La ubicación actual del niño de Navidad

Nena Arias | 5 de diciembre de 2022

Hacia el año 700 a.C. el profeta Isaías recibió este mensaje tan importante y transformador para todo el mundo y los milenios venideros.

“Porque un niño nos es nacido, un hijo nos es dado, y el dominio estará sobre su hombro. Se llamará su nombre: Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su dominio y la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afirmarlo y fortalecerlo con derecho y con justicia, desde ahora y para siempre. El celo del SEÑOR de los Ejércitos hará esto.” (Isaías 9:6-7)

Este pasaje declara que el gobierno de todas las naciones estaría sobre su hombro, y esto es cierto incluso hoy. Esta es una declaración poderosa; el gobierno de todas las cosas pertenece a Jesucristo. Por extraño que parezca. Y “Lo dilatado de su dominio y la paz no tendrán fin.” Jesús, el niño de Navidad, estableció su gobierno como Salvador y Señor en un mundo dominado por el pecado y la rebelión contra Dios Todopoderoso. Esto significa que él tiene la última palabra en medio de toda la hostilidad y la guerra contra él y sus seguidores, su poder, gobierno y paz continúan creciendo. Su justicia tiene que permitir que la humanidad ejerza su libre albedrío, pero él se reserva el derecho de poner el límite absoluto a todo ello.

Jesús vino “para afirmarlo y fortalecerlo con derecho y con justicia, desde ahora y para siempre”. No hay discontinuidad en su logro: es un dominio continuo hasta que todos sus enemigos estén debajo de sus pies (Mateo 22:44; Salmo 110:1; 1 Corintios 15:25; Hebreos 2:8). Lo creas o no, en última instancia, ¡Jesús gobierna sobre el mundo!

Es imposible alcanzar la paz mundial sin reconocer al Rey Jesús. No importa cuántos intentos y tratados firmen los hombres por la paz, la naturaleza pecaminosa del hombre trae de vuelta el conflicto. La verdadera paz es el resultado de gobiernos que están bajo Dios, la única fuente de ley y orden (Isaías 33:22), “Lo dilatado de su dominio y la paz no tendrán fin”. Ignorar y/o rebelarse contra los absolutos morales de Dios es alejarse de su ley y orden; el resultado final es el caos social, la anarquía, la guerra, las revoluciones y las contrarrevoluciones.

Jesús: “Se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. Es una completa tontería pensar en la paz en la tierra sin Cristo como Salvador, Señor y Rey.

Las siguientes son las palabras del famoso villancico, Al Mundo Paz del escritor de himnos inglés, Isaac Watts, en 1719. Las palabras se basan en la segunda mitad del Salmo 98, en la Biblia.

¡Al mundo paz, nació Jesús!
Nació ya nuestro Rey;
el corazón ya tiene luz,
y paz su santa grey,
y paz su santa grey,
y paz, y paz su santa grey.
¡Al mundo paz, el Salvador
en tierra reinará!
Ya es feliz el pecador,
Jesús perdón le da,
Jesús perdón le da,
Jesús, Jesús perdón le da.
Al mundo Él gobernará
con gracia y con poder;
a las naciones mostrará
su amor y su poder,
su amor y su poder,
su amor, su amor y su poder.

¿Dónde está el Niño de Navidad ahora? Está sentado a la diestra de Dios Padre (Marcos 16:19; Hechos 7:55; Efesios 1:20; Hebreos 8:1; 12:20). Él también está en la vida de toda persona nacida de nuevo.

A cada persona se le ofrece una nueva vida en Cristo, que es el don eterno más grande e incomparable de Dios. El requisito es que cada corazón le prepare lugar. La paz, el poder y el gobierno de Cristo comienzan en el corazón de cada individuo. Es la única forma de afrontar con éxito los retos cotidianos en un mundo enloquecido y en convulsión.

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