Nena Arias | 15 de abril de 2019
“Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido.” (Mateo 18:11)Después de la caída del hombre en el pecado, el plan de Dios para la redención se puso en marcha de inmediato. Dios declaró a la Serpiente yo enviaré a alguien que te aplastará la cabeza, aunque tu le herirás el talón (Génesis 3:15). Cristo, el libertador de Dios, se convirtió en el enfoque del plan maestro de Dios para redimir todo lo que se había perdido a través de la desobediencia.
Cuando el pecado entró en la raza humana, no sorprendió a Dios porque es omnisciente, uno que sabe todo en el pasado, presente y futuro. Dios también es omnipotente y tiene el poder de tener un control perfecto sobre todo en todo momento. Él tiene una perspectiva perfecta con respecto a los hombres y las naciones. Saber esto acerca de Dios nos ayuda a tener paz y esperanza de vivir sin pecado y libre de todo temor, ansiedad y también para darnos vida eterna.
La historia de Dios para redimir a la raza humana pecadora requería un plan muy específico. No podría ser cualquier plan. El plan tenía que deshacer completamente el pecado de la raíz, que era necesario para vencer a Satanás, el pecado y la muerte.
En este mundo caído, Dios envió a su perfecto hijo sin pecado para redimirnos a través de su muerte y resurrección. Porque solo cuando las personas son espiritualmente libres pueden librarse de la esclavitud a ese pecado. El camino de Dios era la única manera de restaurarnos a una relación correcta con él, a través de su Hijo, él nos enseñaría cómo gobernarnos por los principios del cielo aquí en la tierra. Jesús lo dijo, “venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra” (Mateo 6:10). Pablo nos dice, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).
Jesús cambió toda la historia. Ahora, cuando las personas se someten al señorío de Cristo internamente, sus mentes se renuevan a través de su Palabra y comienzan a vivir verdaderamente. Jesús vino al mundo no para condenar al mundo, sino para que el mundo a través de él pudiera salvarse del pecado, la muerte espiritual y la condenación eterna. Nada puede causar un mayor impacto en la historia para la humanidad que eso.
Al celebrar el Día de Resurrección este año, haz una pausa para reflexionar sobre cómo Cristo ha cambiado tu vida para siempre.