No puedo obtener ninguna satisfacción

Ramón Arias | 5 de enero de 2015

La fiesta de Año Nuevo ha terminado y la vida continúa su curso. Todo el mundo tiene derecho a planear y desear un año mejor. Sin embargo, la realidad nos dice otra cosa. Los desafíos que tendremos que confrontar y vencer en este nuevo año son monumentales. No sólo seguimos cargando todos los problemas no resueltos del año pasado, sino que también los de décadas y siglos pasados. Si no trabajamos para resolverlos, la montaña de dificultades sólo seguirá aumentando y nos abrumará. El otro lado de todo este mal es que no tenemos que ser derrotados y arrastrados hacia el océano de la desesperación. 

Una canción de Mick Jagger de la banda de rock Inglés, The Rolling Stones, fue lanzada en 1965. Me acuerdo muy bien porque lejos de darme esperanza para un mundo mejor, sólo confirmó la turbulencia interna que yo y otros en mi generación confrontábamos como jóvenes y en nuestra sociedad en general. Estoy seguro de que recuerdas la letra:

I can’t get no satisfaction (No puedo obtener ninguna satisfacción)
I can’t get no satisfaction (No puedo obtener ninguna satisfacción)
‘Cause I try and I try and I try and I try (Porque lo intento y lo intento y lo intento y lo intento)
I can’t get no, I can’t get no (Yo no puedo obtener no, yo no puedo obtener no…)

El mensaje de esa letra expresa claramente un sentimiento de frustración que las personas han enfrentado en la vida desde hace miles de años, y es triste decirlo pero esto incluye a la mayoría del pueblo de Dios. El mensaje de Jesús a los judíos de Su generación, no está solo destinado como propósito de Año Nuevo, sino que es destinado a ser aplicado cada día que estamos en esta vida terrenal con el fin de llegar a la plena satisfacción:

“Por tanto, no se preocupen, diciendo: ‘¿Qué comeremos?’ o ‘¿qué beberemos?’ o ‘¿con qué nos vestiremos?’ Porque los Gentiles (los paganos) buscan ansiosamente todas estas cosas; que el Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por tanto, no se preocupen por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástenle a cada día sus propios problemas Mateo 6:31-34.

La confianza que tenemos para el presente y el futuro está sujeta a nuestra fe mientras nos mantenemos en pacto con Dios esperando en el cuidado amoroso de Aquel que tiene el control de todas las cosas en este mundo. Jesús les mencionó tres cosas a sus oyentes: Él les dijo que podían esperar comida, bebida y ropa. Hay una gran diferencia entre nuestras necesidades y nuestros deseos. Nunca deberíamos confundir esas dos cosas. 

Los hombres malos no pueden producir una buena calidad de vida, les gustaría poder hacerlo, pero su resultado es el contrario. Si confiamos en Dios, entonces podemos tener confianza en que Él intervendrá a nuestro favor. Él nunca falla.

El deseo de la gente para obtener lo esencial de la vida es legítimo; el problema siempre ha sido la manera de obtenerlo. Cuando Jesús dijo: Pero busquen primero Su reino y Su justicia”, Él se refería a que este es el prerrequisito para obtener Sus bendiciones. Si la gente no tiene ni idea o entendimiento de que esta es una cuestión ética, entonces tratarán de hacer las cosas de manera equivocada mediante el uso de los medios injustos para obtener «todas estas cosas». Al hacerlo, renuncian a su paz interna, y luego la ansiedad se apodera de ellos.

El principio moral fundamental es buscar el Reino de Dios. La economía no es el medio para la seguridad; nunca ha sido y nunca lo será. Las personas no preparadas están aterrorizadas de recibir las malas noticias. Sin embargo, los que entienden la voluntad de Dios y Su gobierno nunca pierden de vista que es Él quien tiene el control total de la historia.

Dios está siempre del lado de aquellos que guardan su pacto, ya sean individuos o naciones. Cuando nuestra fe es sólida y obedecemos los principios económicos de Dios se minimiza el error humano.

Jesús fue claro al dirigir las mentes del pueblo de Dios lejos de las preocupaciones económicas, tanto en el presente como en el futuro. Les dijo, no se preocupen”. Esta declaración no es una sugerencia, es una orden. Nuestra seguridad no está en la economía, sino en Dios. Él es el dueño del universo y es totalmente confiable para hacer Su parte en el cumplimiento de todas Sus promesas. Esta es la misma razón que Pablo le escribió a los cristianos de Roma diciendo: 

Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito”. Romanos 8:28

Poner fe en el hombre y sus instituciones atroces, jamás nos traerá plena satisfacción. La manera de operar del hombre en cuanto a cómo trata los asuntos de este mundo no nos protege contra la insensatez que sólo produce desastres; esa es su naturaleza. Nuestra fe en Dios debe ser inquebrantable. 

Nuestra prioridad es conocer y entender el carácter de Dios y Su justicia. Conforme más lo conocemos más vamos a ser como Él:

“Porque Yo soy el Señor, que los he hecho subir de la tierra de Egipto para ser su Dios; serán, pues, santos porque Yo soy santo’”. Levítico 11:45

Por tanto, sean ustedes perfectos como su Padre celestial es perfecto”. Mateo 5:48

A medida que lo buscamos a Él y a Su justicia, nos convertimos en parte de Su plan y participamos en la expansión de Su reino en la tierra como en el cielo. Por esta razón debemos comprometernos día a día para crecer en el conocimiento y dejar atrás las trampas de la ansiedad:

 Por eso les digo que no se preocupen por la vida diaria, si tendrán suficiente alimento y bebida, o suficiente ropa para vestirse. ¿Acaso no es la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa?” Mateo 6:25

Le ruego a Dios que Mick Jagger y a todos los que son como él terminen su búsqueda y pasen de no tener «ninguna satisfacción» a encontrar LA SATISFACCIÓN que nosotros hemos encontrado en Cristo, aquí y ahora.

Estemos conscientes de los que aun no son salvos y su necesidad de salvación en Cristo. Hagamos todo lo que podamos para que ellos también tengan la oportunidad de aceptar o rechazar la vida plena que Él les ofrece, si así lo desean. También, tengamos en cuenta que la inversión que hagamos en que otros conozcan del Reino de Dios es lo que da la mayor satisfacción y dividendos que trascienden a la eternidad. ¡Esta es la máxima satisfacción!

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