Nena Arias | 26 de septiembre de 2022
“Clama a mí, y te responderé”
(Jeremías 33:3)
Lo que más necesita Estados Unidos no es una economía mejor, por importante que eso sea. No se trata de armas de guerra más poderosas, no es una carrera espacial más innovadora o incluso más descubrimientos científicos tan grandes como esos podrían ser. Lo que más necesita Estados Unidos es la oración. Tan sorprendente como eso puede sonar para algunos; esta es la necesidad más urgente en Estados Unidos hoy. Pero el tipo de oración de la que estoy hablando no puede ser solo una de diez o quince segundos o una solicitud fugaz para obtener cosas. Debe seguir las indicaciones de 2 Crónicas 7:14, “si se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, si oran y buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra”. Necesitamos una oración sincera de arrepentimiento por nuestros pecados personales y nacionales para eliminar ese reproche que nos mantiene en cautiverio y que traerá el juicio y la destrucción de Dios como nunca hemos visto.
¿Alguna vez te has preguntado por qué la oración es importante? ¿Es necesaria la oración? ¿Hay beneficios de la oración diaria? ¿Por qué Jesús pasó tanto tiempo en oración, a veces incluso toda la noche?
La práctica espiritual de la oración siempre me ha intrigado. ¿Cómo es que alguien aquí en la tierra puede dirigirse al Todopoderoso en el cielo y ver resultados efectivos debido a esa oración de fe?
¿Por qué incluso muchos creyentes solo recurren a la oración cuando las cosas realmente se ponen feas o tienen una tragedia? La oración parece ser una idea de último momento en lugar del primer recurso y la prioridad esencial del día. Obviamente, porque no se entiende la importancia de la oración.
La oración es uno de los mayores dones y privilegios que tenemos especialmente como cristianos. Es el regalo de Dios para darnos su tiempo y estar disponible para conversar con nosotros en cualquier momento del día o de la noche. Dios hace tiempo para escuchar nuestro corazón y responde de maneras que van más allá de nuestra comprensión. Si hacemos tiempo para la oración diaria y la conversación con Dios, transformamos nuestras vidas e impactaremos nuestro mundo. Es por eso que la oración no debe ser una idea de último momento como último recurso cuando nada más está funcionando. La oración está destinada a ser la conversación más crucial de nuestro día. A través de la oración podemos alinear todo con su voluntad. Esta es una de las lecciones más valiosas que aprendemos de Jesús en su hora más oscura aquí en la tierra, oró: “Padre,… no se haga mi voluntad sino la tuya” (Lucas 22:42).
Estos son días muy importantes que necesitan nuestra atención y diligencia, especialmente en oración por nuestra nación. Las aguas de la lealtad a Dios necesitan ser agitadas. Y es necesario emitir un llamado a la acción con la oración como nuestro mayor recurso y Dios como nuestra única esperanza verdadera. Solo la oración puede detener la inundación del pecado y el juicio de Dios y liberar la mano sanadora y limpiadora de Dios, que muchos de nosotros estamos de acuerdo en que es nuestra única esperanza no solo para sobrevivir sino también para impactar al mundo con los principios de justicia y gobierno de Dios que traerán gloria a él.
¡Oh, que cada cristiano tuviera un corazón ardiente y anhelante por Dios! Queremos ver el reino de Dios esparcido sobre esta tierra. Queremos ver a Dios hacer algo que no puedan explicar los expertos de la televisión, los presentadores de noticias y los periodistas de los periódicos. Queremos algo que no se pueda explicar con tecnología, personalidad, propaganda o persuasión.
Santiago 5:16 dice: “Por tanto, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros de manera que sean sanados. La ferviente oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho”.
Es tiempo de oración en Estados Unidos y por tu país dondequiera que te encuentres.
¿Te comprometes a orar?