En septiembre de 1993, Brenda Pratt Shafer, una enfermera registrada con trece años de experiencia, fue asignada por la agencia de enfermería a una clínica de aborto. Puesto que la enfermera Shafer se consideraba «muy a favor del aborto», no pensó que esta asignación sería un problema. Estaba equivocada. Esto es lo que la enfermera Shafer vio:
«Estaba parada a un lado del médico y lo vi realizar un aborto por nacimiento parcial en una mujer que tenía seis meses de embarazado. Los latidos del corazón del bebé eran claramente visibles en la pantalla del ultrasonido. El médico extrajo el cuerpo del bebé y los brazos, todo menos su pequeña cabeza. El cuerpo del bebé se estaba moviendo. Sus pequeños dedos estaban juntos formando un puño y estaba pateando sus pies.
El médico tomó un par de tijeras y las insertó en la parte posterior de la cabeza del bebé, y los brazos del bebé se sacudieron en un estremecimiento, una reacción de sobresalto como hace un bebé cuando piensa que podría caerse. Entonces el doctor abrió las tijeras. Luego metió el tubo de succión de alta potencia en el agujero y aspiró el cerebro del bebé. Ahora el bebé estaba completamente flácido. Nunca volví a la clínica. Pero todavía me aterriza el rostro de ese niño. Era la cara más perfecta y angelical que jamás he visto».
— Declaración de Brenda Pratt Shafer, RN
Brenda Shafer también testificó ante la audiencia sobre la Ley de Prohibición del Aborto por Nacimiento Parcial (HR 1833) del Subcomité de la Comisión de la Constitución del Poder Judicial de la Cámara de Representantes de EE.UU. el 21 de marzo de 1996. Este fue su testimonio y su constancia política e histórica:
Señor Presidente y distinguidos miembros del Comité Judicial, soy Brenda Pratt Shafer. Yo estoy aquí ante ustedes, a petición del Comité, para relatar a ustedes mi experiencia como un testigo ocular de lo que hoy se conoce como el procedimiento de aborto de nacimiento parcial.
Soy una enfermera registrada, con licencia en el Estado de Ohio, con 14 años de experiencia. En 1993, fui empleada de Kimberly Quality Care, una agencia de enfermería en Dayton, Ohio. En septiembre de 1993, Kimberly Quality Care me pidió que aceptara la asignación en el Women’s Medical Center [Centro Médico de la Mujer], el cual es operado por el Dr. Martin Haskell. Acepté fácilmente la asignación porque estaba en ese momento muy a favor del aborto. Incluso le había dicho a mis hijas adolescentes que si una de ellas alguna vez quedaba embarazada a temprana edad, les exigiría obtener un aborto. No estaban de acuerdo conmigo en esto, y una de ellas incluso escribió un ensayo para una clase de la escuela secundaria donde mencionó cómo diferimos sobre esta cuestión.
Así que, a causa del fuerte punto de vista a favor del aborto que yo tenía en ese momento, pensé que esta asignación no sería un problema para mí. Pero estaba equivocada. Estuve parada al lado del médico mientras se realizaba el aborto por procedimiento de nacimiento parcial y lo que vi está marcado para siempre en mi mente. Trabajé como auxiliar de enfermería en la clínica del Dr. Haskell durante tres días – el 28, 29 y 30 de septiembre de 1993.
En el primer día, asistimos en algunos abortos de primer trimestre, que es todo en lo que había esperado participar. (Recuerdo que una de las pacientes era una niña de 15 años de edad – que estaba teniendo su tercer aborto). En el segundo día, vi al Dr. Haskell hacer un procedimiento en el segundo trimestre que se llama D & E (dilatación y evacuación). Él utilizó ultrasonido para examinar el feto.
Luego usó los fórceps para despedazar al bebé dentro del útero, sacándolo pieza por pieza, y arrojando las piezas en una cacerola. También en los dos primeros días, insertamos laminaria para dilatar los cuellos uterinos de las mujeres que se estaban preparando para los abortos por nacimiento parcial – las que estaban más avanzadas del punto de 20 semanas, ó 4 meses y medio. (El Dr. Haskell llamó a este procedimiento «D & X», por dilatación y extracción.) Había seis o siete de estas mujeres.
