Las leyes de sueldo mínimo están acabando con los puestos de trabajo… como se predijo

Larry Elder | 22 de junio de 2017

(townhall.com) – En los años ’60 mis padres abrieron una pequeña cafetería cerca del centro de la ciudad de Los Ángeles. Cuando yo  era niño veía a mis padres sentados alrededor de la mesa de la cocina, analizando los planes para lo que ellos consideraban una gran ampliación del negocio: contratar un lavaplatos. Sin embargo, mis padres estaban siempre posponiendo la decisión, en buena medida por una propuesta que había de aumentar el sueldo mínimo. Esto hubiera hecho que el empleado adicional, como recuerdo que mis padres sacaran la conclusión, fuera «demasiado caro».

Esto nos lleva al impacto de los recientes aumentos del sueldo mínimo de California. El propietario  de un pequeño restaurante me dijo que el alcalde de Los Ángeles Eric Garcetti, había invitado a varios dueños de negocios pequeños a la alcaldía para discutir el impacto de una propuesta de aumento del salario mínimo. Algunos llevaron balances de cuentas. Cada persona de negocios, dijo el propietario del pequeño restaurante, trató de convencer al alcalde demócrata de que sus márgenes de ganancia eran demasiado pequeños como para soportar el aumento de salarios sin despedir empleados, reducir las horas ni subir los precios, lo que por lo general significa un retroceso para los negocios.

Al final de la reunión el alcalde dijo nada más: «Tengo confianza en que ustedes sabrán absorber los costos».

Un nuevo estudio de dos investigadores, uno del Mathematica Policy Research y otro de la Escuela de Comercio de Harvard, se centraron en las «consecuencias del sueldo mínimo en la quiebra de restaurantes, basándose en datos del área de la Bahía de San Francisco».  Los investigadores llegaron a la conclusión de que «un aumento de $1 en el sueldo mínimo conduce aproximadamente a un incremento del 4 al 10 por ciento en la probabilidad de quiebra». Escribieron: «La evidencia sugiere que unos sueldos mínimos más altos aumentan las tasas generales de quiebra para los restaurantes. No obstante, los restaurantes de calidad inferior, que ya de por sí están más cerca del margen de quiebra, están afectados desproporcionadamente por los aumentos del sueldo mínimo». Por lo tanto, los restaurantes más vulnerables –los más «asequibles»- parecen ser los más afectados por un aumento del sueldo mínimo.

En enero, el East Bay Times informó que 60 restaurantes en el área de la Bahía de San Francisco habían cerrado sus puertas desde septiembre. Hasta los poderosos posiblemente habían fracasado. El Fresno Bee escribió recientemente: «Se unió a las quiebras de restaurantes de San Francisco la estrella naciente AQ, el cual en 2012 fue nominado finalista para el Premio James Beard al mejor restaurante nuevo de los Estados Unidos. Los márgenes de ganancia del restaurante fueron de un 8,5 por ciento reportado para 2012 a un 1,5 por ciento para 2015. Se cree que la mayoría de los restaurantes necesiten márgenes del 3 al 5 por ciento».

En San Diego, los votantes aprobaron un sueldo mínimo de $11.50 por hora, un aumento del mínimo de $8 en junio. Esto representa un incremento del 44 por ciento ¡en apenas dos años y medio! El San Diego Union Tribune  reportaba recientemente: «Ha aparecido evidencia de que hay un aspecto contraproducente en la decisión de San Diego el año pasado de exceder el sueldo mínimo estatal; ya puede haber destruido miles de puestos de trabajos para asalariados de bajos ingresos, aunque la paga más elevada ayude a decenas de miles de otros.

»Considere por ejemplo la industria de los restaurantes, la cual estudian los economistas porque depende de trabajadores de bajos ingresos y por lo general no se enfrenta a competencia extranjera ni de fuera del estado. En medio de una abrupta  reducción de la velocidad de crecimiento, casi 4 000 puestos de trabajo de la industria de la alimentación pueden haber sido eliminados o no haber sido creados en todo el condado de San Diego, desde el inicio de 2016 hasta febrero de este año».

La ahora inexistente organización llamada Asociación de Organizaciones Comunitarias para la Reforma Ahora [ACORN] llegó a California hace años para recoger firmas en una petición para llevar a votación un incremento del salario mínimo. Increíblemente, la ACORN demandó al estado para que se eximiera de las leyes de sueldo mínimo y tiempo extra. En su petición, la ACORN decía: «Mientras más tenga que pagar la ACORN a cada trabajador individual de extensión, bien sea por los requisitos de sueldo mínimo o los de tiempo extra, menos trabajadores de extensión podrá contratar». No podían haberlo dicho mejor.

Cuando George McGovern, el candidato presidencial demócrata de 1972, abandonó el Senado, adquirió el Stratford Inn, un pequeño mesón y restaurante de Connecticut. Este quebró, y McGovern le echó la culpa, en parte, a la misma clase de regulaciones que él había aprobado, cuando era un político carente de experiencia en los negocios. «Desearía haber sabido más de primera mano respecto a las preocupaciones y problemas de las gentes de negocios de los Estados Unidos… Muchos negocios, en especial los pequeños e independientes como el Stratford Inn, sencillamente no pueden trasladar esos costos a sus clientes para seguir siendo competitivos o rentables».

En cuanto al alcalde de Los Ángeles, debe señalarse que él estudió para un diploma en la Escuela de Economía de Londres. Sin embargo, en este famoso instituto, Garcetti no estudió economía; estudió «etnicidad y nacionalismo».

Tiene lógica.

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