Los padres de Finley están agradecidos porque la reversión de la píldora del aborto salvó a su niñita

Nancy Flanders | 1 de enero de 2017

(liveaction.org) – Summer era una recién graduada de secundaria que tenía pasión por las competencias de rodeo cuando conoció a su actual esposo Jason. Sus padres tenían la esperanza de que ella fuera a un instituto técnico y Jason planeaba ir al instituto a obtener un diploma. Sin embargo, cuando los dos se conocieron y empezaron a salir el padre de Summer no estuvo de acuerdo, por la diferencia de edad entre ellos. Cuando Summer salió embarazada, ella sabía que tener un bebé iba a hacer más difíciles las relaciones entre ella y sus padres.

«El tener que escoger entre la escuela, el trabajo, mis caballos y mi novio era demasiado para mí» -dijo ella en su video de YouTube “La vida después del aborto. La historia de nuestro bebé milagroso”. Continúa: «Además de eso tuve que salir del pueblo por una semana para trabajar en una demostración de caballos. Todo el tiempo tuve náuseas y me falló la menstruación. Estaba segura de que estaba embarazada».

Cuando regresó a casa del show de caballos, inmediatamente se hizo dos pruebas de embarazo. Ambas dieron positivo y Summer empezó a entrar en pánico.

«¿Cómo podré ahora participar en los rodeos? ¿Qué pensará de mí la gente? ¡Mis padres me van a matar! Todavía no estoy preparada para ser una madre» -decía ella.

No obstante, a pesar de sus lágrimas, sorprendió a Jason con una prueba de embarazo envuelta en papel de regalo. La primera reacción de él fue de alegría, pero eso se disipó cuando pensó en el padre de Summer y en cuál iba a ser su reacción.

Con el deseo de confirmar la preñez, se dirigieron a una clínica de Paternidad Planificada [Planned Parenthood].

«Cuando abrimos la puerta, vimos una larga fila de mujeres de todas las edades» -dijo Summer-. «Había un ambiente de abatimiento, pero lo presentaban como algo normal. Tomé un número y nos sentamos».

Cuando llamaron su número, el personal de la clínica no le permitió a Jason ir con ella. A solas, Summer supo que de veras estaba embarazada y que ya tenía siete semanas. Tuvo que llamar a Jason para darle la noticia, y fue entonces cuando decidieron que no estaban listos para ser padres y que tenían que recurrir a un aborto.

«Yo sabía en mi interior que eso estaba mal» -dijo Summer-. «No quería hacerlo, pero creía que no tenía otra opción-. «Entró el doctor, e inmediatamente comenzó a explicarme las pastillas que debía tomar para “abortar” exitosamente a mi feto a fin de prevenir un aborto quirúrgico en el futuro. Me volvía más y más vacilante, preguntándome si estaba haciendo lo correcto. Al final me convencí a mí misma de que no había realmente otra opción, de modo que asentí en silencio mientras escuchaba sus instrucciones».

Tomó la primera píldora, que iba a empezar a romper la placenta, interrumpiendo el flujo de nutrientes al bebé. Al día siguiente tenía que tomar  dos píldoras más y le dijeron que debía esperar un sangramiento copioso y la posibilidad de ver a su bebé-

Después de tomar la primera píldora, inmediatamente se sintió triste. Ella y Jason fueron lloraban mientras manejaban de regreso a casa, y tuvieron que estacionar el auto.

«Tratamos de olvidar lo que acabábamos de hacer, pero la angustia y el arrepentimiento eran tan abrumadores que tuvimos que detenernos al costado del camino» -explicó ella-. «Sabíamos que habíamos cometido el mayor error de nuestras vidas».

Un ex abortista, el Dr. Anthony Levatino, explica el proceso de un aborto químico en el video de abajo.

Jason llamó a Paternidad Planificada para preguntar si había algo que pudieran hacer para detener el aborto, pero la clínica le dijo que era demasiado tarde y que si no se tomaban las otras dos pastillas el bebé podría tener serios defectos de nacimiento.

El siguiente día el arrepentimiento y el dolor fueron más fuertes para Summer. Empezó a sentir contracciones y un dolor fuerte. No quería tomarse la segunda píldora. Jason se sentía tan mal que tuvo pensamientos suicidas.

«Clamamos a Dios, pidiendo perdón y sanación» -dijo Summer-. «Le suplicamos que nos diera una segunda oportunidad, si podíamos echar todo para atrás».

Jason descubrió una consejera en línea que discutía los abortos y la llamó, sólo para conversar. Pero cuando le contó su historia, ella le dijo que todavía tenían esperanza. Que no era muy tarde, porque Summer no se había tomado la segunda pastilla. Podían salvar a su bebé. Les dio el nombre de una mujer que podía ponerlos en contacto con una doctora que podía hacerles una reversión de aborto. La pareja quedó emocionada. La mujer les dijo que fueran a su oficina, que ella iba a esperarlos la noche entera.

Summer recibió una inyección de progesterona y, durante las siguientes semanas, ella misma se las puso en casa. Sin embargo, el dolor era demasiado intenso, así que la doctora le suministró una doble dosis de pastillas de progesterona y le dijo que tomara vitaminas prenatales. A las nueve semanas acudieron a un centro local de embarazo para un ultrasonido gratis.

«Después de escanear, la técnica halló lo que estaba buscando y exclamó: “¡Su bebé está vivo! ¿Ven el latido del corazón? ¡Dios debe estarle susurrando al oído a su bebé para que se mueva, porque no hemos visto nunca un bebé de 9 semanas tan activo!”. Jason y yo de inmediato rompimos a llorar, con lágrimas de gozo y alivio» -dijo Summer.

Su bebé debía nacer en Navidad.

El padre de Summer al principio se puso furioso por el embarazo, pero pronto se calmó. Le dijo a Summer que él se alegraba de que ella hubiera escogido la vida. Poco después de decírselo a sus padres, Jason y Summer se comprometieron. En su fiesta de revelación del sexo del bebé supieron que iban a tener una niña, y decidieron ponerle Finley.

Finley nació el 5 de enero, completamente saludable.

«Desde que tuve a Finley, mi papá y yo estamos más cercanos que lo que nunca hemos  estado» -dijo Summer-. «Él y Jason finalmente se llevan bien. Todos están felices y locamente enamorados de nuestra hija. Ella ha cambiado la totalidad de nuestras vidas para bien, y para siempre estaremos agradecidos».

La reversión del aborto es posible para las mujeres que se han tomado la primera dosis de la pastilla del aborto. Los doctores han salvado a más de  175 bebés con la reversión del aborto. Si usted o alguien que usted conozca lamenta haberse tomado la píldora del aborto, hay ayuda disponible en AbortionPillReversal.com o llamando al teléfono 1-877-558-0333.

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