Los planes de Dios incluyen una esperanza y un futuro

Nena Arias | 8 de mayo de 2023

“Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza.”
(Jeremías 29:11)

No es difícil ver por qué la esperanza se está desvaneciendo rápidamente de los corazones de muchas personas y el temor se está apoderando de lo que nos espera en el futuro a todos. El mundo está en crisis, y todos lo sabemos.

Para los creyentes, nuestra única esperanza es confiar en las promesas de nuestro padre celestial, incluso en medio del sufrimiento. Si lees el Libro de Jeremías, verás que el versículo citado anteriormente (Jeremías 29:11) se le dio al pueblo de Judá cuando se les advirtió del cautiverio inminente por parte de los babilonios, quienes vendrán y los exiliarán de su nación por setenta años a causa de su pecado. El sufrimiento y la esclavitud iban a ser muy severos, e iban a desear volver a casa, pero Dios les dijo que sería por setenta años, así que bien podían establecerse. Esto es lo que Dios dijo a través de Jeremías, el profeta:

Jeremías 29: 5-11 “Edifiquen casas y habítenlas. Planten huertos y coman del fruto de ellos. Contraigan matrimonio y engendren hijos e hijas. Tomen mujeres para sus hijos y den sus hijas en matrimonio, para que den a luz hijos e hijas. Multiplíquense allí y no disminuyan. Procuren el bienestar de la ciudad a la cual los hice llevar cautivos. Rueguen por ella al SEÑOR, porque en su bienestar tendrán ustedes bienestar. Porque así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel: “No los engañen sus profetas que están entre ustedes ni sus encantadores. No presten oído a sus sueños que ellos sueñan Pues ellos les profetizan falsamente en mi nombre. Yo no los envié”, dice el SEÑOR. Porque así ha dicho el SEÑOR: “Cuando según mi dicho se cumplan setenta años para Babilonia, los visitaré con mi favor y les cumpliré mi buena promesa de hacerlos regresar a este lugar. Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza.”

Este es nuestro Dios. Él siempre da esperanza de redención a pesar del sufrimiento que debe permitir que suceda a causa de nuestro pecado. Sabe que, sin esperanza, cualquiera se desesperará del futuro.

Dios promete esperanza en medio del sufrimiento. Es posible que estés luchando con algo y te preguntes: ‘¿Por qué Dios permite que me suceda esto y cuándo terminará?’ Tu esperanza de liberación puede estar desvaneciéndose. Pero conoce a Dios. A veces hará milagros en un instante y otras veces permitirá que las pruebas se prolonguen para ayudarnos a fortalecer nuestra fe y firmeza en nuestro compromiso con él.

A Dios no le sorprende nada. Él lo sabe todo, el pasado, presente y futuro, y ha hecho planes para todo de acuerdo con su voluntad y propósito. Dios sabe que a veces cometeremos errores y fallaremos, pero Dios declara que todavía tiene cosas buenas reservadas para aquellos que lo aman.

Las luchas nunca deben sorprender a un verdadero creyente. Se nos dice que las esperemos en nuestro camino terrenal porque es en las pruebas de nuestra fe que crecemos. Nuestro crecimiento siempre incluirá que podamos ayudar a otros en el camino que también están en necesidad de la fuerza que hemos adquirido de Dios a través de nuestras propias pruebas, pero hemos encontrado que Dios es fiel.

Nuestra primera reacción es que termine el sufrimiento. Queremos alivio inmediato, pero siempre debemos tener en cuenta que Dios sabe mejor y si prolonga el sufrimiento en nuestras vidas es para un propósito más elevado y glorioso.

Definitivamente hemos entrado en tiempos difíciles, y también se nos pide perseverar en los momentos difíciles y no perder la esperanza porque es parte del plan de Dios ayudarnos a crecer en nuestros tiempos. A medida que otros vean a Dios en nosotros, mejorará su plan más amplio para ayudar a llevar a todas las personas a Cristo.

Dios no promete una vida libre de problemas, al contrario, dice que pasaremos por muchas tribulaciones pero que nos animemos porque él ha vencido por nosotros.

“Les he hablado de estas cosas para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo!” (Juan 16:33)

Dios nos cumple esta promesa en la obra de Jesús, su hijo, que nos trae la paz con Dios.

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