En el tercer día, el Dr. Haskell me pidió que observara mientras él realizó varios de los procedimientos que son el objeto de esta audiencia. Aunque yo estaba en la clínica asignada por la agencia, el Dr. Haskell estaba interesado en contratarme de tiempo completo, y yo estaba recibiendo orientación en toda la gama de procedimientos previstos en esa instalación. Yo estuve presente en tres de estos procedimientos de nacimiento parcial. El primero es el que voy a describir con todo detalle.
La madre estaba embarazada de seis meses (26 semanas y media). Un médico le dijo a la madre que el bebé tenía Síndrome de Down y ella decidió tener un aborto. Ella llegó los primeros dos días para insertarse la laminaria y que se le cambiara, y ella lloró todo el rato. Al tercer día llegó a recibir el procedimiento de nacimiento parcial.
El Dr. Haskell trajo el ultrasonido y lo conectó para poder ver al bebé. En la pantalla de ultrasonido, pude ver el latido del corazón. Conforme el Dr. Haskell observaba al bebé en la pantalla del ultrasonido, los latidos del corazón del bebé eran claramente visibles en la pantalla del ultrasonido. El Dr. Haskell entró con pinzas y agarró las piernas del bebé y las jaló hacia abajo al canal de parto.
Luego sacó el cuerpo del bebé y los brazos, todo menos la cabeza. El médico mantuvo la cabeza del bebé justo dentro del útero. Los deditos del bebé estaban abriendo y cerrando en puño, y sus pies estaban pateando. Luego, el médico metió la tijera a través de la parte posterior de la cabeza y los brazos del bebé se sacudieron en un estremecimiento, una reacción de sobresalto, como un bebé hace cuando piensa que se va a caer.
El doctor abrió las tijeras, metió un tubo de alta potencia de succión en la apertura y aspiró el cerebro del bebé. Ahora el bebé estaba completamente flácido. Yo estaba totalmente sin preparación en absoluto para lo que estaba viendo. Casi vomité mientras veía al médico hacer estas cosas.
Señor Presidente, he leído en el periódico que el presidente Clinton dice que él va a vetar este proyecto de ley. Si el presidente Clinton había estado de pie donde yo estaba en ese momento, él no vetaría este proyecto de ley. El Dr. Haskell extrajo la cabeza del bebé. Cortó el cordón umbilical, y sacó la placenta. Lanzó ese bebé a un recipiente, junto con la placenta y los instrumentos que había utilizado. Vi el movimiento del bebé en el recipiente. Le pregunté a otra enfermera y me dijo que eran sólo «reflejos».
He sido enfermera durante mucho tiempo y he visto a muchos morir – gente mutilada en accidentes automovilísticos, heridas de bala, he visto de todo. He visto procedimientos quirúrgicos de todo tipo. Pero en todos mis años como profesional, nunca había presenciado nada parecido a esto. La mujer quería ver a su bebé, así que limpiaron al bebé y lo pusieron en una cobija y se lo entregaron a la madre. Lloraba todo el tiempo, y siguió diciendo: «¡Lo siento, por favor perdóname!»
Yo estaba llorando también. No pude soportarlo. Ese niño tenía la cara angelical más perfecta que he visto. Yo estuve presente en la sala durante dos procedimientos más de este tipo ese día, pero yo estaba realmente en estado de shock. Traté de fingir que estaba en otro lugar, para no pensar en lo que estaba sucediendo. No podía soportar tener que esperar hasta la hora de la salida para irme de allí. Después que me fui ese día, nunca mas volví. Por cierto, los últimos dos procedimientos, involucró madres sanas con bebés sanos.
Yo estuve muy afectada por lo que había visto. Durante mucho tiempo, a veces todavía, tuve pesadillas sobre lo que vi en la clínica ese día. Por eso, el julio pasado, le escribí una carta al congresista Tony Hall de Dayton, en apoyo del proyecto de ley, diciendo lo que había visto. Y eso llevó a que me pidieran que hablara a los demás de lo que había visto, así como yo estoy haciendo aquí hoy. Señor Presidente, desde que escribí la carta se me han lanzado algunos ataques extraños sobre mi credibilidad, y me gustaría hacer aclaraciones a estos brevemente.