Lectura de la biblia en un año

Cuando la persona le da prioridad a otras cosas antes que a la Biblia, a meditar en su contenido y a orar, la mente se llena de falsa información que difícilmente es discernida y trae sus consecuencias negativas. Es importante recordar que nuestra naturaleza pecadora tiene la tendencia a dominarnos, ya que es la manera en que nos mantiene débiles y esa debilidad afecta nuestro excelente funcionamiento espiritual, intelectual, emocional, físico y social. Ante el poder del pecado organizado necesitamos un plan dentro de nuestro ser, una estrategia que nos permita fortalecernos día con día. Estructurar la lectura de la Biblia es ese plan.

Programar la lectura de la Biblia requiere disciplina y tiempo. Por supuesto que para conocer lo que Dios revela en Su Palabra, así como conocer lo que otros recibieron de Revelación y plasmaron en cartas o epístolas nos exige que invirtamos mucho más tiempo.  Sin embargo podemos darnos tiempo de leer 6 capítulos al día: 3 de los libros de la Ley, Historia, Poesía o Profecía, así como 3 de los Evangelios, Hechos, Epístolas o Apocalipsis.
 
La idea de leer la Biblia de manera sistemática es para ayudarte a seguir la lectura de la Biblia en un año. Este sistema te permitirá leer todo lo que tradicionalmente se conoce como Antiguo Testamento y 4 veces lo escrito en el Nuevo Testamento. Además de esto, los meses de noviembre y diciembre se reservan para darle a la Biblia una estructura de meditación sobre ciertos conceptos al leer algunos temas dentro de un capítulo de la Biblia. Por ejemplo, en noviembre hay 5 días seguidos en que leerás ciertos capítulos que son clave sobre la Gracia. Se recomienda que mientras lees el contenido de estos capítulos/conceptos te tomes el tiempo para meditar sobre el tema. Algunas de las preguntas que debes hacerte son las siguientes:

  •  ¿Qué acabo de leer?
  •  ¿Qué me está tratando de decir, o de enseñar, Dios en este capítulo?
  •  ¿Cómo puedo aplicar estas verdades a mi propia vida?

Nunca debemos dejar de hacer preguntas, ya que es una de las mejores maneras de estudiar y de meditar. Cada día que inicies la lectura, procura orar antes para que el Espíritu Santo te revele con efectividad la Verdad escrita y para que Su poder opere en tu vida y así te determines a obedecer lo que Dios te revelará, Su perfecta, agradable y buena voluntad.

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