de la muerte. En él encontramos esperanza y sanación. Incluso miles de años después, el nacimiento de Jesucristo sigue siendo relevante en nuestras vidas hoy.