Perdón, ¿hacia dónde se dirige EE.UU.?

Ramón Arias | 27 de abril de 2015 

Estaba escuchando el discurso de Hillary Clinton dado en la sexta cumbre anual de Women in the World (Mujeres en el Mundo) en las fechas del 22 al 24 de abril de 2015. Lo creas o no, de verdad me dispuse a escucharla, y no es la única vez que he prestado atención a algo que los Clinton han dicho. La primera vez fue tiempo atrás cuando ellos ocuparon la Casa Blanca. ¿Por qué me ha de importar? Pues bien, francamente, no es sólo porque es Hillary, sino sus ideas y cómo las implementa. Es acerca de sus creencias y lo que han hecho esas creencias en los Estados Unidos y en el mundo. Además, yo no estoy pasando por alto el hecho de que ella se encuentra en la línea de fuego por múltiples acciones cuestionables que demandan respuestas y sólo podemos esperar que la verdadera luz muestre todo lo que se necesita saber.

Cuando escuché por primera vez que los Clinton afirman ser evangélicos, fue con especial interés que presté atención a su visión del mundo. Esto no es diferente que con otros que han vivido en la Casa Blanca comenzando con los primeros ocupantes, el presidente John Adams y su esposa el 1 de noviembre de 1800, que profesaban ser cristianos, hasta llegar a los actuales ocupantes, los Obama, quienes también afirman ser cristianos.

Ve si tú puedes entender la visión de Hillary para el futuro de Estados Unidos y ve si  es el reflejo de la tuya:

«Todas las leyes que pasamos no cuentan para mucho si no se hacen cumplir. Los derechos tienen que existir en la práctica y no sólo en el papel. Las leyes tienen que ser respaldadas con recursos y voluntad política y los códigos culturales profundamente arraigados, las creencias religiosas y los prejuicios estructurales tienen que ser cambiados». 

En medio de su retórica política desgastada, ella condenó a la empresa cristiana Hobby Lobby por no proporcionarle a los empleados con las píldoras abortivas. Luego continuó diciendo:

«Nos movemos hacia adelante, cuando las gays y las mujeres transexuales son aceptadas como nuestras colegas y amigas, y no son despedidas de buenos puestos de trabajo debido a quien aman o por quienes son. Nos movemos hacia adelante cuando las mujeres que vinieron a este país en busca de una vida mejor pueden obtener un pasaje hacia la ciudadanía».

Su visión es la de seguir adelante con la visión de transformar fundamentalmente a la nación hasta el punto de exterminar a la creencia cristiana bíblica de nuestra cultura y dando paso a una nueva nación que los antepasados ​​y los padres de la patria no les sería posible reconocer.

Compara los comentarios de Hillary arriba donde habló en un evento que se llevó acabo en el Teatro David H. Koch del Lincoln Center, con el comentario de abajo donde fue entrevistada hace menos de un año el 11 de junio de 2014 por el New York Times: «Hillary Rodham Clinton: By the Book» [“Hillary Rodham Clinton: Al pie de la letra”]. Una de las preguntas que se le hizo fue:

Si tuviera que nombrar un libro que contribuyó para formarla en quien es hoy, ¿cuál sería? 

«A riesgo de parecer predecible, la Biblia fue y sigue siendo la mayor influencia en mi forma de pensar. Me crié leyéndola, memorizando pasajes de ella y siendo guiada por ella. Aún me parece una fuente de sabiduría, consuelo y aliento». 

¿Cuántos líderes políticos recuerdas que hayan dicho lo mismo en esta nación y en otras naciones, especialmente en Europa? Y, ¿cuál ha sido el resultado de su profesión de «fe y adherencia» a la Biblia? La historia íntegra y sin revisión no miente, ¿verdad?

¿Cuántos millones de cristianos profesantes piensan como Hillary? ¿Comprendes ahora mi interés por los evangélicos que son como los Clinton? Lo sorprendente de ellos no es que son políticos de carrera, más bien su profesión de la fe cristiana y lo que dicen y proclaman que se han beneficiado de la Biblia, la Palabra de Dios revelada.

Durante más de doscientos años, la mayoría de los cristianos de Estados Unidos comenzaron el viaje de fundamentalmente transformar a la nación. Estados Unidos está en un declive moral no debido a «los gobernantes», o al «mundo corporativo», o en la «Academia», o «Hollywood», ni siquiera es culpa del «coco». Si las malas ideas están controlando es porque hay una gran ausencia de las buenas ideas. Esto es más que obvio.

Debemos ser honestos y aceptar que el resultado de la decadencia moral cultural de nuestro país es la consecuencia de que los cristianos no han respondido al llamado de Dios para ser la «sal y luz» del mundo. Lo que esto significa es que debemos expresar la plenitud de la vida que se nos ha dado en Cristo, que hace que todo se ajuste a la ética de Dios. Los cristianos tienen la mente de Cristo, y si no se utiliza, todo lo verdaderamente bueno se pierde.

No temamos a lo que los fuereños pueden hacerle a Estados Unidos; más bien temblemos ante la negligencia de la cristiandad y lo que no está haciendo para cumplir con todas las cosas que se le ha encomendado.

«No hay nación en la tierra lo suficientemente potente como para llevar a cabo nuestro derrocamiento. Nuestra destrucción, si llegase, será desde otra parte. Desde la falta de atención de las personas a las inquietudes de su gobierno, de su descuido y negligencia. Debo confesar que veo un peligro. Me temo que puedan colocar una confianza implícita en sus servidores públicos y fallar al no examinar su conducta; que de esta forma lleguen a ser los incautos del diseño de los hombres y se conviertan en los instrumentos de su propia perdición». – Daniel Webster (1782-1852)

¿Vas a quedarte de brazos cruzados y dejarás que los Estados Unidos reciba el juicio en escala mayor de Dios o vas a ponerte de pie y ser contado dentro las filas de Cristo y hacer tu parte para regresar al país hacia la rectitud de Dios?

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