La subjetividad de la felicidad

Ramon Arias | 30 de diciembre de 2013

A lo largo de la historia el deseo de la felicidad se expresa en todas las culturas y lenguas como un sentimiento deseado para que las cosas tengan un buen resultado. El deseo puede ser un anhelo sincero para lo mejor sin ser francos con respecto a algunas incertidumbres que se deben enfrentar pues podrían presentar un obstáculo a la felicidad deseada. No obstante, el deseo o la súplica para obtener la felicidad es pronunciada esperando lo mejor sabiendo que lo peor puede presentarse en cualquier momento.

Cada ser humano tiene una interpretación de lo que es la felicidad. ¿Sabes cuál  es la tuya?

La subjetividad es la interpretación personal que le damos a todas las cosas. Cuando se trata de la felicidad las personas tienen un sinnúmero de fórmulas para alcanzar el sentimiento alusivo, sin embargo, en su mayoría, lo contrario es realidad en la vida de las personas y la infelicidad es lo que predomina.

He estado cerca del poder y de la riqueza, lo suficiente como para ver la inutilidad de ambos cuando los individuos luchan arduamente en su búsqueda por lograr lo que ellos llaman felicidad. Todos sufren de la misma idea equivocada al pensar que si tan solo podrían tener un poco más sería suficiente, pero nunca lo es. Este deseo no está reservado solo para quienes persiguen el poder y la riqueza; también es cierto en cada nivel de la escala social, donde las personas se ganan la vida a duras penas para encontrar el poco poder y las ganancias materiales que puedan conseguir en su búsqueda de ascender la escala de lo que se ha etiquetado como una vida exitosa. Las personas en ambos extremos son las mismas. No importa la cultura, la nacionalidad e idioma, los deseos son los mismos. He sido testigo de estos mismos síntomas en todos los países que he visitado o en los cuales he vivido.

Es impresionante ver la cantidad de personas que están dispuestas a esforzarse día a día para llegar a un lugar de plenitud total, sin embargo, la verdadera felicidad se les escapa. Fijan las ideas en su cabeza de lo que creen que los hará experimentar la felicidad. No importa si la gente lo admita o no pero la idea de «HAZME FELIZ» no funciona porque en carácter tiene un fundamento defectuoso. Voy a ser directo, ningún ser humano puede hacer a otro ser humano verdadera e indefinidamente feliz. Este mismo principio se aplica a todas las cosas. Tu primera reacción a esa declaración  puede ser: «¿qué estás diciendo? ¡Estás loco por decir tal cosa!”  Sin embargo, en el fondo sabes que es verdad.

Los deseos humanos son insaciables. La mente no tiene límites en cuanto a lo que quiere que sea su realidad percibida. Aquí es donde está el desafío. Si la comprensión del hombre con respecto a la realidad está equivocada entonces todo será una pesadilla que produce la destrucción en vez de realización debido a la ley de la siembra y cosecha.

Si queremos descubrir y disfrutar de la verdadera felicidad, debemos estar dispuestos a tener una mente abierta sobre todo si tenemos una idea errónea de quiénes  son Dios, Jesús y el Espíritu Santo. Esta es la razón por la que debemos tener una mente abierta: La Santísima Trinidad es la única fuente verdadera de la felicidad. ¿Ahora entiendes por qué te pedí que tuvieras una mente abierta?

Fuera de ellos, no hay felicidad, esperanza, paz, amor ni cualquier otro significado verdadero de la vida. ¡Absolutamente ninguno! A la Divinidad no le importa la religión, sino el bienestar de cada persona y sólo Ellos están plenamente conscientes de nuestro diseño y lo que puede llevarlo a su máximo buen término.

La gente más feliz sobre la faz de la tierra son los verdaderos creyentes en la Biblia, los cristianos. Los que optan por no unirse a Dios siguen luchando por encontrar la felicidad separados del Dador de la Vida. Los que fingen ser «cristianos» son falsos pretendientes, y pueden ser fácilmente descubiertos si permites que el Espíritu Santo te lo revele. Ellos no modelan ni manifiestan el gozo de Dios en sus vidas.

Toda la Biblia revela el deseo de Dios para que tengamos una vida llena de felicidad y alegría. Permítanme compartir sólo algunos pasajes bíblicos que puedan motivarte para que hagas más investigaciones y seas lleno de Su Conocimiento, comprensión y sabiduría, no sólo para vivir día a día una vida llena de felicidad, sino también para compartir esa alegría a tu alrededor, a pesar de las dificultades de la vida:

«¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos,
Ni se detiene en el camino de los pecadores,
Ni se sienta en la silla de los escarnecedores, Sino que en la ley del Señor está su deleite,
Y en Su ley medita de día y de noche! Será como árbol plantado junto a corrientes de agua,
Que da su fruto a su tiempo
Y su hoja no se marchita;
En todo lo que hace, prospera.

No así los impíos,
Que son como paja que se lleva el viento. Por tanto, no se sostendrán los impíos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos. Porque el Señor conoce el camino de los justos,
Pero el camino de los impíos perecerá”. – Salmo 1:1-6

«Confía en el Señor, y haz el bien;
Habita en la tierra, y cultiva la fidelidad. Pon tu delicia en el Señor,
Y El te dará las peticiones de tu corazón”. – Salmo 37:3-4

“El que pone atención a la palabra hallará el bien,
Y el que confía en el Señor es bienaventurado”. – Proverbios 16:20

“Sé que no hay nada mejor para ellos que regocijarse y hacer el bien en su vida” – Eclesiastés 3:12

“Dios es mi salvación,
Confiaré y no temeré;
Porque mi fortaleza y mi canción es el Señor Dios,
El ha sido mi salvación”. – Isaías 12:2

“Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios”. – Mateo 5:8

“Regocíjense en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocíjense! Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús”. – Filipenses 4:4,7

Un estado de felicidad no está exento de problemas, pero cada prueba tiene un propósito para perfeccionarnos:

“Amados, no se sorprendan del fuego de prueba que en medio de ustedes ha venido para probarlos, como si alguna cosa extraña les estuviera aconteciendo”. – 1 Pedro 4:12

“Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a los falsos profetas, porque mayor es Aquél que está en ustedes que el que está en el mundo”. – 1 Juan 4:4

Te corresponde a ti y sólo a ti que te conectes con la fuente de la vida con el fin de tener la verdadera perspectiva de la felicidad. Deja de buscar la felicidad en los lugares equivocados. Puedes tener lo mejor de Dios, si estás dispuesto.

Con esto en mente todos los días pueden ser muy felices para ti.

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