Gary DeMar | 28 de mayo de 2013
El argumento es suficientemente simple. Si una persona nace de determinada manera, ¿quiénes somos nosotros para juzgar lo que es y cómo actúa? Una persona que nace con la piel negra es así a causa de sus genes, pero no existe un comportamiento asociado al color de la piel. El color de la piel es un atributo genético benigno, como el color del pelo.
Se nos ha dicho que la homosexualidad está condicionada genéticamente. El ADN de una persona determina su orientación e identidad sexual aún cuando los órganos sexuales en las relaciones homosexuales no se corresponden con la composición genética de las personas del mismo sexo. El «equipo» sexual no encaja.
Cualquiera podría pensar que lo normal en términos sexuales coincide con la reproducción sexual. Es un juicio racional y científico. La homosexualidad detiene la transferencia de ADN hacia una nueva generación. Cualquiera podría pensar que la ciencia por sí sola debería ser suficiente para concluir que el coito entre personas del mismo sexo es genéticamente contraproducente y por tanto anormal.
Una manera de probar una hipótesis es encontrar sujetos de prueba similares. Los estudios con gemelos han sido utilizados con frecuencia para probar teorías genéticas. Los más recientes estudios sobre la homosexualidad realizados con gemelos están proporcionando más evidencia de que la homosexualidad no está determinada por el ADN.
«Ocho grandes estudios con gemelos idénticos en Australia, los Estados Unidos y Escandinavia, realizados durante las dos últimas décadas llegaron a la misma conclusión: los homosexuales no nacieron así…
»Los gemelos idénticos poseen los mismos genes o ADN. Ellos son criados en condiciones prenatales iguales. Si la homosexualidad es causada por la genética o por condiciones prenatales y uno de los gemelos es homosexual, el otro también debería serlo.
»Debido a que tienen un ADN idéntico, esta coincidencia debería ser del 100%, señala el Dr. [Neil] Whitehead. Pero los estudios revelan otra cosa. “Si un gemelo idéntico siente atracción por el mismo sexo las probabilidades de que el otro gemelo sienta lo mismo son sólo de alrededor de 11% para los hombres y 14% para las mujeres”.
»Puesto que los gemelos idénticos son siempre genéticamente idénticos, la homosexualidad no puede estar genéticamente determinada. “Nadie nace homosexual”, menciona él. “Los eventos predominantes que crean la homosexualidad en uno de los gemelos idénticos y no en el otro, tienen que ser factores posteriores al nacimiento”».
Personalmente conozco dos parejas de gemelos en las que esto se cumple. Por supuesto, mi muestra es muy pequeña, pero es una indicación de que el ADN no es un factor predominante en las elecciones sexuales que hacen las personas.
Sin embargo, asumamos que el ADN sí determina la preferencia sexual. ¿Qué pasaría si se pudiera decir que el ADN determina el que una persona sienta deseo sexual por los niños? ¿Esto significa entonces que el comportamiento resultante tendría que ser legitimado por las legislaturas estatales y que se pondrían en vigor leyes contra la discriminación?
¿Cuál es nuestro límite con relación al comportamiento genéticamente determinado? ¿Por qué algunos de los comportamientos determinados genéticamente son buenos y otros malos? Considere lo siguiente y hágase Ud. mismo la siguiente pregunta: ¿Por qué los científicos están trabajando para superar estas irregularidades genéticas, pero no la homosexualidad, la cual es genéticamente contraproducente?:
- «Los científicos dicen que han encontrado un gen que predice si el cáncer de próstata se transformará en su forma más letal».
- «Un equipo de investigadores de dos universidades del Medio Oriente ha desarrollado una nueva forma de alterar genéticamente células en ratones vivos; ofreciendo nuevas posibilidades en la guerra contra el cáncer y otras enfermedades».
- «Algunos de nosotros, al parecer, nacimos simplemente para ser malos. Los científicos dicen que están a punto de identificar anomalías genéticas y bioquímicas que predisponen a sus portadores a la violencia. Un artículo en la revista Science. . . llevaba el siguiente titular EVIDENCIA ENCONTRADA SOBRE POSIBLE GEN “DE LA AGRESIÓN”».[1]
- «Al parecer, los hombres sanos, con peso y niveles de colesterol normales, corren tres veces más riesgo de un ataque cardíaco si tienen una variación común de un gen particular, dicen los investigadores».[2]
- «Científicos del Instituto Salk dicen que han descubierto un gen que desencadena ciertas formas de leucemia, un descubrimiento que podría conducir al desarrollo de una prueba de detección en los próximos meses».[3]
- «Los investigadores han encontrado una sustancia química del cerebro que estimula el antojo de comer grasa y una forma de bloquearla sin afectar el apetito por alimentos más sanos».[4]
- «¿Por qué los jugadores suelen apostar más después de una mano perdedora? ¿O por qué los inversionistas arrojan dinero a la basura? La respuesta puede estar en la ciencia del cerebro».[5]
- «¿Es el racismo simplemente parte de la naturaleza humana o algo que aprendimos de la sociedad? Ninguna de las dos cosas, dice un equipo de psicólogos que, pese a las críticas, sostienen que el racismo representa un efecto secundario accidental de la evolución».[6]
Por tanto, incluso si la genética es el factor determinante en las personas que tienen relaciones sexuales con el mismo sexo, esto no significa que el comportamiento sea genéticamente normal o candidato para una protección legal especial.
Notas:
- Dennis Overbye, «Born to Raise Hell?», Time (21 de febrero de 1994), p. 76.
- Amanda Huted, «Gene variant could mean higher risk of heart attack», Atlanta Journal/Constitution (15 de octubre de 1992), p. C3.
- «Gene discovery could lead to leukemia screening test» Atlanta Journal/Constitution (3 de octubre de 1992), p. E8.
- Tim Friend, «Brain chemical may feed craving for fat», USA Today (29 de octubre de 1992), p. 1A.
- Faye Flam, «Study: Reckless gambler, blame your brain», The Atlanta Journal-Constitution (22 de marzo de 2002), p. A18.
- Dan Vergano, «Racism may have evolutionary link», USA Today (11 de diciembre de 2001), p. 11.