Ramón Arias | 1 de agosto de 2016
¡Y continuamos! La Convención Republicana y la Convención Demócrata de 2016 ya quedaron atrás, y ahora continuamos hacia la elección presidencial como ninguna otra en la historia de esta nación. Con esto no quiero decir que las convenciones anteriores han fluido fácil sin insultos y ataques, o que no eran tan importantes. Como cuestión de hecho, desde la primera elección presidencial hasta hoy tenemos que llegar a la conclusión de que todas las convenciones y las elecciones tienen consecuencias duraderas.
¿Por qué entonces es esta elección presidencial la más crítica que las del pasado? Para empezar, nunca hemos estado en una situación tan crítica. Las cuestiones que están empujando a la nación al borde de la destrucción no son un asunto de risa; comprueba por ti mismo(a) los problemas que históricamente han destruido a imperios y a grandes naciones y comprenderás la gravedad de nuestra situación. Analiza los 37 Indicios de una civilización que se dirige a la ruina (aquí) y compararlos con la situación actual de los Estados Unidos de América.
La verdad es que no se necesita un alto índice de inteligencia para saber hacia dónde nos dirigimos. Sólo un pequeño porcentaje de las personas piensan que vamos en la dirección correcta. Independientemente de su inclinación política, la mayoría de los estadounidenses están de acuerdo que algo anda mal y que la nación se dirige con rapidez por el camino equivocado. El problema ha sido y sigue siendo; que las dos visiones irreconciliables han dominado el país durante 229 años.
La siguiente cita se le atribuye a Abraham Lincoln con ninguna prueba sólida de que es suya, sin embargo, ¿qué piensas de esta declaración?: «Se puede engañar a toda la gente parte del tiempo y a algunas de las personas todo el tiempo, pero no se puede engañar a toda la gente todo el tiempo». De acuerdo con esta afirmación, ¿dónde crees que nos encontramos en este momento en la historia? ¿Estás de acuerdo que ser engañado es el resultado de ser ignorante? Cuando se trata de los principios de cómo debemos vivir, allí no debe haber espacio para la irracionalidad, no cuando la nación ha tenido un fundamento sólido original; la verdad es que estamos sin excusa válida para esta ruina que se avecina.
Todos sabemos lo que traen las decisiones tontas, y nunca nos han gustado las consecuencias, pero no se pueden negar los hechos porque la necedad siempre exige un pago. Hay aproximadamente 48 sinónimos para la palabra tonta, todos son exactos, y hay 20 antónimos, te insto a que hagas algunas investigaciones y descúbrelo por ti mismo. La pregunta es, ¿resolveremos el problema de la locura solo por conocer las definiciones? De ninguna manera, los hechos históricos arrojan mucha luz sobre las creencias de la gente haciéndoles creer que tienen buen juicio en la filosofía que han abrazado, es decir, hasta que llega una generación que se derrumba por completo como consecuencia de ello.
Cuando Salomón llegó a ser rey de Israel, aproximadamente en el año 971 a.C., oró: “Da, pues, a Tu siervo un corazón con entendimiento para juzgar a Tu pueblo y para discernir entre el bien y el mal. Pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo Tuyo tan grande?” (1 Reyes 3:5-15).
El rey Salomón se hizo conocido por su gran sabiduría dada por Dios y dotado en gran medida; fue un prolífico escritor, científico, poeta, gran arquitecto, y diplomático. Era hábil en hacer tratados y alianzas que condujeron a la nación de Israel a gran prosperidad, paz y también la hizo una superpotencia. Pero entonces, el sabio Salomón desobedeció los mandamientos de Dios y se convirtió insensato. A su muerte dejó un país en quiebra que era abrumadoramente sobrecargado de impuestos. Durante el reinado de su sucesor, el país se dividió en dos reinos. Salomón no hizo caso a su propio consejo de definir el resultado de las decisiones necias en comparación con las hechas con sabiduría; haremos bien en tomar nota y aprender la verdad universal:
“Los sabios atesoran conocimiento, pero la boca del necio es ruina cercana». (Proverbios 10:14)
“El camino del necio es recto a sus propios ojos, pero el que escucha consejos es sabio”. (Proverbios 12:15)
“Todo hombre prudente obra con conocimiento, pero el necio ostenta necedad”. (Proverbios 13:16)
Estados Unidos fue dado a luz en 1620 -1630 con la misma sabiduría que se le dio a Salomón. No podemos retrasar por más tiempo el análisis de nuestro país, con respecto al destino que nos espera. Miles de estadounidenses han renunciado a su ciudadanía, y el éxodo crece a medida que parten en busca de la seguridad en otras naciones. Su desconfianza en el gobierno los ha abrumado y temen por el futuro del país, que ya no se parece al país antiguo y original. Aquellos de nosotros que creemos que este país es digno de ser salvado y que profesamos la fe bíblica, más vale que tomemos la decisión correcta de orar por sabiduría, no sólo para entender los tiempos que estamos viviendo, sino también, para participar haciendo nuestra parte para volver de nuevo a esta nación de regreso a Dios. El futuro de Estados Unidos depende de lo bien que participemos durante esta temporada política y sus consecuencias.
El permanecer pasivos en el día de las elecciones sólo beneficiará a la causa de la necedad. ¿Es importante para ti quienes serán los siguientes jueces del Tribunal Supremo y aquellos que presidirán en la banca federal? ¿Te importa lo que la élite le ha hecho a este país? Hay que trabajar con lo que tenemos con el entendido de que por ahora no hay un candidato perfecto. Nosotros disponemos de suficiente información sobre los dos candidatos que van adelante para tomar una decisión para el cargo más alto del país. La plataforma del 2016 de los dos partidos políticos y los dos discursos de aceptación de la nominación definen su ideología. Cae sobre nosotros comprender los hechos y la legitimidad de sus reivindicaciones, y determinar quién es digno de confianza para que pueda arreglar el gobierno disfuncional.
No estamos buscando a un Mesías político sino a alguien con quien podemos trabajar para dirigir a la nación unida bajo Dios y que sea una luz para las naciones.